La heredera de Lyuvov (libro 1)

Capítulo 13: “Explosión de elementos”

Mi padre me contó cómo el tío Adam lo rescató; sobre el pacto que hizo con mi madre para protegernos de Dard; lo que había hecho durante estos diez años aquí en el Mundo Armin, toda la preparación que le brindaron en la academia Kusmet y me propuso estudiar allí por un año hasta dominar mis poderes para asumir mi puesto como nueva reina.

—¿Estás seguro de que puedo? —pregunté incrédula al escuchar todo lo ocurrido.

—Eres una Zavet.

—Hablas como el abuelo. Tú mismo me has dicho que él también te mintió y que no conoces los motivos por los cuales fingió la muerte de la abuela, la del tío e incluso la tuya.

—Cariño, mientras estuve a su lado mi padre fue una gran persona para mí. Incluso cuando desaparecí se encargó de ustedes, no me puedes decir que no lo quisiste.

—Lo quise, amaba a mi abuelo y me traicionó, al igual que todos los que conozco. Me vieron cara de tonta.

—No digas eso, mi niña, estoy seguro de que hizo todo por el mismo motivo que yo, porque queremos lo mejor para ti y para muestra familia.

—Aún no puedo creer que incluso mi madre sabía de todo esto y me lo ocultó.

—Gya solo hizo lo que yo le pedí.

—¡No la defiendas! En serio, entiendo que quisieran protegerme, yo ahora lo que quiero es tener al maldito Dard en frente. —cerré los puños.

—¿Qué harás cuando eso ocurra? ¿Matarlo? ¿Te vas a convertir en un ser como él? ¿Vas a ser como Armin, sin corazón ni sentimientos?

—¡Pues no sé! Ni siquiera sé por qué ella me eligió como sucesora. Tal vez sabe que como todos me mienten y me ocultan cosas yo no seré capaz de perdonarlos.

—No me parece que no seas capaz de perdonar.

—¿Cómo sabes?

—Porque tienes la oportunidad de quemarme vivo, ahogarme o enterarme bajo tierra y no lo has hecho.

—¡No soy una asesina!

—Justo por eso, no matarás a Dard.

<<¡Rayos! Él tiene razón, matar a una persona no solo requiere valor, sino también un alma demasiado despiadada para acabar con la vida de alguien sin remordimiento. Por más enojada que este con Dard, mi padre sabe que no podré destruirlo porque aún puedo amar. Yo sé qué se siente al sufrir y cuando se pierde a alguien querido.>>

—¡Kolie, cariño! —grita Joseph subiendo la colina a nuestro encuentro.

—¿Qué haces aquí? —interroga mi padre.

—Quería saber si ella está bien, usted debe muchas explicaciones Korlec.

—¡Yo no te debo nada!

—Calma, papá. Joseph, ¿cómo están Kely y mi madre?

—Gya al parecer sabía de esto, me dio las gracias y se disculpó por el mal rato que me hizo pasar.

—Sí, mi madre sabía. Despreocúpate, no fuiste al único que le vieron la cara de estúpido.

—¿Entonces, Korlec es Dard?

—Pero serás... —gritó mi padre y lo interrumpí.

—No, lo que ocurrió fue una prueba para saber si aún puedo amar.

—¿Y puedes? —preguntó descaradamente.

—Eso parece —me encogí de hombros—. ¿También sabes de la academia Kusmet?

—Sí, en una de mis vidas fui profesor allí. ¿Estás pensando en entrar para aprender a dominar los poderes de Armin?

—Efectivamente.

—Entonces, ¿la decisión ya fue tomada?

—Sí, y te puedes ir, ya viste que ella está perfectamente bien. —intervino mi padre.

—¿Por qué me tratas así?

—¿En serio necesitas que yo responda esa pregunta?

—Siento que está siendo injusto...

—¿Injusto? Injusto es que con lo viejo que estás te atrevas a salir con mi hija, peor aún que le rompieras el corazón.

—¡Yo quiero a Kolie de verdad! Lo de Kate fue un error, lo juro.

—Guárdate el juramento para otro que te lo crea. A partir de hoy te quiero lejos de mi hija. —observo divertida la discusión de Joseph y mi padre, él tenía la espina trabada en la garganta con mi ex, no pude evitar comenzar a reír— ¿Qué es tan gracioso?

—Tal vez le divierte que ahora quiera hacerse el padre preocupado, luego de que la abandonó por diez años.

—¡Cierra la boca Joseph! —le reprendí— Mi padre no me abandonó. Cambiemos mejor de tema, esta discusión asquea. ¿Cómo entro a la academia Kusmet?

—Conozco al director —responde orgulloso mi ex.

—Yo me encargaré de eso, tú, ¡fuera de mi vista! —ordenó mi padre.

—Sabes algo Korlec, encargaté de que entre a la academia, yo seré quien la entrene en control del fuego. Gracias a mí lo obtuvo —sonrió con malicia y se marchó.

—¡Qué insufrible! En serio no sé cómo te gustó ese tipo baboso.

—Desde que terminamos me pregunto lo mismo. Vamos a la academia.

—Sígueme —bajamos la colina y llegamos a un pequeño pueblo. Mi padre le dijo algo a un señor mientras yo disfruto del paisaje. Las casitas son de barro con techo de hojas de palma secas, se ven muy bonitas adornadas con plantas silvestres.

—Bienvenida a Lyuvov, joven Kolie, será un placer ayudarla a llegar a su destino —dijo el hombre con el que mi padre está hablando, sosteniendo y besando mi mano.

—Gracias —me limité a decir.

—Vamos hija. —Mi padre abrió la puerta de una de esas casitas y llegamos a un enorme salón adornado con columnas de mármol talladas a juego con el piso de que es de un tono más claro. En el centro del local hay una señora de unos cincuenta años, con anteojos, revisando unos papeles, que al vernos suelta lo que está haciendo y nos recibe.

—Bienvenidos a la Academia Kusmet, ¿cómo puedo ayudarlos? —canturreo como un lema.

—Soy Korlec Zavet y ella es mi hija Kolie. Como puede ver... —señala mi collar y la señora se pone pálida y se acerca a mí.

—¿Este es...?

—Sí, deseamos ver al director.

—Claro, claro, síganme por favor. —Nos guio por las escaleras hasta la tercera planta donde hay una enorme puerta de metal con ribetes de plata. — Director, creo que necesita conocer a estas personas. —anunció y se marchó.

El despacho es amplio, hay muchos trofeos adornando una repisa a nuestra derecha y a la izquierda una hermosa fuente deja brotar tranquilamente un agua cristalina y brillante.



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En el texto hay: magia poderes y secretos

Editado: 27.12.2021

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