Andrea me mostró mi habitación, es espaciosa, la cama se encuentra perfectamente tendida con una sobrecama que cae en ondas hasta el suelo. Hay un espejo en forma de media luna justo al lado en la mesita de noche, su marco es de madera y tiene pequeños brillantes de adorno. Me siento extrañamente atraída a este, me acerco y lo toco. La rubia sonríe detrás de mí, la miro y le transmito el desconcierto que siento, al parecer hay algo más que debo saber.
—¿Ves las letras? Dice Fabio, a Kate le va a dar un infarto —murmura entre risitas nerviosas mientras yo observó el marco, pero no veo las letras de las que habla.
—¿¡Fabio!? —exclamé al no poder ver lo que ella— ¿Qué hay con él?
—Bueno, a Kate le gusta ese joven, él ni caso le hace tranquila. Supongo que ahora sus posibilidades son nulas.
—¿Y yo qué tengo que ver con eso? No me interesa saber que posibilidades tiene Kate con el chico que lee gusta, ni si él le hace caso.
—Aquí en la academia hay una especie de leyenda —suspira y comienza a jugar con su cabello—, pero si te cuento perderá el toque. Descúbrelo tu misma, te va a encantar.
—Cuéntame...
—Chicas —interrumpió Marie—, tenemos visita.
—Kolie, cariño —Joseph llega vestido de forma extraña, al parecer de monje. Usa una túnica de seda negra que le llega hasta los pies con extraños símbolos esparcidos por toda la tela.
—¿Y tú que usas? —solté una carcajada.
—Soy un maestro ancestral y esta es mi vestimenta. —se da una vuelta exhibiendo su nuevo y ridículo traje.
—¡Por dios! Si me hubieran dicho que iba a ver esto le hubiese robado el collar a mi abuelo.
—No seas bromista —Me reprende severo, al parecer no le gusta que me burle de él—. Ya escuché sobre el tema con Fabio. Él suele ser tan calmado —entró a mi habitación y se sentó en la cama—, no sé qué le pasó —negó con la cabeza.
—Yo tampoco —me encogí de hombros— Llegó gritando a la oficina del director y dijo que no permitiría que estudie aquí. Es un idiota.
—¿Fabio dijo eso? No tiene sentido. —Andrea puso cara de pánico.
—Algo que me preocupó de todo lo que dijo es que conoce a mi abuelo.
—¿Y eso cómo puede ser? —incluso Joseph esta asombrado con este tema, quisiera saber qué relación tiene mi abuelo con ese chico.
—¿Qué problema tienes con el chico más guapo de toda la escuela, Kolie? —interrogó Kate irrumpiendo en mi dormitorio con los brazos cruzados.
—No te importa —grité y la miré enojada. ¿Como se atreve a entrar así?
—No seas infantil —me reprochó con un tono bastante autoritario.
—No le hables así a la reina. —la reprendió Marie desde la puerta.
—¿¡La reina!? —soltó una carcajada burlona— Reina mi pie.
—¿Quieres que le muestre a tu pie lo que esta reina puede hacer? —ya siento el calor del fuego recorrerme. ¿Será que ese va a ser el poder que más domino?
—Calma chicas —Joseph se colocó entre nosotras— Eran tan buenas amigas...
—¿Debo recordarte por qué esta ya no es mi amiga? —lo encaré, al fin y al cabo él fue el culpable de todo. Ahora quiere hacer de pacifista y ese no es un tema que vaya a dejar pasar por alto aunque ahora tenga otras prioridades.
—Kolie es una niña, no sabe diferenciar las cosas —puntualizó la muy descarada—. Ahora que estas aquí te puedo contar mi historia, si deseas escucharla ven a mi habitación, está justo al lado de la tuya. Solo te haré una advertencia: Aléjate de Fabio.
—¿Y si no qué? —la provoqué.
—Si no lo haces tendrás que matarme, porque voy a dar hasta mi último aliento para destruirte. —Andrea y Marie se quedaron heladas con sus palabras, incluso Joseph se vio afectado, pero a mí su escena de celos solo me dio risa. ¿Ella espera que respete al chico que le gusta cuando me arrebató a mi novio sin pensar cuánto me dolería? ¿En serio piensa que su amenaza significa algo para mí? Juro que si no se tratara del desubicado de Fabio haría de esta situación una competencia de quién se lo lleva.
—Kate en serio está enamorada —Marie rompió el silencio que se estableció en mi habitación luego de esa discusión.
—Kolie, no quiero sonar entrometida, pero... —Andrea palideció.
—Conozco a Kate de antes —le aclaré— Al igual que a Joseph, ella fue mi mejor amiga y él mi novio, ambos me traicionaron.
—Lo imaginé —bajo la cabeza— Entenderé si no deseas que te entrenemos. No podemos sacar a Kate y...
—Tranquila, una cosa es que este molesta con ella por descarada y otra es que ponga en riesgo mi preparación. Tengo temas más graves que una riña de chicas.
—¿No te será incómodo?
—Lo soportaré —le sonreí sinceramente para que viera que no tenía problemas con ello. Atrapar a Dard más que una meta es una obligación, y si Kate es parte de esto prefiero tenerla de aleada—. Por suerte para ella, no me gusta Fabio.
—¡Qué bueno! —exclamó Joseph.
—Tú tampoco me gustas, ¿escuchaste? —le aclaré para que no se haga falsas expectativas conmigo. Lo amé como tonta mientras estuvimos juntos, fuese por el motivo que fuera me traicionó, yo no los perdonaré ni a él ni a ella tan fácilmente, solo los necesito para este objetivo y luego me alejaré de nuevo.
—Eso puede cambiar.
—No cambiará. —enfaticé
—Creo que debemos dejarlos —Andrea se apresuró a alejarse con Marie para dejarme a solas con mi ex.
—Kolie, cariño...
—No, Joseph. Te agradezco todo lo que has hecho por mí en las últimas veinticuatro horas, pero lo nuestro terminó en el mismo instante que decidiste besar a mi mejor amiga. Jamás voy a perdonarte esa traición, a ninguno, y no me interesan los motivos.
—Está bien, no insistiré —se marchó desanimado.
Sola en mi nuevo cuarto decidí darme un baño para relajarme. Tengo uno personal así que no hay probabilidades de encontrarme con nadie. Preparé la bañera y me sumergí en su interior. Dejé que el agua hiciera el trabajo de relajarme, en algún momento me quedé dormida.
(...)