La heredera de Lyuvov (libro 1)

Capítulo 38: “Coranación II”

Quería una aventura y la tuve, ahora recolectar las partes de mi alma será el problema. Estoy enojada y frustrada, la gente me usa a su conveniencia sin poder hacer nada para evitarlo.

—Kolie, por favor escúchame —pidió Gabriela casi temblando. Solo la miré en silencio—. No fue mi intención jugar contigo, ni hacerte parecer tonta. Te dije que haría un vestido rojo para ti, no que te coronarían de rojo.

Solo ella y su madre quedaron a mi lado bajo la tormenta, todos los preparativos son arrasados por la lluvia. El viento resopla y nos despeina, el cielo se oscurece cada vez más, ni un rayo de luz se filtra.

—Claro —fingí una sonrisa—, la estúpida de Kolie se va a dejar coronar con el vestido blanco porque cumplí con ella y se lo hice rojo —dije con ironía— Mal truco Gabriela... Si me quieren como reina, acepten mis condiciones o sigan como hasta ahora, sin reina.

—Tenemos líder —interviene la mujer alta—. Mi familia ha velado por la seguridad de Lyuvov desde que Armin fue encerrada en el collar, incluso nos encargamos de cuidar a Joseph en cada renacer. Estamos conscientes de que ese es tu lugar, y no tenemos objeción en dejarte cumplir con tus funciones... Por favor, solo respeta la tradición de nuestro reino.

—Incluso permitimos que te coronaran sin casarte —añadió Gabriela.

—¿Se supone que debo estar agradecida? ¡Yo no pedí esto! No quiero ser la reina, no quiero tener esas responsabilidades y no quiero ser la nieta de un asesino. ¡Al parecer aquí a nadie le importa lo que yo quiero!

—Kolie, estás siendo extremadamente infantil —la voz de Armin se alzó eclipsando mis gritos.

—¡Cállate! ¿Qué diablos estabas haciendo cuando mate a Joseph?

—Nada, nada, y fuiste tú, y solo tú la que lo salvó.

—Yo lo lastimé. —La lluvia cubrió el mar de lágrimas que desborda mi rostro.

—Eso no fue exactamente así. Sígueme —avanzó a paso rápido y me tomó de la mano, arrastrándome a seguirla a donde sea que se dirige.

La lluvia poco a poco fue cesando, en el cielo se expandió un bello arcoíris, ni una sola nube manchaba el celeste limpio y puro que se alza en nuestras cabezas. Caminamos por mucho tiempo, ya no logro ver la academia detrás de nosotras. Estoy cansada, enojada, harta de tantas mentiras y secretos.

—¿A dónde vamos? —preguntó y me detengo, ella tira de mí, le opongo resistencia y me mira.

—Vamos a visitar a mi familia, Kolie.

(...)
 


Llegamos a una montaña, árboles la rodean y cubren por todas partes. En la cima están las tres tumbas, rey, reina y Akira. Armin se arrodilla en la tierra húmeda que mancha su ropa, acaricia las lápidas con cariño.

Dicen que no puede amar, se equivocan, ella ama a su forma. Al igual que yo si quiere lástima y si ama mata. He llegado esa conclusión, no somos tan distintas como pensaba.

—Cuéntame lo que ocurrió ese día.

—Dard te golpeo, quedaste inconsciente y me enojé —comenzó a contarme—. Confeso que mató a Dyado...

—Soñé con eso —la interrumpí —, también con Joseph.

—Dard estaba a punto de escapar, tú estabas anonadada en el suelo, yo tuve que decidir. Estábamos rodeadas de fuego y opté por ponerte a salvo. Joseph llegó junto a nosotras y te transformaste, Fabio desde la prisión entró a tu mente. Comenzaste a atacar a mi hermano, ambos queríamos convencerte, sacarte del trance. Solo cuando la bola de fuego impactó contra Ather recuperaste la conciencia.

—¿Cómo es que no está quemado?

—Akira, ella se desprendió de ti, le otorgó los poderes que una vez me dio a mí para curarlo. Por eso ya no dominas los elementos. ¿Te enoja su decisión?

—No, me alegra que lo hiciera. Siento que tampoco los merezco si puedo dañar con ellos a los que me importan. Quiero que Joseph sea feliz, aunque no sea a mi lado.

—Luego saliste disparada a buscar a Dard, te seguí, dejé a mi hermano con Kate.

—Dard fue destruido de verdad, ¿eh?

—Sí, me devolvió el anillo, intentó borrar tu memoria, pero llegué a tiempo y solo eliminó los últimos recuerdos. Quería convertirte en una marioneta.

—Que suerte que llegaste.

—No sé de qué forma te ató, Víctor me ayudó a sacarte de ese lugar.

—Tal vez los recuerdos regresen, igual no me importa saber qué debilidad mostré para que me atrapara.

—No eres débil...

—Lo soy —me siento a su lado en la tierra mojada—, soy débil como Dard.

—Kolie, eres noble y de alma pura.

—¿Pura? ¿Estás segura? Me siento tan sucia, siento que la oscuridad me absorbe.

—Pues lucha contra esos sentimientos, te traje aquí para que conozcas a mi familia, a tus antepasados. Eres la reencarnación de Akira, la heredera de Lyuvov nombrada por mi padre. Kolie Zavet, eres la única que puede rehacer lo que yo destruí.

—No sé si pueda, estoy tan rota...

—Si lo deseas, estaré a tu lado.

—Si te vas a quedar, ¿por qué no vuelves a ser la reina?

—No —sonríe cálidamente, quiero ser una buena hermana para Ather. En esta oportunidad voy a darle todo lo que le negué antes.

—No lo sé.

—Confió en ti, solo resta que seas tú quien confíe.

(...)
 


 

Gabriela arregló el vestido rojo, tuvieron que acceder a mis condiciones. Armin dijo que en mi era las tradiciones podían cambiar, el rojo es símbolo de fuerza y pasión. Volvieron a preparar todo, de forma más simple esta vez y en un salón techada dentro de la academia.
 


La mujer alta llamada Ilenna, es la encargada del discurso de coronación. Todos están en silencio, yo estoy de pie en un altar, ella a mi lado y en un cojín blanco con ribetes dorados la hermosa corona de oro fundido y diamantes.

...Kolie Zavet, la heredera de Lyuvov. Poderosa, divina y pura, mujer invaluable encargada de llevar la paz y la armonía a nuestro mundo. Hoy nos permitimos coronarla como Reina Absoluta de Lyuvov, Gobernate del Mundo Armin y sus naciones...



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En el texto hay: magia poderes y secretos

Editado: 27.12.2021

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