...No sé exactamente cuanto tiempo he estado paralizada en esta oscuridad, solo sé que deseo que termine, quiero salir de donde sea que estoy...
—Kolie —la voz de Armin retumba en mi mente.
—¿Dónde estoy? ¿Qué me hiciste?
—Estas dentro del collar junto a mí. Tu cuerpo está aún en mi biblioteca, y no te preocupes, podrás regresar. Demoré tanto en darte alguna señal solo porque me divertía viéndote paralizada en la oscuridad.
—Eres...
—No pienses mal de mí. Llevo siglos sin recibir visitas, pero tranquila, esto no es tan oscuro ni tan malo —sentí le sonido de sus dedos chasqueando y se iluminó todo de repente. Tardé unos segundos en ver con claridad, ya que me molesta la iluminación extrema que hay a mi alrededor.
—¿Por qué querías traerme dentro del collar? —la mire, es muy linda, tiene el cabello negro azabache y le cae en ondas hasta el suelo, usa un reluciente vestido negro lleno de pequeñas y brillantes piedritas. Sus ojos son de un color púrpura muy oscuro con algunos puntitos brillantes en su interior, similares a un cielo nocturno estrellado, y sus labios rojo sangre.
—Siéntate —me guío a un sofá de piel oscuro que hay en este lugar que no tiene paredes ni fin.
—¿Solo tienes un sofá aquí? ¿No te aburres?
—Aquí puedo tener cualquier cosa, excepto compañía, solo debo desearlo y aparece —chasqueó los dedos nuevamente y el sofá apareció dentro de una habitación antigua como la de un castillo, llena de cuadros de época y candelabros; volvió a sonar sus dedos y ahora estamos en la orilla de una bella playa de agua cristalina y arena casi blanca, muy fina.
—¡Esto es genial!
—Kolie concéntrate, me costó mucho trabajo idear la forma de verte en persona, estar cara a cara frente a ti. Primero te contaré de Dard, luego de Aurora y por último de Joseph. Necesito que prestes atención a todo lo que te diré, cuando mi hermano descubra lo que he hecho va a destruir el portal que nos conecta y no estoy segura de que tenga otra forma de verte —dijo casi sin hacer pausas.
Yo por mi parte estoy embobecida con el ambiente cálido en el que estamos, el aroma salitre se cuela por mis sentidos y sonrio. Sin embargo, en mi mente también quiero escuchar todo lo que tiene por decir.
—Puedes hablar conmigo en mi mente —le recordé por si lo había olvidado.
—Mi voz en tu mente es algo así como tu subconsciente y siempre tendrás la libertad de tomar o no mis consejos, por eso necesitaba verte y que esto se grabe en tu cerebro como una advertencia.
—Bien, te escucho.
—Dard no es un godni, ni es tu abuelo Dyado, no te diré quién es, eso tendrás que descubrirlo por ti misma. El anillo en forma de espiral que usa esta maldito, yo misma lacé el conjuro. Dentro de ese objeto hay un alma como la mía dentro del collar, solo que esta no puede ser liberada de ninguna forma y condena a todo el que se apodere de la joya a ser un asesino.
—¿Por que creaste un objeto tan malo?
—Creí que nadie robaría el anillo de la caja donde lo guardaba en mi habitación, pero en el momento que fui encerrada mis cosas quedaron al descubierto y cualquiera podía tomarlas. Así fue como el anillo rodó de asesino en asesino.
—Esto no hace a Dard menos monstruo, digo, se puede quitar el anillo maldito ¿no?
—No sin ayuda, por eso necesito que encuentres a Dard y le quites el anillo. No podrás remediar lo que ha hecho, pero dejarás su alma libre. Tampoco podrás salvar al portador, está demasiado corrompido para sobrevivir a perder el anillo, pero podrá reencarnar y renacer algún día.
—Dices que salve al portador del anillo, pero no para que disfrute esta vida sino para que vuelva a nacer. Armin y ¿si vuelve a matar en otras vidas?
—No seas rencorosa, no habrá justicia para los muertos si los vivos solo sienten odio y rencor en sus almas.
—No te entiendo, a ti te conviene corromper mi alma. ¿Por qué quieres que sea buena?
—Porque no quiero corromper tu alma, quiero que te salves de mí...
—¿Por qué?
—Ha llegado Joseph con tu padre, si quieres escuchar todo debes dejar de hacer preguntas, no tenemos tiempo antes de que noten que falta tu alma.
—Muy bien, pero no te desharás de mí tan fácilmente. Ya te preguntaré lo que quiero saber en otra ocasión, aunque sea solo dentro de mi mente.
—Como quieras, igual dentro de tu mente puedo desconectarme de ti para que no molestes —le dedique una mirada de desaprobación y ella se acomodo el pelo dándose importancia.
—Bueno, acaba da hablar.
—El joven Claus fue hijo del señor Valdir Flimerg con una bruja de clase muy baja. Una vergüenza para la familia, por lo que desaparecieron cualquier evidencia del ultraje. Luego fueron asesinados todos y el niño a pesar de ser muy pequeño era el único heredero vivo. Su madre se llevo el collar pensando que su hijo podría ser poderoso y salir de la miseria, sin embargo, no todos soportan mi poder como podrás haber notado. El niño custodio el collar y entrenó en la academia Kusmet para hacerse un hechicero fuerte, pero por más que se esforzaba sus habilidades mágicas siempre fueron insignificantes —narró muy relajada— Tu abuela por el contrario a pesar de no tener ninguna ascendencia mágica siempre fue muy poderosa. Yo manipulé a mi guardián para que se acercara a ella, de esa forma cuando él me usara y muriera, ella se convirtiera en mi nueva guardiana. Yo no me teletransporté a sus manos como todos dicen cuando Claus murió, aunque sí planifique todo para que Aurora fuese la única que pudiera apoderarse del collar. Ella siempre vivió aterrorizada al saber que el collar mato a su amigo, por eso nunca, mientras estuvo viva, permitió que nadie usara la joya.
—Así que, ¿fuiste tú la que llevó a mi familia hasta este punto?
—No voy a darte excusas, no tenia idea de todo el caos que traería mi decisión de cambiar de guardián. Tampoco sabía que el alma que encierra el anillo haría lo imposible por estar a mi lado.