La Hechicera De Sangre Andaluza

Extra: Éter, Otoño y un Nuevo Linaje

🔮

Seis Meses Después....

Han pasado seis meses desde la caída de Ciro Drago. El mundo sanó rápidamente de la peste, y el reino, ahora liberado del miedo, floreció bajo el liderazgo de Demir, el Príncipe Volkov, y su hechicera, Amelia.

El vasto palacio Volkov en Rusia había sido restaurado. Ya no era un lugar de tragedia, sino un hogar lleno de luz y propósito. Demir, aunque su recuperación fue lenta como el crecimiento de un roble, estaba completamente curado. Su inmortalidad había regresado, más fuerte y anclada que nunca.

Una tarde de un cálido otoño, Demir y Amelia estaban en el Gran Salón.

—El reino está estable, mi amor—dijo Demir, tomando la mano de Amelia. Sus ojos Dorados , llenos de un afecto tranquilo, la miraban con adoración. —La gente está prosperando. La Peste es solo un mal recuerdo.

Amelia sonrió, su rostro sereno. El Éter Oscuro fluía en ella con total control, una bendición que había aceptado por completo.

—Lo hicimos—susurró ella. —Y ahora... tenemos más que la paz.

Ella tomó su mano y la colocó suavemente sobre su abdomen. Una ola de calidez mágica y vital inundó a Demir.

Seis meses de paz, el otoño cubría de oro la estepa rusa entera.Y la hechicera le dio a su Príncipe la noticia más sincera.—Esperamos nuestro primer heredero Volkov— susurró Amelia, la voz llena de dulce emoción.El fruto del Éter y la Inmortalidad, el signo de la total unión.

Demir, el vampiro inmortal, sintió una alegría que nunca antes había conocido.La eternidad ya no sería solitaria; un nuevo propósito había sido concedido.El Vínculo se había sellado no solo con amor, sino con una nueva vida que pronto iba a empezar. El linaje Volkov continuaría, una promesa que no se podía quebrar.

—Un heredero— murmuró Demir, arrodillándose para besar el vientre de Amelia. —El futuro es nuestro, mi reina.

Aprovechando la estabilidad del reino, Demir, Amelia ,Martha e Iván, decidieron tomar un breve viaje. Querían un lugar donde pudieran celebrar su nueva vida lejos de las responsabilidades del palacio.

Eligieron su querida Andalucía, en el este de España, un lugar famoso por su sol persistente y sus antiguos castillos.

—Necesito ver luz después de tanta oscuridad, mi Príncipe— había dicho Amelia.

El viaje fue una luna de miel tardía. Demir, en su forma humana, disfrutaba de cada rayo de sol filtrándose a través de las hojas de otoño. Iván, siempre vigilante pero más relajado, los seguía de cerca.

Andalucía, la tierra de la luz y el calor, el contraste del sombrío palacio ruso,

Los campos de olivos en otoño, un tapiz dorado y hermoso. Caminaban por jardines de aquellas calles que la vio crecer , las manos entrelazadas, sin temor ni armadura,

El vampiro y la hechicera, disfrutando del simple placer, la cura más pura.

Amelia sentía la vida crecer en su interior, un pulso doble y seguro.Su Éter vibraba en armonía con la magia cálida de la tierra y el cielo puro.

Demir la miró, contemplando su belleza bajo el sol andaluz persistente—Esta paz es la que luchamos por ganar. Y tú eres el corazón de lo que siento.

Se detuvieron en un pequeño castillo blanco, contemplando el paisaje dorado.

—Aquí, lejos de la guerra, el Éter se siente como una bendición— dijo Amelia, respirando el aire dulce.

—Y aquí, lejos de la soledad, mi inmortalidad se siente como un regalo— respondió Demir, abrazándola suavemente. —Nunca más temeré a la eternidad, porque tú y nuestro hijo la compartirán conmigo.

La hechicera del Éter y el Príncipe Vampiro habían encontrado su final feliz, no en el reposo, sino en el vínculo inquebrantable que había salvado al mundo. El otoño en Andalucía marcó el inicio de su reinado y de su familia, la promesa de un futuro libre de sombras.




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