La heredera de Lyuvov (libro 1)

Capítulo 28: “Control del fuego”

—Kolie... —Fabio acaricia mi pelo.

—¿Dejó alguna pista?

—Ninguna.

—¿Por qué se lleva a los que me importan y no directamente a mí? ¡Si me quiere aquí estoy!

—Kol...

—Ya, no digas nada —lo interrumpí colocando mis dedos en sus labios, son tan suaves— Quiere el collar y no me lo puedo quitar, tiene a mis amigos y no deja pista para buscarlo. ¡Es un cobarde! —me crucé de brazos y me levanté de la camilla.

—Lo es —suspira y me arrastra junto a él, yo no opongo resistencia.

Coloca mis brazos sobre sus pectorales y mi cabeza esta por debajo de su barbilla. Levanto los ojos para mirarlo y él acorta la distancia entre nosotros dejándome a unos centímetros de sus labios. <<¿Y este qué quiere?>>, grita mi subconsciente haciéndose el indignado.

Mi corazón está desbocado, ¿por qué causa este efecto en mí? ¿Lo hará de forma intencional?

—Fa... Fabio —digo entrecortadamente.

—¿Sí? —susurra y se acerca un milímetro más.

—Detente —lo empujo para que se aleje.

—Perdona, no sé que pasa conmigo que tenerte cerca me hace hacer cosas... —pensó por unos segundos la palabra correcta y concluyó— alocadas.

—Si, me doy cuenta. No te preocupes, ni te avergüences, también ando un poco confundida.

—¡¿En serio?! —no pudo ocultar la emoción ni el brillo de sus ojos— Es decir, no sé qué te confunde. Tu relación con Joseph es bastante íntima...

—Él es mi ex, sí, lo amé. Pero superé esos sentimientos hace tiempo. Y me confunde el hecho de que prácticamente ni te conozco y haces conmigo lo que te da la gana —solté de golpe.

A veces odio ser tan impulsiva, ¿cómo se me ocurrió decirle eso?

—Buenas tardes, estudiantes —interrumpe la profesora Gluf y Fabio se derrite con ella.

¡Hombres! Hace 5 segundos andaba provocándome y ahora babea por ella. Niego con la cabeza y él se sonroja un poco. <<Sí, ten avergüenza>> vitorea mi conciencia.

—Profesora, ¿cómo se siente? —pregunté

—Mucho mejor, gracias por preocuparte querida —me sonríe tiernamente y se pone seria de nuevo— El director desea hablar con ustedes.

La seguimos, la escuela está hecha un desastre, hay varios estudiantes aún recibiendo tratamiento para poder volver a moverse. ¿Por qué me habrán dejado sola en la enfermería si hay tantos que necesitan cuidados?

—¿Por qué atienden a todos aquí abajo?

—La enfermería no está habilitada para tantas personas. No querían tener favoritismo.

—Conmigo lo tuvieron.

—Tú no eres una simple estudiante en esta academia, eres la futura reina, ¿recuerdas? 

—Es injusto —hice un puchero infantil y me apresuré a alcanzar a la profesora. Camina como una bala directo a la academia.

En la dirección lo primero que diviso es una conversación entre el director y mi padre, este último está completamente serio, su rostro es indescifrable. Al verme detienen su charla. Lo noto raro, pero mi atención se desvía por completo a la pequeña de ojos azules que está dibujando en el escritorio. Mi corazón se estrujó como una hoja de papel, siento que hasta mis ojos están aguados en este minuto. Ella nota mi presencia y me regala una sonrisa. ¡Extrañaba mucho a esta niña!

Ver a mi hermana me emocionó a tal punto que corrí a abrazarla, ella me correspondió tiernamente. Sus bracitos me acorralan y empieza a llorar en mi hombro, así de la nada.

«Debe ser la emoción» pienso mientras acaricio su espalda.

«¿Por qué la habrán traído?» pregunto internamente y continúo disfrutando del reencuentro.

—Hija —mi padre se acerca con el rostro contraído—, te tengo una mala noticia.

Kely me agarra con fuerza, aún estamos atadas en un abrazo. Aprieta sus ojitos y noto que están hinchados. Un mal presentimiento se apodera de mí, la mala noticia debe ser realmente mala.

—¿Qué ocurre? —me arrodillé en el suelo para abrazar mejor a Kely.

—Tu madre ha desaparecido —justo en ese instante mi universo completo colapsó.

Siento el fuego recorrer mi cuerpo exigiendo salir, si no fuera porque tengo a Kely entre mis brazos ahora mismo estuviera perdiendo el control de todos los elementos. Sin embargo, esta posición con ella me controla un poco, el temor a dañarla es mayor que el enojo que siento al tener tres seres queridos desaparecidos. No puedo permitirme lastimar a nadie, menos a la personita que más quiero en el mundo.

—¿Fue Dard? —ya conozco la respuesta, obviamente sí, él quiere que explote.

—Kolie —Armin aparece en mis pensamientos—, ¿dónde dejaste la espada?

—¿¡En este minuto crees que me importa la maldita espada!? —grito en mi interior.

—Entiendo que estés enojada...

—¡Tú no entiendes nada! Dime la identidad de Dard, yo sé que sabes, no lo ocultes. ¡Tiene a tu hermano! ¿Será que eso no te importa en lo más mínimo?

—Él se sabe cuidar —dice ella con total seguridad.

—Como mismo se cuidó antes de que lo atraparan —digo con sarcasmo.

—Si no te importa la espada, por lo menos esfuérzate más por controlar todos los elementos. Veo que trabajas bien dos, pero te faltan otros dos.

—El fuego y el agua, ya sé, aunque no me preocuparía por el fuego. Puedo hacerlo cuando quiera.

—No te confíes —alerta y cierra la conexión.

—Kol, Kol —Kely me mueve de un lado a otro llamando mi atención.

—Bella, perdona, estaba hablando con una persona.

—¿Aquí también hablas con tus personajes? —sus tiernos ojitos azules están un poco sonrojados y sus pestañas mojadas.

—No —sonrió—, hablaba con una "amiga".

—¿¡Telepatía!? —dice con asombro.

—Algo así —le sonrió y acaricio sus cachetones rosados—. ¿Llorabas por mamá?

—En parte —baja la cabeza.

—¿Y la otra parte?

—Te extrañaba.

—Y yo a ti hermosa —la vuelvo a abrazar.

—Señorita Kolie —llama mi atención el director—, no se preocupe por su hermana, aquí ya establecí un equipo para que la cuiden. Usted y su padre pueden ir sin problemas a buscar a ese maldito...



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En el texto hay: magia poderes y secretos

Editado: 27.12.2021

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