Las decisiones hay que tomarlas, pero no siempre es fácil decidirse y casi nunca te llevan a donde deseas realmente llegar. La vida es un enigma, propone retos que debes superar y muchas veces la sonrisa se te esfuma del rostro ante la dificultad.
Mi madre no me deja opción, es con ella o contra ella.
Con ella significa junto a Dard, algo que jamás haré. Él se ha convertido en la persona que más odio aún sin conocer su nombre real ni su rostro. Un ser repugnante, malvado y manipulador que está usando a mi madre para cumplir sus retorcidos deseos. Dicen que odiar daña el alma, pero cómo no odiarlo si ha sido el impulsor de la destrucción de lo que más quiero, mi familia. Contra ella sería enfrentarme a alguien que quiero con toda mi alma.
Sentimientos encontrados, amor y odio. Una fina línea los separa, pero esa línea se enreda en mi cuerpo para lastimarme. El dolor es interno, no se ve pero se siente.
—¿Vendrás o no? —pregunta mi progenitora alzando una ceja.
—Lo siento —me disculpé con pesar, pero no puedo permitir que la sigan usando.
Me concentré en traer hasta nosotras el agua del lago que está flotando a unos metros y envolví a mi madre con ella. Bajé la temperatura del líquido hasta convertirlo en una gruesa capa de hielo, milagrosamente funcionó. Debo alegrarme por mi nueva habilidad, sin embargo, no estoy de humor para alegría. Con ayuda del aire la elevé y logré llevarla de regreso a la nave.
—¡Suéltame! —exige a puro grito una y otra vez.
Yo limpio mi rostro empapado en lágrimas, y sigo luchando contra las estúpidas ramas que me hacen daño en la piel.
—¡Kolie! —grita Kate al verme.
—¿Y Dard? —pregunta Armin.
—¡Gya! —exclama Joseph— ¡Kolie! ¿Cómo puedes traer a tu madre de esa forma?
—Les guste o no, estoy haciendo lo que estimo correcto. Ella está apoyando a la persona equivocada, simplemente no lo permitiré.
—Bueno, pero bájala de ahí —pidió él acercándose a nosotras.
La coloco con delicadeza en el suelo, sus dientes rechinan por el frío, su piel está pálida y sus mejillas muy rojas, supongo que estar envuelta en hielo no es agradable. Ese pensamiento me debilita y el hielo se derrite a una velocidad increíble como si nunca se hubiese congelado. Mi madre cae en los brazos de Joseph empapada y tiritando.
—Perdón —volví a comenzar a llorar frente a todos.
—Oh, Kol —Kate se acerca y me abraza.
—Yo sé que una disculpa no es suficiente, pero fue lo primero que se me ocurrió antes de dejarla ir con ese maldito...
—Kolie —Joseph me interrumpió, su actitud conmigo es fría y distante—, ahora eso no es importante —se gira a mi madre que aún se encuentra en sus brazos— Gya, no te dejaremos ir con Dard. Él responderá por sus crímenes, tu hija no puede perderte, aprenderá a perdonarte, no la lleves a su límite, por favor.
—Bien, ¿ahora cómo se supone que encontraremos a Dard? —añade Armyn que observa la escena distante.
—Yo... —responde mi madre débilmente, pero Josh la interrumpe, este chico no deja hablar a nadie.
—No hables. Regresemos a la academia para que te pongan algún tratamiento que restablezca tu temperatura corporal.
—Eres muy bueno, Josh —susurra ella con un hilo de voz— Ojalá fueras tú y no él.
Mi madre se desmayó por el frío. Mi intención no era lastimarla, pero ya veo que dominar los elementos no es suficiente cuando actúas por impulso. ¡¿Por qué soy tan impulsiva?! Tengo cerebro, puedo pensar y analizar mis acciones, pero simplemente no lo hago.
Dentro de la nave, abracé a mi madre, ambas acurrucadas en el suelo. Calenté mi cuerpo con ayuda del poder del fuego y logré que recuperara parte de su color con mi calidez. Mi padre y Kely nos esperan en la entrada de la academia junto al director que da tantas vueltas en círculos como un trompo.
Joseph carga a mi madre y mi padre corre a él, su rostro muestra toda la preocupación que puede transmitir un hombre enamorado cuando ve a su amada lastimada. Me quiebra verlo así, peor aún cuando debo confesarle que lo usaron.
—¿Qué ocurrió? Gya, cariño, ¿estás bien? —pregunta casi temblando.
Esa es la parte difícil, contarle a mi padre sobre la traición de mi madre. El pobre va a sufrir más que yo porque fue la víctima principal de todo el plan macabro de Dard.
—Papá, ¿podemos hablar?
—Kol, mi niña, ven conmigo —pide mi madre.
—Vamos con ella, luego hablamos —responde él adelantándose con Joseph.
Yo sostengo la mano de Kely que mira a todos confundida y asustada. La pequeña debe sentirse extraña rodeada de personas que no conoce y lo peor, presenciando escenas como esta.
—¡Kolie! —llama mi atención el director—, ¿dónde está mi sobrino?
—Podemos hablar de eso luego —pido y miro con nerviosismo a Kely.
—Yo me encargo —interviene Armin y el director se hace una hormiga a su lado. Se nota que le teme, aunque no debería, Armin ha cambiado.
La mujer que salió del collar no es la misma que encerraron hace años. Tal vez la soledad la hizo reaccionar o quizás, fue la idea de perder a su hermano lo que ablandó su corrompida alma.
Su cambio no la exime de culpas, hizo daño a personas inocentes y condenó a otros a una mala vida. Cuesta admitirlo, pero tal vez Dard no fuera tan monstruoso si Armin no hubiera hechizado el anillo.
Camino de la mano con Kely hacia la enfermería. Kate y Armin se quedan con el director, supongo que le contarán lo de Fabio y que está inconsciente en la enfermería por el hechizo de Joseph.
Mi tío Adam tuvo que marcharse. No sé cuando tendremos la oportunidad de volver a hablar. El pobre como espíritu tiene muy poco tiempo para interactuar en el mundo real, las espirales del tiempo son un tema que me gustaría investigar más adelante. Quiero saber cómo funcionan, por qué a veces los espíritus pueden tocar cosas en el mundo vivo, teletransportar objetos y personas de un lugar a otro. Pienso que el mundo mágico es tan enigmático como la vida en sí.