La heredera de Lyuvov (libro 1)

Capítulo 6: “Un extraño”

"...Los quiero demasiado y ustedes son mis padres diga el contrato lo que diga. Tengo 18 años, soy libre de decidir donde estar y donde no. No sé qué paso con papá verdaderamente y no recuerdo la discusión, pero si el problema era ocultarme quien soy, ya lo sé y podemos regresar. Quiero verlos juntos, te aseguro que jamás dejaré de quererlos..."

Una lágrima corrió por mi mejilla al imaginarme la escena que vivía mi personaje en comparación con mi vida real. Yo había sido engañada tal y como ella lo fue, solo que sus padres lo hicieron por amor y mi abuelo, él lo hizo por vergüenza.

Las mentiras lastiman mucho más que la verdad. ¿Pueden creer que estoy molesta porque idolatraba a mi abuelo y no porque mi padre fue asesinado? Su muerte al parecer la superé cuando era pequeña, ya dejó de doler aparentemente. En las horas que llevo conociendo la cruel realidad puedo decir que apenas he pensado en el asesino, ese que me arrebato a mi padre primero que mi abuelo. Debería odiarlo, pero no lo hago, lo único que siento es odio hacia ese hombre que decía amarme y me falló.

No puedo decir que con el tiempo lo perdonaré. Sé que no es bueno guardar rencor en mi alma, pero tampoco es justo para mí perdonar sin olvidar. Se me hace tan complicado disculpar a las personas que quiero cuando me lastiman, es tan frustrante que alguien que me importa termine decepcionándome y yo no pueda hacer nada para evitarlo.

El collar que decía mi abuelo ser tan preciado es feo y sin gracia. Lo observo y me pregunto la causa por la que me dijo que no lo usara, sobre todo deseo conocer el motivo por el cual debo cuidar una cosa que aunque se la ponga a un ladrón en frente no la robaría.

En las novelas que escribo cuando ocurre este tipo de situación el protagonista ignora la advertencia, se pone el collar y vive un millón aventuras, muchas veces debe pasar pruebas para lograr su final feliz. Sonreí como boba al imaginarme volando por los cielos o soltando chispas por las manos si me ponía aquel colgante viejo. ¿Debería intentarlo?, preguntó mi subconsciente, moví mi cabeza de un lado a otro en un gesto de desaprobación ante mis absurdos pensamientos. Yo jamás podría vivir la vida de un personaje de un libro porque soy humana. La vida real es tan aburrida y sin magia que cualquier tontería que pase por mi mente sería solo fantasía para un cuento.

Abrí el broche y me puse el colgante. Me quedé quieta esperando que algo maravilloso, sobrenatural o inesperado ocurriese, ya que en el fondo tengo la esperanza de vivir una de las novelas que escribo, pero nada ocurrió. Me miro al espejo, perdida nuevamente en los recuerdos con mi abuelo, en ese momento suena el timbre.

—¿Quién es? —grité acercándome a la puerta, no obtuve respuesta alguna— ¿Quién es? —repetí, pero nada, así que abrí.

Un chico de ojos café, pelo alborotado, cuerpo musculoso, que estaba sudando mucho se encuentra en el umbral. Al parecer había corrido en un maratón.

—¿Quién eres? —le dije observándolo nuevamente de arriba a bajo.

—¿Quién eres tú? ¿Dónde está Dyado? —dijo agitado.

—¿Conoces a mi abuelo?

—¡Dyado tiene nietos! —exclamó asombrado— Pareces vieja para ser su nieta.

—¡¿Qué?! —probablemente soy unos diez años más joven que él, ¿cómo me puede decir vieja?

—Igual sigo sin entender cómo tiene una nieta tan grande, ¿tu abuelo está?

—Mi abuelo murió, mejor dicho, se suicidó.

—¡¿Estás bromeando?!

—¿Por qué haría una broma de algo que no es chistoso?

—Entonces, ¿él murió? —interrogó mirándome nuevamente, al parecer notó que llevo puesto el collar, ya que olvidé quitármelo y exclamó— ¡¿Qué rayos haces con eso puesto?! Mierda, ¿No sabes que nadie puede usarlo? ¡Estamos acabados! —se agarró el pelo enojado con las manos.

—¡Qué alboroto estás formando! Yo heredé este collar y si es mío puedo usarlo. ¿Quién eres? Esta es la última vez que lo pregunto. —este chico me está molestando con su forma de actuar.

—Dyado, Dyado, ¡qué irresponsable! ¿Dónde habrá dejado el collar para que tú lo estés usando? Aurora moriría de nuevo si se entera.

—¿Conociste a mi abuela? Ella murió antes de que yo naciera, mi abuelo me habló muy poco de ella. ¿Cómo es que sabes... tanto?

—Recuerdo la muerte de Aurora —noté como sus ojos se nublaron con una fina capa de lágrimas—, y ahora me dices que Dyado también murió. No sé por qué eligieron quedarse aquí, en este mundo perdido y malvado.

—¿Por qué nunca respondes lo que pregunto y siempre dices cosas sin sentido?

—Muy bien, entonces, ¿Korlec está? Es un niño debe estar vivo —escuchar el nombre de mi padre me oprimió el corazón. Esta persona aparentemente conoce a mi familia, pero no sabe las desgracias por las que ha pasado, también está un poco desfasado en el tiempo.

—Mi padre... él también murió, fue asesinado en un secuestro.

—¿Diez años? Lo vi la semana pasada, yo vine la semana pasada y no había sucedido nada de esto. ¿Qué está pasando?

—¿Cómo? ¿La semana pasada? ¡Eso es imposible! En este mismo instante exijo que me digas quién eres.

—Eres muy insistente, al parecer sí eres nieta de Dyado. Soy Adam Zavet, el hermano mayor de Dyado, por consiguiente tu tío abuelo.

—¡Por dios! ¡Qué absurdo! Yo no sé quién eres, es más, lo que me dices es increíble. Para empezar no pudiste venir la semana pasada, ver a mi padre vivo siendo un niño si él se casó y tuvo dos hijas, una de ellas soy yo y tengo 20 años. Mi abuelo no tenía hermanos, tú no puedes ser el mayor porque mi abuelo murió con 64 años y tú si acaso eres diez años mayor que yo. ¡Déjate de estupidez y sal de aquí!

—Escúchame bien jovencita, soy Adam Zavet, mira... —saca su billetera del bolsillo y me muestra su carnet, increíblemente sí se llama Adam Zavet y nació en 1950, lo que supone que debe tener 70 años. Está su foto, es él, pero este chico no puede tener esa edad. Debe ser un estafador, es la única respuesta lógica. Estoy confundida, no sé si cerrarle la puerta en la cara o dejarlo pasar para conocer más de su plan. Teniendo en cuenta que esta persona sabe del collar que llevo puesto, tiene conocimiento aparente del por qué no debo usarlo y de mi familia, opté por dejarlo pasar. Sé defensa personal y no dudaré en defenderme si es necesario.



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En el texto hay: magia poderes y secretos

Editado: 27.12.2021

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