AÚN NO ESTA EDITADO.
Con paso apresurado pero firme Gennady cruzo todo el castillo rogando internamente no perderse pues era nueva en aquel lugar y todo era inmenso, innecesariamente inmenso, en cuanto Kaius había ido a decirle que el rey la buscaba no dejaba de pensar cual era la razón, ya que anteriormente o no que ella recuerde, lo había visto, y estaba segura de que sus padres biológicos no habían dejado que su tío la viese cuando nació.
Una vez frente a la puerta indicada anteriormente por su madre toco levemente y espero.
-Pase- escucho desde dentro.
Inhalo el suficiente aire como para intentar tranquilizarse y entro.
Era algo que ella llamaría oficina, pero más antigua y había una mesa de madera tallada dentro, a los costados donde debían ir las paredes tenia montones de largos y altos libreros infestado de libros de todos los grosores y colores y en el centro se encontraban varios sillones de diferentes formas, pero todos igual de elegantes.
-Entonces ¿Gennady, cierto? -Augusto levanto una de sus cejas mirándola con intimidación.
-Si, alteza- ¿Que debía hacer ella en un caso así?
-Así que conoces al príncipe Eliah- confirmo comenzando a caminar a su alrededor.
-No realmente, solo lo encontré en el pueblo una vez por accidente- explicó.
-Por accidente- repitió saboreando las palabras- ¿Cómo sería por accidente? - Gennady en aquel momento quiso golpearlo con todas sus fuerzas y hacerlo callar da una vez.
-Caminaba por el centro de la aldea y choque con él, eso fue todo
-Pero aún así sabe tu nombre.
-Simplemente por cortesía le conté que era nueva y le habré dicho mi nombre, no recuerdo con exactitud su alteza.
El rey la observaba con desconfianza y poco a poco su mirada se iba endureciendo, si al principio llego a sonar amable, ahora ya no lo era.
-¿Y que llevaba consigo?- se comenzó a acercar peligrosamente a ella.
-¿Consigo?- Gennady cada vez se encontraba más confundida.
-Pertenencias, ¡Algo! seguro debiste ver algo, de donde venia o hacía donde iba- levanto las manos con desesperación.
-Lo siento señor, pero el no llevaba nada o no que yo haya visto y no le podría decir de donde venia o hacia donde iba, pues no conozco la aldea.
-¡Mientes!- grito con enojo, Gennady lo miro con miedo y retrocedió unos pasos- es imposible que no hayas visto nada- de repente su voz comenzó a bajar de tono y su mirada se arrugo, con lentitud se acerco a la chica y la miraba analizándola.
-¿Te he visto antes de hoy?- A Gennady se le seco la garganta y lograba escuchar su propio corazón que latía a un ritmo desenfrenado.
-No lo creo- negó con rapidez.
-Te me haces familiar- la siguió observando de arriba hacia abajo y a ella le sorprendía la manera en la que su humor había cambiado.
-Se debe estar confundiendo- aseguro bajando la mirada hacia sus pies.
-Tal vez si- antes de seguir hablando la puerta fue abierta sin siquiera ser tocada antes- Rowan- suspiro con cansancio- se me olvidaba que eres un crío sin modales.
El nombrado sonrió de costado transmitiendo y una mirada cínica, sin preguntar se hizo paso a aquella habitación.
-Me dio hambre- su sonrisa se extendió aún más- su alteza- se burló o eso le pareció a Gennady.
-Tus guardias se podían encargar de eso- el rey estaba casi seguro de que Rowan había interrumpido a propósito.
-Pero quiero que ella lo haga- apunto con una ceja alzada.
-En otro momento Rowan, ella está ocupada ahora.
-¿Ocupada? Oh, ¿Los he interrumpido? ¿Tal vez hablan de algún terrible plan que claramente fracasaría de como invadir reinos? O ¿es algo más?- era claro que el no pararía hasta que Augusto la dejara ir.
-Gennady- pronunció su nombre entre dientes- te puedes retirar y atender al rey Rowan- con un gesto que hizo con la mano la dejo ir.
Ella antes de retirarse no olvido la reverencia y salió al pasillo seguida por Rowan, se detuvo de golpe y lo miro.
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traiciones y mentiras, secretos dolor amor y drama, los cuatro elementos
Editado: 06.04.2020