La heredera de Lyuvov (libro 1)

Capítulo 26: “Control del aire”

—Creo que vamos directo a una trampa —solté de golpe.

—Opino lo mismo —añadió Joseph e hizo una maniobra para regresar la nave.

—¿Por qué regresamos, Josh? —le pregunté y él me ignoró rotundamente— ¡Josh! —repetí y él continúa sin responder.

Me levanté de mi asiento aún con la espada en la mano y abrí la puerta en el aire para mirar hacia atrás. Estamos a unos kilómetros de una llanura en forma de círculo perfecto, en el centro hay algo que no logro ver con claridad. Mis instintos sugieren que es un cuerpo, pero mi mente quiere negarlo.

—Kolie, sale de ahí, te puedes caer —pide Fabio.

—¡No soy una cobarde! Iré a ver qué hay.

—Kolie —Joseph llamó mi atención—, el sacrificio de uno por el bienestar de la mayoría es lo que cuenta ahora.

—Conmigo es todo o nada, Josh.

—Hija por favor —suplicó mi padre, pero es tarde, esto y determinada a rescatar a Kate.

Enterré la espada en el suelo de la nave y salté. Me concentré para dominar mi cuerpo y caer lentamente, el aire me favorece y siento sus moléculas acunarme. No es la primera vez que salto de una altura considerable, el miedo no me detiene. Consideró que temer es normal porque soy humana, lo que vale es sobreponerme y lograr mis objetivos.

La brisa me mece como a un bebé, relajo todos mis músculos, siento como si estuviera dormida, pero tengo mis sentidos alertas. Pueden atacarme en cualquier momento. Caigo de pie con suavidad en tierra firme y corro en dirección a la llanura. Siento que alguien me sigue y volteó, es Fabio, suspiro aliviada y me detengo a esperarlo.

—¿Me seguiste? —pregunté cruzada de brazos fingiendo estar enojada. Me alegra que esté aquí.

—No eres la única que controla los elementos, ¿recuerdas?

—¿Y los demás?

—Les da miedo saltar, ¿qué esperas? —sonríe— Convencieron a Joseph de regresar por Kate. Ellos nos esperarán en la llanura.

—Muy bien, avancemos entonces.

Corrimos los dos, el viento no nos pone resistencia. La brisa corre en el mismo sentido que nosotros impulsándonos. Es fabuloso el poder del aire, la calma que confiere y la suavidad de su toque en mi piel.

Llegamos a la llanura, miro al cielo y veo la nave volando bajo, lento y en círculos. Desde aquí puedo distinguir mejor lo que hay en el centro, efectivamente es un cuerpo.

Kate esta inconsciente en el suelo, con el pelo alborotado, y un líquido carmesí mancha sus tobillos y muñecas. Intento avanzar hasta ella, pero Fabio me detiene. Voy a reprocharle y coloca su dedo en mis labios. Inquiero que no estamos solos, él intenta localizar a los que trabajan con Dard.

—¡Abajo! —grita y nos envuelve en una montañita de tierra. Siento como algo impacta contra las paredes exteriores de nuestro refugio.

—¿Por dónde vienen?

—No lo sé, si mis cálculos no fallan tendremos que llegar a Kate por debajo de la tierra, vamos.

—Muy bien.

Él abrió un círculo bajo nuestros pies, y yo coloco sobre nuestras cabezas la tierra que Fabio quita para cerrar el pasadizo que está abriendo. Apenas tenemos dos metros de aire. Avanzamos con destreza unos metros hasta que él se detiene y yo hago lo mismo.

—El cuerpo de Kate debe estar sobre nosotros.

—Muy bien, tengo una idea —le informo y él asiente con la cabeza para que le cuente— Yo saldré primero y crearé un remolino de aire para que los que nos atacan no puedan acercarse, tú agarras a Kate y nos elevamos con el viento hasta la nave.

—Buena idea.

Seguí el plan que tracé en mi mente, creé el remolino, pero no solo con aire sino también con enormes piedras que llamé con la mente.

Las piedras giran y el viento arranca hojas y ramas. Todo fluye con total armonía a mi alrededor y efectivamente nuestros atacantes no pueden acercarse. Fabio sostiene a Kate, la pobre está muy lastimada.

Veo como él hace platillos de aire en forma de escalera hasta la nave. Continuó ejerciendo el movimiento de mis manos para que no se detenga el remolino y sigo al chico subiendo por los mismos platillos que él. Víctor ayuda a levantar a Kate, mientras Fabio me agarra en el aire y el remolino junto a todo lo que contiene en su interior cae abruptamente contra el suelo. Estamos a salvo, pero Dard se ha salido con la suya y no logramos capturarlo.

(...)
 


 

Me sumergí en la bañera llena de agua caliente jabonosa. Cerré los ojos intentando calmarme, mi cuerpo se tensa un poco por la preocupación. Kate está siendo tratada en la enfermería, la llenaron de cremas y le suministraron medicamentos intramusculares, dicen los médicos que en unos días podrá volver a sus funciones normales sin secuelas. Estoy ansiosa por hablar con ella, nos quedamos sin pistas sobre la ubicación de Dard y Kate puede tener alguna señal que nos lleve a él. Pero no puedo presionarla ni incomodarla con un interrogatorio.
 


 

Mi padre regresó la casa, nos preocupan mamá y Kely. Espero su llamada mientras me baño. Por su parte, Joseph actúa extraño, no puedo creer que pensaba dejar a Kate abandonada. Él mira la espada con recelo y esto me tiene muy mal. ¿Qué tiene este artículo que convirtió a Joseph en alguien tan distante?
 


 

—Kolie —la voz de Armin interrumpe mi relajación.
 


 

—Al fin apareces —le respondo en mi interior.
 


 

—La espada te aceptó.
 


 

—Dime algo que no sepa.
 


 

—Eso significa que el alma de mi hermana reencarnó en ti.
 


 

—¡¿Qué?! —grité en voz alta y me puse de pie en la bañera salpicando agua por fuera.
 


 

—La heredera de Lyuvov jamás fui yo, mi hermana murió siendo una niña por lo que tuve que ocupar su lugar. Ella reencarnó en ti, no había notado eso. Ese es el motivo por el cual no has perdido tu habilidad de amar.
 


 

—No entiendo nada. Tuviste una hermana, ella reencarnó en mí, por eso no me afecta la regla de que el collar no debe ser usado... No entiendo nada —niego con la cabeza y vuelvo a sentarme en la bañera.
 



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En el texto hay: magia poderes y secretos

Editado: 27.12.2021

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