—Adam. ¡Lo sabía! No podía ser un sueño, fue demasiado real.
—¿Puedo pasar?
—Ya entraste —le lancé una mirada de reprobación aunque en el fondo estoy feliz porque está aquí y puede aclarar muchas cosas en mi cabeza—. Podías haber tocado la puerta principal.
—Técnicamente estoy en la ventana y no dentro de la casa. Soy educado a pesar de todo.
—Claro, entra y no hagas más ruido que despertarás a Kely.
—No me puedo alejar mucho Kolie —cierra la ventana al poner un pie en la habitación y se quita la máscara dejándome perpleja, su físico no había cambiado en lo absoluto— Luego de tu visita llegó un inversionista misterioso y me quiso comprar la heladería. La vendí pensando en lo que dijiste, no quería modificar tu futuro.
—¿Cómo es que sigues igual?
—Te contaré —suspiró y se sentó en la silla de estudio de mi hermana— Estoy muerto Kolie, y a la vez encerrado en el tiempo ya que cuando me mataron mi alma estaba en el pasado. Cuando regresé solo pude ver la silueta de mi asesino, un anillo en forma de espiral en su mano y mi cuerpo... —se apoyó sobre la mesa tocando su frente con la palma de la mano.
—No entiendo nada. —quiero consolarlo, ayudarlo a irse en paz al otro lado, pero no tengo ni la más remota idea de cómo hacerlo. En este momento, básicamente, estoy hablando con un fantasma y no siento miedo.
—No tengo mucho tiempo, cuando entro a un episodio ya sea del pasado, del futuro o del presente de una persona apenas tengo veinte minutos antes de que se cierre el portal nuevamente. Poco a poco te iré contando la historia, pero todo tiene prioridades y he venido a alertarte. Primero, encuentra la novela que escribía tu padre, él inconscientemente estaba relatando tu vida en ella.
—¿La novela?
—Hay muchas respuestas en ese cuaderno, sobre todo porque el verdadero guardián del collar era él y de alguna forma se conectó contigo. Tengo entendido que también escribes.
—Amo escribir, es la cosa más extraordinaria y perfecta que me ha ocurrido en mi vida. Claro, este collar le está ganando —no puedo creer que mi vida esté cambiando como si fuese una de mis novelas, no puedo explicar con palabras lo que se siente—. Por cierto, acabo de enterarme de que mi abuelo fue quien me obligó a concentrarme en la compañía y no en mi carrera como escritora.
—Dyado era consciente de que algún día heredarías el collar. Aunque siempre quiso que su familia se dedicara a tener una vida normal.
—Vida normal —dije en tono burlón, nuestra vida ha sido cualquier cosa menos normal. Llena de misterios y secretos, de muertes inexplicables y mentiras— Así que dices que mi padre era el verdadero guardián. ¿Por qué tenía el collar mi abuelo?
—Tu padre era un niño cuando Aurora murió. Mi hermano adquirió la responsabilidad de proteger su herencia. Korlec al crecer fue gravemente herido por el amuleto y los recuerdos que extrajo de su mente lo dejaron muy mal. Dyado pensó que esconderlo en la caja fuerte era la solución y buscó ayuda mágica para que los malos recuerdos que el cerebro de tu padre había vivido desaparecieran para siempre. Él siempre tuvo la clave y nunca más lo buscó por ese motivo, no recordaba que había algo dentro que le pertenecía. El alma de Armin puede revelar las verdades que conoces pero ignoras porque te hacen daño.
—Este amuleto es más poderoso de lo que imaginaba.
—Kolie, escucha, he notado que las dos veces que te has puesto el colgante este no ha surtido el efecto que debería en ti. Lo principal es que la bruja que hay dentro aún no se ha liberado y eso es algo muy extraño teniendo en cuenta que Korlec apenas lo tuvo en su mano y tú lo tienes donde va, en el cuello. El collar no te hace nada.
—Tal vez eso de que nadie puede usarlo no es verdad.
—Viajé a la época de Armin, presencié el hechizo que usaron para encerrarla y pude escuchar todas las reglas: Nadie debe usar el collar jamás, solo alguien incapaz de amar no se corromperá con esa alma.
—Eso significa...
—No lo sé, eres tan buena, amas a tu familia y Armin no podía hacer ni eso.
—¿Qué hizo ella?
—Quería traer paz y amor al mundo, pero se descontroló por la falta de sentimientos.
—Sus intenciones al parecer fueron buenas.
—Al principio, pero al ser incapaz de sentir no se conformaba con nada. Cualquier amor que le pudiesen mostrar era insuficiente. Ella pensaba que como no podía amar tampoco podía ser amada y se amargó al punto de causar mucho caos y destruir sus propios logros.
—Pobre de ella.
—Además he descubierto algo que te puede interesar, no fue el collar quien te llevó al pasado, fuiste tu misma. Estabas enojada con Dyado y querías explicaciones.
—¿Cómo hice eso?
—A través de un sueño lograste conectarte con todos nosotros en el pasado.
—No sé cómo decirte esto... Es extraño, bueno no tanto, pero también soñé con mi ex esa vez, y él no es parte del pasado.
—¿Joseph?
—¿Lo conoces? ¿Se trata de algún familiar lejano o algo?
—No, es el mismo, digo, con todo lo que te ha pasado enterarte de que Joseph es un Maestro Ancestral no va a hacer la diferencia, ¿o sí?
—Te aseguro que nadie en el mundo puede reaccionar tan bien como yo a las cosas extravagantes y mágicas. ¿Qué es un Maestro Ancestral? ¿Cómo el simplón de mi ex es uno?
—Joseph o mejor dicho Ather, es el hermano menor de Armin y uno de los magos que encerró su alma dentro de ese collar.
—No me esperaba eso.
—No siempre las cosas son como esperamos.
—¿Por qué no custodia él esto? —señalé al collar— ¿Es inmortal?
—No es inmortal, pero puede renacer con sus recuerdos de vidas pasadas. Casi siempre muere a los 25 años y renace.
—¿Cómo es eso posible?
—La magia en su interior es parecida a la que guarda el collar, almacena recuerdos y los muestra cuando son necesarios. Lo de morir y renacer te lo contaré en otra ocasión. Ahora debo irme, busca el libro de tu padre. —abrió la ventana y saltó dentro de un remolino de luz que hay fuera de la casa. Hablar con Adam me ha aclarado un poco las cosas, ahora ya sé lo que tengo que buscar. Miré a la cama de Kely y casi muero de un sobre salto. Ella me observa con sus ojos azules abiertos por la impresión. Su rostro transmite duda y desconcierto.