La Heredera de la Muerte [los Cuatro Reinos I]

06 -Poder.

SIN EDITAR.

Mis pies tocaron el suelo como si en algún momento los hubiera alejado del mismo, la mano que sostenía mi rostro comenzó a suavizar el agarre hasta finalmente soltarme, sin pensarlo realmente gire mi cuerpo en

dirección al desconocido y lo que vi me desconcertó.

 

-¿príncipe Rhys?- pregunte confundida. 

 

-El mismo- contesto con el entrecejo fruncido - Gennady ¿cierto?

 

-Si, su alteza- aleje mi mirada de sus ojos, en cambio a él lo podía sentir analizando cada parte de mi cuerpo, seguramente se preguntaba qué hacía yo ahí, en aquel lugar a punto de ser descubierta por aquel hombre.

 

-Solo llámame Rhys, las formalidades no son lo mío- sonrío tranquilamente.

 

Quizás intentaba transmitirme confianza, pero ¿Que hacía él ahí? Debería estar en su propio reino, no en Billinghurst ¿Y si era cómplice del asesino en realidad? 

 

-¿Que hacia una bella damisela a estas horas de la noche fuera de casa? - hacia gestos con sus manos cada que pronunciaba una palabra, era totalmente delicado. 

 

-No lograba conciliar el sueño y he escuchado los gritos- explique sin tantos detalles - y ¿Usted? - lo volví a mirar fijamente- ¿No debería ya estar lejos? ¿Qué hacía en aquella casa? 

 

El príncipe no se inmuto ante mis preguntas, irradiaba una tranquilidad total y me observaba con calma, incluso logre ver un abismo de sonrisa entre sus labios.

 

-Sabíamos que todo se descontrolaría y decidimos que lo mejor sería mantenernos cerca de este reino- explicó.

 

-¿Está usted hablando en plural?- pregunte confundida.

 

-Por supuesto, Eliah y Rowan están conmigo.

 

Y así como los nombro el primero apareció de la nada, en un parpadeo de ojos y a penas me noto vi la confusión cruzando por su cabeza. 

 

-Gennady ¿Pero qué haces aquí?- se acercó rápidamente y por instinto me aleje.  Él al darse cuenta de mis movimientos se detuvo.

 

-Eso es lo mismo que quiero saber de ustedes- podía escuchar como mi voz temblaba. 

 

-Hemos estafo tras el asesino todos estos días, aquel hombre ha sido un total dolor de cabeza.

 

-Si es verdad que han estado tras el ¿Por qué lo hacen? Es decir, este no sería su problema- aclaro esperando una respuesta rápida.

 

-Te equivocas, así como está sucediendo acá, sucederá en nuestros territorios y no lo podemos permitir.

 

Aquello era entendible.

 

Una tercera voz salió de la oscuridad.

 

-Si nuestros pueblos se enteraran de tales barbaridades harían lo mismo, la gente es demasiado supersticiosa y entrarían en pánico rápidamente- Rowan se detuvo frente a mí, tras de él arrastrado por el pasto y amarrado con sogas estaba aquel hombre, el asesino, que con la boca descubierta gritaba barbaridades a los vientos.

 

Di unos pasos rápidos hacia atrás, mi razón me decía que estar lo más lejos de aquel hombre era lo correcto.

 

-¿La ha matado?- susurre hacia el intimidante rey que poso sus rojos ojos en los míos.

 

-¿Crees que dejaríamos que matara a alguien estando nosotros presentes? - levanto una de sus cejas y su expresión jamás cambiaba de la seriedad. 

 

-Veras, Gennady, en cuanto lo hemos localizado lo único que él a visto han sido ilusiones, aquella chica no era real, la he creado yo. 

 

-Increíble- murmure sorprendida - pero yo la vi, la escuche.

 

-realmente soy bueno en esto- contesto encogiendo los hombros

 

-¡USTEDES!- grito el hombre entre jalones- Se cree poderosos y los dueños de todo, pero van a caer- comenzó a reír con locura, aquel hombre estaba perdiendo la cabeza - ¡LOS HARA CAER!- de un tirón vi cómo se levanta del suelo y se soltaba de las sogas, parecía como si cada movimientos yo los lograra ver en cámara lenta, primero su mirada fue a mi dirección, cualquier rastro de cordura había desaparecido de su mirada, Rhys que se encontraba a un costado mío giro hacia el mientras que Rowan suspiraba cansado y Eliah gritaba mi nombre.

Aquel hombre tomo impulso y sus piernas corrieron hacia mí con velocidad, y aún que todo lo estaba viendo con lentitud no lograba reaccionar, era como si mi cuerpo se negara a moverse y mantenerme a salvo. De un impulso reaccione y toque a aquel hombre con mi mano justo en el hombro como intentando detenerlo, pero de la nada su cuerpo cayó dando un sonido sordo apenas tocar el suelo y al mismo tiempo Rowan caía de rodillas.




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