Capítulo 36: “La muerte de Dyado”

—Descansa —dice y desaparece en la oscuridad.

Me acuesto en el suelo, frío y duro, miro por el ventanal el paisaje. En mi mente comienzo a atar nudos. Si mi sueño fue un recuerdo, ¿lo maté? ¿Cumplí con la maldición de Armin? ¿Joseph habrá renacido?

Un remolino de tiempo aparece a mi lado. Mi tío Adam saca su cabeza y me sonríe.

—¡Felicidades! ¡Lo lograste! —dice mientras sale.

—¿Qué logré?

Me siento para verlo mejor y él se acomoda frente a mí.

—Derrotaste a Dard, vengó del futuro ahora mismo no puedo darte tantos detalles. Solo quería decirte algo antes de la coronación muy importante.

—Vale, te escucho —expreso sin ánimos.

—¿Te noto rara? ¿Qué sucede?

—No lo sé con exactitud. —Mejor que nadie sé que jo se puede revelar el futuro, así que le haré preguntas indirectas.— ¿Qué sabes de los maestros ancestrales?

—Bueno, sé que renacen cada veinticinco años, no pierden los recuerdos de sus vidas anteriores, son poderosos, difíciles de engañar, básicamente humanos con sentidos mejorados.

—¿Qué pasa si alguien los mata?

—Renacen, pero se queda la marca de la forma en que los matan. Es decir si les disparan, se queda una cicatriz.

—¿Qué pasa si los queman? ¡Su piel se queda desfigurada!

—Temo que sí, por eso los maestros ancestrales tienen defensas muy altas contra el fuego. No conozco a ninguno que se dejara quemar. Joseph es el más fuerte, a ese ni siquiera lo han matado una vez en su vida.

—¡No me lo puedo creer! ¿Qué hice? —dije horrorizada y mi tío me observa desconcertado.

—¿Qué hiciste?

—Lo maté, yo... lo quemé —comencé a llorar devastada.

«¡Por qué hice algo como eso! ¡No tengo mis recuerdos! ¿Alguien me manipulaba? Necesito respuestas, ¡siempre necesito respuestas! Que frustración.» Todo esto pasa como filosas dagas por mi mente.

—¿Estás segura? Pero si...

—¿Si qué? —lo interrumpí y me sequé las lágrimas que me nublan la vista.

Una pizca de esperanzas aflora en mi pecho, tal vez no le hice daño como pensé. ¡Esa Armin! Su misterio me tiene mal, ¿por qué no es clara conmigo?

—El futuro, sabes que revelarlo...

—Tío, por favor, la conciencia me está matando. Solo dime si lo viste... entero.

—¿Entero? Sí, bueno, estaba entero —asintió con la cabeza.

—Ay, ¡qué bueno! —sonrió y abrazo a Adam— Supongo que Armin solo exageraba —me cruzo de brazos.

—Lo que venía a decirte. En el juicio de Fabio, no debes dejarte guiar por los sentimientos.

—Tío, ¿cuáles sentimientos?

—Kolie, tú te abriste a él. Dejaste que conectara contigo, así que sentirás cada cosa que él siente.

—¿Cómo?

—Solo vine a advertirte, porque fue de esa forma que Fabio se apoderó de tu cuerpo antes de derrotar a Dard.

—¡Fabio hizo qué!

—Tal vez vine antes de tiempo —dice pensativo— Básicamente tú no recuerdas nada.

—No —admito—, pero no importa, ya se va aclarando la situación. Tal vez antes de la coronación alguien me ponga al día.

—Seguro que sí.

—Como aún hay tiempo antes de que se cierre la espiral. Cuéntame cómo funcionan.

—¿Las espirales? —asiento con la cabeza— Sabes que no tengo magia, las descubrí gracias a Korlec. Cuando era pequeño escribía muchas cosas y había un hechizo para invocar las espirales.

—Mi padre va a ganar el premio a creador de conjuros más brillante —río por lo bajo.

—Probablemente. Él dijo el conjuro y se abrió la espiral del tiempo. Como era pequeño se asustó y salió corriendo. Yo de curioso entré —se encoge de hombros—. Viajé al mundo Armin y conocí la magia desde sus inicios. Luego regresé a mi época.

—¿Cómo es posible que te mataran estando en la espiral?

—No tengo magia, la única forma de abrir los portales es siendo un espíritu —lo miro dubitativa— Por ejemplo, las personas con magia pueden entrar y salir a su antojo, ni siquiera deben preocuparse de regresar porque siempre llegaran al lugar a donde deben ir. Incluso muchos usan las espirales de refugio o de portal.

—¿Podrías poner ejemplos? Esta clase nocturna me crea dudas —sonrió avergonzada.

Él es un buen hombre, no merecía morir así ni estar condenado a vivir en esas espirales por la eternidad.

—Por ejemplo, cuando rescaté a tu padre, y lo entre a la espiral, su magia nos llevó a la casa de campo de Dyado. O cuando Armin y Fabio luchaban en la enfermería la espiral solo sirvió de refugio a los seres mágicos presentes porque no debían irse de ese lugar.

—¡Oh! Son increíbles esas espirales entonces.

—Para ustedes si, pero para un simple humano como yo son una cárcel. Hay veces que me lleva al futuro, otras al pasado, nunca iré a un presente porque ya no existo en este mundo. Y es por tiempo limitado, ¿recuerdas?

—Lo siento tío —lo abrazo nuevamente con fuerza.

—Ya te di el mensaje. Práctica expulsar a las personas de tu mente —me besa la mejilla y se marcha.

Me vuelvo a acostar en el suelo, los rayos del sol se filtran en tonos rojizos por el horizonte. El cielo se tiñe de varias tonalidades mezcladas, las estrellas poco a poco desaparecen y las nubes blancas como nieve ocupan su lugar en las alturas. Un hermoso amanecer.

—¡Buenos días! —grita Kate al verme— ¿Dormiste en el suelo?

—No, llevo un rato aquí nada más.

—¿Cómo te sientes?

—Supongo que bien.

—¿Viste a Josh?

—No, ¿dónde está? —doy un brinco y me pongo de pie.

—Supongo que con Armin.

—Vi a Armin, pero esa solo me dejo la cabeza hecha un lío.

—Está enojada, entiéndela. Quiso ser una mejor hermana y no lo logró.

—Kate, ¿qué ocurrió exactamente? No me acuerdo de nada y tuve un sueño donde le lanzaba una bola de fuego a Josh y lo quemaba.

—No fue un sueño, ocurrió.

—Pero, ¿él está bien?

—Sí, eres muy poderosa Kolie.

—¡Explícame! —grito y el llanto de un bebé retumba por todo el lugar— ¡¿Un bebé?!

—¡Kolie, deja de gritar! —exclama Armin que llega cargando a un pequeño.