La heredera de Lyuvov (libro 1)

Capítulo 30: “Batalla Colosal”

Fuimos a la enfermería a curar el rasguño de mi brazo y el pecho de Fabio. Me pusieron una crema que arde como fuego, pero que selló la herida en unos segundos, no dejó ni marca.

—¡Wao! —exclamé impresionada a la enfermera que me sonrió y se marchó en silencio.

—Te comenté una vez lo efectivos que son nuestros tratamientos —dijo Fabio colocándose a mi lado.

—¿Cómo está tu pecho?

—Perfectamente —quitó parte de su camisa rasguñada y me mostró su marcado pecho impecable— Puedes tocar —lo miré y alzó una ceja divertido.

<<Este no pierde oportunidad de provocarme>> pensé.

—Deberías ponerte ropa decente —me levanté de la camilla y salí de la enfermería.

—Kolie, son casi las seis —alega siguiéndome.

—Debo ir sola.

—No sabes dónde queda. Te acompañaré solo hasta un punto en el cual puedas avanzar sin perderte.

—Está bien, ¿vas a ir así? —señalé su ropa harapienta.

—No tengo tiempo de cambiarme, aunque la camisa rota y ensangrentada no es mi estilo —dijo quitándose la camisa, la soltó en un basurero a la entrada de la enfermería.

—¡Estás loco! Puedes cambiarte, un minuto más o menos no va a hacer la diferencia. Dard no va a desistir.

—Hace calor, pero no se altere, majestad. Subo y bajo de mi habitación en dos segundos.

—No te tardes, vamos contrarreloj.

Él desaparece en el elevador y yo me adelanto a esperarlo en el lobby. Mientras aguardo mirando las puertas metálicas, una brisa mueve mi pelo despeinándome un poco, volteo a la entrada y veo a Armin llegar junto a Kate y Joseph, ambos están flotando en el aire e inconscientes.

—¡Armin! ¡Lo lograste! ¡Están a salvo! Vamos a la enfermería —digo emocionada, ella evita mi mirada y avanza hasta el elevador.

Entramos en silencio a la enfermería, los doctores se ponen en función para curar a Kate y Joseph.

—Kolie, necesitamos hablar —dice seria.

—Claro, pero mejor que sea luego. Fabio me espera, Dard fijó una cita, no puedo perder la oportunidad de enfrentarlo. ¿Adivina? ¡Ya domino los cuatro elementos!

—Sugiero no ir.

—No puedo, trajiste a Kate y Josh, pero mi madre...

—Ella está bien.

—¿La viste? ¿Por qué no la trajiste también?

—Sobre eso quiero hablar —alza la voz, noto cierta tensión en sus palabras, los presentes la miran con temor—. No se preocupen, no voy a hacer un desastre —dice y todos regresan a sus funciones evitando mostrar sus nervios.

—Muy bien, habla, no entiendo por qué no la trajiste si la viste.

—Necesito ir a un lugar más privado.

—Voy contra reloj, lo que tengas que decir, dilo ahora o espera a que yo regrese —estoy dispuesta a retirarme cuando ella sostiene mi brazo y me abraza.

—Lo siento —dice con un hilo de voz.

—Dijiste que estaba bien, ella no...

—No —se separa de mí—, no está muerta.

Suspiro aliviada, no sé que soy capaz de hacer si algo le ocurre.

—Armin, ya basta de secretos, no quiero que tú también me mientas, por favor —suplico desesperada.

—Hay un secreto muy fuerte que no estaba previsto dentro de las piedras del collar...

Fue interrumpida por una espiral de luz que se abrió frente a nosotras. Mi tío Adam salió furioso y al ver a la poderosa hechicera a mi lado su rostro se contrajo aún más.

—Querida —me abraza y me besa en la frente—, traigo muy malas noticias para ti. Dard no puede ser un godni.

—Lo sabemos, como no tengo forma de contactarte cundo estas en las espirales no te puedo mantener al tanto de los descubrimientos. También sabemos que mi abuelo no fue.

—En eso te equivocas —susurra Armin en un intento fallido de que no la escuchara, porque lo hice.

—¡Tu misma dijiste que mi abuelo no era!

—Dije que no era Dyado.

—¡No me digas que ahora Dyado no es mi abuelo! —grito perdiendo por completo la paciencia.

Los médicos y enfermeras se apresuran a terminar el tratamiento en Joseph y Kate, supongo que presienten que las cosas se van a poner feas si Armin no acaba de hablar.

—Kolie, para pertenecer al mundo no mágico tienes un árbol familiar muy raro y con muchas ramas en blanco —se cruza de brazos y camina hacia una ventana a mirar el atardecer.

Ya son las seis, evidentemente llegaré tarde al encuentro con Dard. Pero lo que acaba de decir ella me preocupa, si no es mi abuelo Dyado, ¿se refiere a al padre biológico de mi madre?

Ella habla muy poco de su pasado, por no decir que no cuenta nada. Solo sé que creció en una casa hogar hasta la mayoría de edad, la misma donde conoció a la madre de Kate. Ambas eran huérfanas y se cuidaban la una a la otra.

Cuando la madre de Kate murió, mamá la paso muy mal, estuvo casi una semana sin poder salir de la cama de tanto llorar. Fue un duro golpe para ella perder a su única amiga y familia de la infancia.

—Armin, aclárame todo, necesito respuestas.

—Tu madre, Dard y... —se calló abruptamente cuando Fabio salió del elevador a buscarme.

Fue una milésima de segundo lo que tuve para reaccionar antes de que ambos impactaran uno contra el otro dos grandes bolas de fuego.

Armin desprendió un trozo de pared y la lanzó contra Fabio, este con una agilidad increíble la esquivó y le devolvió una bola de fuego que impactó justo detrás de ella. Se lanzaron cualquier cantidad de utensilios, incluso una camilla paso volando y casi me da, solo que mi tío me quitó del medio.

Es una batalla colosal, ellos son extremadamente poderosos. Corrí hacia Kate y Joseph seguida de mi tío Adam, arrastramos los cuerpos inconscientes hasta el remolino del tiempo.

—Tío, cuídalos por mí —dije cuando estaban los tres dentro.

—Kolie, ven conmigo.

—No puedo, debo saber qué pasa con esos dos.

—¡No te expongas! ¡Ven!

—No, vete —ordené.

Los médicos y enfermeras ya habían corrido a esconderse, así que fui en dirección a Armin y Fabio que están destruyendo el lugar.



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En el texto hay: magia poderes y secretos

Editado: 27.12.2021

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