La heredera de Lyuvov (libro 1)

Capítulo 23: “Dard y su marioneta”

Ignoro a Joseph, Fabio y mi padre que me hablan todos juntos, solo tengo cabeza para lo que me ha dicho Armin. Ella sí que sabe como ponerle la vida de cabezas a una persona. ¿Cómo después de revelar tantas cosas importantes me viene con esto?

Entre tanto caos dentro de mi mente recuerdo lo que me había dicho Fabio antes de visitar el mundo del collar; puedo leer un libro entero con solo hojearlo y eso hago. Mi mente como una computadora ordena solo lo que me interesa: "Una bruja sin corazón solo será destruida por una bruja de alma pura" "La hechicera debe salir del collar para ser destruida" "Todos sus hechizos quedarán sin efecto cuando ya no sea parte de este mundo"

Y justo ahí están mis problemas; si destruyo el alma de Armin antes de quitarle el anillo a Dard este no podrá renacer, sus oportunidades se acabarán. Tampoco puedo arriesgarme a hacerle daño a Josh solo para salvar la vida de un asesino. La decisión parece simple, pero dejar morir a uno para salvar al otro me va a convertir en un ser demasiado despreciable, un alma impura. Debo hallar una solución que favorezca a todos.

Sé que cuando Armin salga del collar nuestra conexión se acabará y yo no podré continuar dominando los cuatro elementos, tampoco seré la futura reina de Lyuvov. Este mundo quedará a la deriva y no podré detenerlo. Mi cabeza esta a punto de estallar, me duele el cuerpo, me siento débil e impotente.

—Kolie —la voz de Armin retumba en mi interior.

—No quiero hablar contigo —digo cortante dentro de mí.

—Si puedes destruirme cuando salga todo se resolvería.

—No estoy pensando si matarte o no, eso apuesta que lo haré. Estoy analizando como hacerlo sin dañar al resto. Joseph te quiere mucho, él no me perdonaría, pero no hay opción. Tú no serás buena jamás.

—Quiero hablar con mi hermano. Déjame hacerlo, te demostraré que he cambiado.

—¿Quieres que te dé el dominio de mi cuerpo? Mira, lo lograste una vez cuando me tomaste desprevenida, pero no soy tonta, no sé que harás con mi cuerpo si te lo doy.

—Prometo...

—¡No me hagas promesas! Odio que me prometan cosas que jamás van a cumplir.

—Confía en mí.

—Si hay algo que no puede pasar ni por un momento por mi cabeza es confiar en ti —cierro la conexión y me pongo de pie.

Mi padre se acerca y me abraza, le devuelvo el gesto. Abrazarlo hace que me sienta muy protegida, tal vez ese es su don. Acaricia mi cabello como lo hacía cuando era una niña. Mis emociones hacen un remolino en mi interior y mis ojos se llenan de lágrimas. Siento como su contacto saca lo malo y negativo de mi ser, no pongo resistencia y dejo que todo salga.

Lloro desconsoladamente por un tiempo y sigo repitiendo <No lo haré, no lo haré> ellos no saben de qué hablo, pero decirlo me desahoga bastante. Fabio me extiende un vaso de agua que acepto sin pensarlo dos veces, bebo lentamente para no atragantarme.

—Kol, cariño, ¿puedes contarnos qué paso?

—Josh, ahora no —le pide mi padre.

—Ella me contó varias cosas y aclaró algunas dudas... —comencé a narrar con un hilo de voz.

—Kol, hija, puedes tomarte un descanso. Primero salgamos de aquí.

—Papá, necesito hablar ahora. Y luego, hablaré seriamente contigo, espero que tengas una buena justificación para tener este libro en tu poder.

—Puedo...

—Ahora no —lo interrumpí recuperando un poco mi voz normal—, es importante lo que les diré. Josh, Armin te lanzó un hechizo a través de su mente.

—¿Qué? Imposible, ella no podía hacer magia —expresó él moviendo su cabeza en un gesto de negación.

—Al parecer sí podía, no solo te hechizo a ti. Encerró el alma de alguien dentro del anillo que usa Dard y condeno a todo el que lo use a matar.

—¡Diablos! —exclamó mi padre pasándose las manos por la cabeza.

—¿Qué tipo de hechizo me lanzó? —Joseph tomo mis manos colocándose muy cerca de mi rostro. Casi puedo sentir su respiración agitada y su corazón desenfrenado.

—Uno que te puede hacer mucho daño, Josh. —Una lágrima se me escapó.— Ella dijo que yo haría todo lo que ella no pudo, incluyendo matarte.

—Ay, Kol, cariño, en serio estás mal por eso —comenzó a reír —. He vivido varios siglos, corazón, supongo que es tiempo de descansar. No permitas que eso te afecte, yo estoy bien con entregarte mi vida.

—¿Te volviste loco? —grité frenética.

—Mira, piénsalo. ¿Sabes a cuantas personas queridas he perdido durante todas mis vidas? Cada 25 años Renazco y Renazco, pasando de familia en familia. Todos mis recuerdos están ahí; desde que nací por mis padres biológicos, hasta la última mujer que me cuidó. No hay excepción, no olvido ni un detalle. Hay veces que me canso de esto...

—Ni lo pienses, no lo haré.

—Bueno, perdón que interrumpa tan emotiva charla —comenzó Fabio—, pero, ¿solo hablaron de Joseph ahí dentro?

—No, como dije, Armin creó el anillo que usa Dard. Me revelo que la identidad de este ser no la hemos descubierto, que descartara la idea de un godni o de mi abuelo. También me dijo que debo quitarle el anillo para liberar su alma.

—¿No te dio ninguna pista sobre la identidad del asesino de mi familia? ¿No te dijo donde encontrarlo?

—Lo siento, no dijo nada de eso, solo que lo descubriría.

—Mira —soltó un suspiro profundo— quiero que Dard pague lo que le hizo a mis padres y a muchos otros seres mágicos. Lo he estado pensando, no tengo ni la más remota idea de cómo hallarlo. Haciendo un recuento de los últimos días siento que ese hombre es un fantasma que cambia de identidad con facilidad.

—¿Un fantasma? —pregunta Joseph— ¡Los fantasmas no existen!

—¿Quieren saber cómo llego el libro a la caja fuerte? —intervino mi padre.

—Eso no hay ni que preguntarlo —respondió Fabio.

—Kely lo tenía, dijo que su abuelito se lo había traído para que me lo diera. Kolie, corazón, yo no confió en Armin. Ella puede decir lo que quiera, pero Dard tiene que ser mi padre, Dyado Zavet.



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En el texto hay: magia poderes y secretos

Editado: 27.12.2021

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