Todo temblaba.
El sueño. El aire. El cielo.
Después de despertar del tercer sello, el reino dormido comenzó a desmoronarse. Las paredes crujían, como si gritaran. Las nubes giraban en espiral sobre el palacio.
Y entonces... Lo vimos.
El apareció entre el cielo roto.
Un cuerpo de sombras y fuego, pero con ojos humanos. Unas alas negras desgarradas. Y una voz que no sonaban en nuestros oídos... Sino directamente en el corazon.
-Tardaron más de lo que esperabas. Pero ya estan casi completos.
Kael retrocedió.
-¿Quien eres?
-¿No lo sabes, traidor? Soy lo que tú creaste.
-¡Mentiroso!
-¿Miento? ¿O solo no te acuerdas?
Me puse al frente a kael, protegiéndolo son pensarlo.
-No nos tienes miedo, ¿Verdad?
El heredero sonrió. Una sonrisa humana, triste.
-No. A ti... Te tengo lastima. Por qué cuando descubras lo que realmente eres... Te destruiras sola.
Y entonces atacó.
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No fue pelea de espadas ni de fuego. Fue peor.
Todo a nuestro alrededor empezó a distorsionarse. El cielo gitana, las torres se estiraban, como si fueran de papel. No sabíamos si corríamos o caíamos. Cada paso dolía. Cada pensamiento se confundia.
La niña pequeña grito:
-¡Nos está metiendo en un recuerdo!
Y tenía razón...
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Abrí los ojos... Y estábamos en mi infancia.
Yo tenía cinco años. Estaban en el bosque, sola. Frente a mi padre.
Pero está vez, no era un recuerdo feliz.
Era el día que desapareció.
Vi su forma humana arrodillada, herido, con sangre en las alas. Vi como me miraban... Y me decía:
-Tienes que olvidarme. Por tu bien.
Quise correr hacie el, gritarle que no. Pero el heredero apareció entre los árboles.
-Tu parte huyó. No por amor. Sino por qué sabía lo que tú eras...
-¡Cállate!- grite. El fuego saliendo de mis manos.b
Pero mi fuego no lo toco.
-¡El me protegió! ¡El me amaba!
-¿Estás segura?
El recuerdo se rompió como vidrio. Volvimos al presente. Kael estaba de rodillas. Temblaba.
-¿Que te mostró a ti?- le pregunté.
El no respondió. Pero sus ojos estaban rojos... De irá y culpa.
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-¿Por qué haces esto?- le pregunté al heredero.- ¿Que ganas con rompernos?
-Por que rotos... Son iguales a mi. Y cuando lo acepten... Ya no pelearán. Se unirán.
En ese momento, la niña pequeña dió un paso adelante.
-Tu también tienes miedo, ¿Verdad?
El heredero la miró. Por primera vez... En silencio.
-tu sabes que es ser partido en dos- dijo ella-. Yo también. Pero yo elegí perdonarme.
Y al decir eso, su cristal brillo con una nueva luz: una mezcla de todos los colores.
-¡Ahora!- grite.
Kael se levantó. Me tomo la mano. Unimos nuestros cristales con el de ella. Una explosión de energía nos rodeo.
Eel heredero grito.
No de dolor.
De sorpresa.
-Esa energía... ¡Ese no es el poder del sello! ¡Eso es... Más antiguo...!
Pero antes de que pudiera terminar, desapareció.
No destruido. Expulsado
Por ahora...
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Todo quedó en silencio.
El palacio se vino abajo. Pero el reino dormido... Despertó del todo.
La gente salió a las calles. Nos miraban como si fuéramos leyendas.
-¿Se fue?- pregunto kael.
-Por ahora si- respondi-. Pero lo que dijo...
Kael me tomo la mano.
-No importa lo que fuimos. Solo importa lo que elegimos ser ahora.
Asentí.
Y la niña pequeña -o su otra mitad, no estábamos seguros ya- dijo:
-Entonces... El último sello nos espera.
Kael pregunto:
-¿Dónde?
Ella sonrió.
-En el lugar más peligroso de todos
Tu alma...