La Heredera de la Muerte [los Cuatro Reinos I]

04 - Alteza

EN ALGUNA PARTE DEL REINO BILLINGHURST.

-¡Imposible!- gritó en negación con aquella voz potente que muy pocas personas habían escuchado.

-Los rumores son demasiado fuertes, los cuatro reinos están en busca de aquella heredera perdida- dijo recostando su espalda en aquel sillón de suaves cojines.

-Pero como dices, sólo son rumores, debemos pararlos de una vez antes de que esto llegue demasiado lejos, y en caso de que fuera cierto; Augusto no querrá tener competencia. Será el primero en ir por ella - el pelirrojo miró a ambas personas en aquella sala, los 2 completamente diferentes, esperando que comience la reunión con el actual rey.

-¿Augusto?- el mayor de los tres bramó- ¿Que tiene que ver él en esto?- al no obtener respuesta, continuó- hay algo más, ¿Qué me están ocultando?

El rubio se aclaró garganta e intentó desajustar el cuello de su vestimenta antes de contestar.

-La Heredera es de este reino, Rowan, los rumores indican que es hija de los difuntos reyes de Billinghurst.

-¡Mentiras!¡Blasfemias! Ellos jamás tuvieron una hija mujer, su único heredero fue Russell- pero entonces, recordó, la última vez que vio a Russell, él buscaba algo y entonces juró mantener su secreto a salvo, nadie sabía que estaba vivo. ¿Y si lo que buscaba era a esa chica? ¿Entonces era hermana de Russell? Imposible, la reina jamás estuvo embarazada después de él.

-Eso es lo que se dice, yo sólo sé eso- el rubio se paró del sillón de un salto y se acercó peligrosamente a Rowan- será mejor que te tranquilices, si Augusto se llegara a enterar de estos rumores; no se detendrá hasta encontrarla y la matara.

Rowan no pronunció ni una palabra más antes de escuchar cómo la puerta de la sala era tocada y a continuación entraba un sirviente real.

-Rey- asintió hacia Rowan - Principes – miró a los otros dos, el rey Augusto los espera en la sala real... acompáñenme.

Y así los hombres de sangre real siguieron a aquel sirviente, sin pensar que eso desataría el caos en los cuatro reinos.


**********************

GENNADY, GIA Y KAIUS.

Los primeros tres días pasaron sin ningún contratiempo, sabían que a aquel ritmo y manteniendo un perfil bajo no tendrían problemas.

Los pocos habitantes con los que se había encontrado en la aldea no sospechaban nada de quien era ella y se habían creído la historia de ser una prima de otra aldea con quienes Kaius y Gia habían vivido. Pero al cuarto día todo cambio, su madre apareció en la pequeña casa dándoles alivio de tenerla con vida, pero con una noticia inesperada, debían trabajar en el castillo para no levantar sospechas, la familia ha trabajado con la corona generación tras generación y ellos no podían ser la excepción.

Tan sólo pensar en aquella noticia a Gennady se le erizaban los vellos de los brazos, estar en el castillo sería aún más peligroso que esconderse en aquel lugar o salir por las calles de la aldea, el hombre del que sospechaban que había matado a su familia era el rey que vivía en aquel lugar y tenerlo tan cerca la hacía ponerse de nervios.

Sabía que era peligroso aparecer por esos lados, pero lo era aún más intentar alejarse y llamar la atención por eso.


Ahora, dentro de las cuatro paredes de esa nueva habitación de la cual aún no se acostumbraba, miraba el techo esperando la cena. Kaius como buen hermano mayor se dispuso a cocinar, claro, después de haber perdido una apuesta con Gia.

El silencio no era parte de su vida, sus hermanos habían sido ruidosos desde el día uno y ella a pesar de perder la paciencia los amaba por eso y aunque no lo admitiera, le encantaba pasar tiempo con ellos.

-¿En qué piensas, Genna?- preguntó su hermana recostada de lado con un brazo sosteniendo su cabeza.

-Es complicado- aclaró- Tengo miedo de llegar a ese castillo, tengo muy pocos recuerdos de aquel lugar y tan sólo pensar en que ahí murieron mis padres...- negó con la cabeza y pasó sus manos por sus brazos mientras daba un brinco fuera de la cama.

-Si, lo entiendo- suspiró - no debe ser fácil, pero me tienes a mí, a nuestros hermanos y nuestros padres- le dedicó una sonrisa de tranquilidad- nunca olvides eso. 

Gennady lo sabía, después de todo la familia con la que había vivido todos esos años había hecho lo posible por criarla y cuidarla como propia, la habían llenado de amor y habían puesto en juego sus vidas sólo para mantener la de ella a salvo, ahora era su turno de devolverles el favor haciendo lo posible para que nadie sea capaz de descubrir su traición al actual rey.

-¡Gia! ¡Gennady! La cena esta lista- ambas hermanas se encaminaron al primer piso, aquel lugar era tan distinto a la ciudad donde habían crecido, la cocina se hacía con leña, además las vestimentas, el clima, las personas, ¡La época! Todo.

-¿Me sorprenderá la comida?- preguntó levantando una ceja hacia Kaius, quien subía y bajaba las suyas creídamente. 

-Por supuesto- los tres se sentaron en sus lugares frente a la mesa, sus padres aun se mantenían en el castillo juntos a su hermano mayor, al día siguiente les tocaría a ellos también.

La cena pasó en total silencio, los tres estaban metidos en sus pensamientos y todos trataban de lo mismo, hacerle frente al castillo, sus trabajadores y aun peor, al rey.

-Bueno, supongo que me iré a acostar- murmuró Gennady después de lavar los platos.

-Iré contigo- Gia se paró junto a ella y ambas fueron hacia su habitación, Kaius no tardó en seguirles el paso e irse a dormir. 

**************

El camino al castillo fue largo, quizás cuarenta minutos tal vez más.
Los tres hermanos se encontraban en las puertas traseras vigilada por los guardias, era la única entrada se la servidumbre, no tenían derecho a ingresar por las puertas principales o al menos ya no.

-Muy bien- Kaius acomodó su vestimenta correctamente y miró a sus dos acompañantes- debemos entrar.




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