El viaje al sur no fue normal.
No volamos.
No caminamos.
Simplemente... Caimos hacia arriba.
La llave dorada vibro en mis manos, y un remolino de luz nos envolvio. Cuando abri los ojos, estabamos flotando sobre un oceano de nubes. En el cielo, enormes plataformas levitaban como islas suspendidas por magia antigua. Sobre ellas, estructuras de cristal, torres de agua, y pasillos que desaparecian al dar un paso en falso.
-¿Donde estamos?- pregunto Kael, observando con los ojos entrecerrados.
-La reina dijo: "donde los espejos mienten...-murmure-. Esta ciudad... no muestra lo que es.
una voz nos interrumpio, suave, pero cargada de un poder elegante.
-Bienvenidos a Lunaris, la ciudad del reflejo.
Frente a nosotros aparecio una mujer de piel plateada, ojos completamente dorados, y una capa de agua viva que se movia como si respirara.
-Yo soy Mimea, guardiana del segundo sello.
Kael dió un paso adelante.
-Venimos a buscarlo. El mundo está en desequilibrio.
Ella sonrió.
-¿Y como sabrán si lo que busca es real... O un reflejo? Aquí nada es lo que parece. Para reclamar el segundo sello, deberán superar tres pruebas de la verdad. Y cuidado los espejos no mienten... Pero tampoco dicen todo.
Prueba 1: El espejo del miedo.
Entramos a una sala circular. Al fondo, un espejo negro como el vacío. Al mirarlo, no vimos nuestros rostros... Vimos nuestras peores visiones.
Kael vio su reflejo con ojos rojos, con fuego destruye do todo a su paso.
Yo me ví... Sola. Abandonada por todos, incluso por el.
-¿Que es esto?- pregunté, temblando.
-Lo que más temen convertirse-. Respondió Mimea.
Para pasar la prueba. Debíamos aceptar que esa parte vivía dentro de nosotros. Pero que no somos eso. Que tenemos elección.
Kael fue primero. Se acercó a su reflejo... Y lo abrazo.
El fuego desapareció.
Yo cerré los ojos, respire profundo, y repetí en voz baja: "Aunque me dejen atrás... Yo seguiré adelante"
Y el espejo estalló en luz.
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Prueba 2: El espejo del pasado.
Ahora un espejo de agua. Está vez no mostraba miedos... Sino recuerdos que queríamos olvidar.
Kael vio su traición. El momento exacto en que abrió el portal y causó la primera ruptura. Lloro. Pero no aparto la mirada.
Yo Vi a mi padre. Al dragón. Vi como me protegió de niña, ocultando me del mundo... Y como desapareció. Sin explicaciones.
-¡Papá!- grite- ¿Dónde estás?
Pero el reflejo se disolvió. Mimea me tocó el hombro.
-Aveces recordar es más doloroso que olvidar. Pero también es el primer paso para recuperar lo perdido.
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Prueba 3: El espejo de la identidad.
Este fue el más difícil.
Nos vimos a nosotros mismos. No deformados, no rotos. Solo nosotros. Pero el espejo comenzó a hablarnos.
-Tu no eres la heroina- me dijo-. Solo una niña buscando atención.
-Tu no eres un redimido- le dijo a kael-. Eres una bomba a punto de estallar.
La niña pequeña grito: -¡No le crean! ¡No es verdad!
Yo toque el cristal.
-Quizas no lo sea aún... Pero lo seré. No vine a ser perfecta. Vine a luchar. Aunque me rompa.
Kael puedo su mano junto a la mía. -Y yo... No voy a huir de lo que fui. Por qué ahora se quien quiero ser.
El espejo se rompió en miles de pedazos. En el aire una luz azul brillante: El segundo sello.
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Mimea se inclino.
-Han pasado. Y han visto más de lo que muchos soportan. El heredero del caos ya siente su temor. Y por e so mismo... Los buscará. Ya no están a salvó.
-Nunca lo estuvimos- respondio Kael.
Mimea se acercó a mi y me susurro:
-Cuando encuentres no verdadero nombre despertarás tu verdadero poder. No el del cristal... Eel que duerme en tu sangre.
-¿Y como lo encontraré?
-No lo harás tu... El vendrá a ti.
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Al salir de lunaris, la ciudad flotante comenzó a desvanecerse detrás de nosotros, como si nunca hubiera estado ahí. Solo llevábamos los sellos... Y las cicatrices.
-¿Cuál es el siguiente?- pregunto kael.
Mire los sellos en mis manos. Se habían fusionado. Y ahora mostraban un símbolo nuevo: una estrella partida.
-Es tercero nos llevara... Al reino dormido. Dónde nadie a despertado en cien años o más.
Y con ese destino. Seguimos adelante.