Una semana antes de que Armin fuera coronada reina de Lyuvov.
El rey Ulises pasea con su hija, la princesa Armin, por los jardines del palacio. Ella va aferrada a su brazo y avanzan entre las flores, los árboles y los pequeños arbustos, admirando el paisaje. El reino resplandece esa tarde y los cálidos rayos de sol se filtran entre las hojas brindándole calidez al día.
—Nuestro reino ha sobrevivido en paz por muchos años, querida hija. La salud de la reina es delicada, ya sabes eso, debo delegarte muchas responsabilidades —la voz del rey es débil, casi un susurro—. Quisiera poder ayudarte en nuestros planes de llevar nuestros dominios por el mundo y lograr que todos vivan en paz y armonía.
—Tu salud tampoco esta nada bien por lo que veo, padre. Yo puedo cumplir sus deseos, no lo dudes, pero si nos abandonan no los perdonaré —la joven se suelta del brazo de su padre y lo mira de frente.
—Hija...
—Ather es un adolescente, y yo no estoy lista para perderlos a ustedes también —se cruza de brazos y desvía la vista.
—Armin, eres la única que puede ocupar este lugar.
—Si ella estuviera aquí...
—¡Pero no está! —grita el rey haciendo un sobre esfuerzo que lo debilita y pierde el equilibrio; su hija lo sostiene con fuerza.
—Desde que mi hermana murió mi corazón se congeló, padre. No he podido llamarle hermanito a Ather ni mostrarle afecto. No tengo corazón ni alma. ¿En serio crees que podré ser una buena reina?
—Eres poderosa, inteligente y hábil. El pueblo aprenderá a amarte.
—No quiero que ellos me amen, nadie puede amar a un monstruo como yo.
—Armin no eres un monstruo...
—Yo la maté, maté a mi hermana mayor Akira aunque ustedes lo hayan negado todos estos años.
—Querida eso no fue así. Akira estaba enferma, su corta vida llegó al límite y ella te cedió sus poderes. ¡Ella vive dentro de ti!
—Son sus poderes los que viven dentro de mí, su alma, su alma ya no está. Ya lo dije, si mueren no los perdonaré —una fina lágrima se escapó por las mejillas de la joven.
Dos guardias llegan junto a ellos y ayudan a la princesa que sostiene a su débil padre. Llevan al señor Ulises al palacio mientras Armin se enfrenta a sus demonios internos y su culpa.
—Hermana —grita Ather acercándose a ella—, he atrapado un gorrión.
El joven le muestra un ave de pico naranja y plumaje marrón que trae entre sus manos, lo sostiene con delicadeza sin ejercer fuerza para no lastimarlo.
—Que bien —dice la aludida sin gracia ni emoción.
—Toma, te lo regalo —le extiende el gorrión y ella lo rechaza con la mano.
—Deja vivir a esa ave. ¡Suéltala! —Ather cumple la orden de su hermana— ¿No te cansas de perseguirme por todos lados?
—No te sigo, tú apareces —se encoge de hombros.
—Ah, ya, ya, me voy. No te atrevas a seguirme.
—Hermana, ¿mamá y papá morirán? —preguntó y su hermana que ya está a unos pasos de él se voltea.
—Sí —respondió fríamente—, todo el mundo muere.
—Escuché que yo no voy a morir, renaceré en muchas vidas.
—Tú, Ather, eres especial. Como lo fue Akira, nuestra hermana mayor.
—¿Akira?
—Dicen que dentro de mil vidas su alma regresará, podrá reclamar a espada de papá y se convertirá en la heredera de Lyuvov.
—¿Crees que la voy a reconocer? Ella murió antes de que yo naciera, jamás he visto su retrato...
—No será la misma, solo su alma en otro cuerpo. Tampoco será nuestra hermana, pero será la única capaz de controlar mi alma, de no corromperse con mi maldad. Porque, puede que no lo sepas; ella se llevó mi alegría, mi capacidad de amar y solo ella, podrá devolverme todo eso. Así que, despreocúpate, en cuando empuñe la espada la reconocerás.
—Lo dices por el mensaje grabado que nadie puede leer.
—Justamente, ella podrá leerlo. Ella cerrará el ciclo que yo abriré.
(...)
El rey y la reina de Lyuvov murieron el mismo día, a la misma hora, tomados de la mano en un gesto de amor profundo e infinito. El corazón de Armin se vuelve cada vez más oscuro y el joven Ather no sabe cómo ayudar a su hermana y lidiar con su propia tristeza. Su única opción es permanecer a su lado todo el tiempo que pueda y amarla, aunque ella no lo sepa.
Coronación de Armin
Han pasado tres días de la muerte de los reyes de Lyuvov. La princesa Armin será coronada reina y comenzará los preparativos para cumplir su promesa de extender su reino llevando paz y amor por todo el mundo.
—Hermana —dice Ather tocando la puerta de la recámara de la futura reina.
—¿Qué quieres?
—¿Puedo pasar?
—¿Hay más opciones?
—Puedo esperar aquí en tu puerta hasta que termines de arreglarte.