La heredera de Lyuvov (libro 1)

Capítulo Especial 8

Para mi gran amigo:

 

¿Podré perdonarte algún día?

 

Dejaste un vació enorme en mi vida, mi único y mejor amigo. Me abandonaste a solo un paso de graduarnos en la academia Kusmet.

 

Todos estaban asombrados con tu repentino poder, nadie imaginaba lo que estabas pagando para obtenerlo.

 

¿Valió la pena?

 

Evidentemente no, ella te prometió poder a cambio de qué, ¿tu vida?

 

¿De qué sirve el poder después de muerto?

 

¿De qué sirve que custodiaras un objeto como ese si ibas a romper las reglas?

 

El precio por desobedecer los conjuros antiguos es alto, y desgraciadamente para los dos, tú te creíste más listo que nuestros ancestros. Ahora simplemente ya no estás para remediar los errores que como seres humanos comentemos. Ya no puedes resarcir lo que tejiste año tras año, antes de ofrecerle tu vida como premio a los días contados de felicidad.

 

Tu cuerpo fue encontrado hace unos días. El profesor Joseph lo halló, estaba tan asustada que no dije nada, perdona. Él se encargó de enterarte, aún no sé dónde, en cuanto averigüe iré a visitarte. Te llevaré flores y cantaré tu canción favorita aunque llueva.

 

¿Por qué me dejaste?

 

Hay tantas cosas que podríamos hacer juntos. Iré al mundo no mágico a explorar, te llevaré conmigo en mi corazón.

 

Evidentemente comprendo que jamás respoderás mis preguntas, ni leerás mi carta. Tu tiempo en este mundo ha acabado y no vas a regresar por más que te extrañe. Soy consciente de eso, pero quiero despedirme en papel, para no olvidar el objetivo de mis palabras.

 

Para que lo sepas, voy a continuar lo que empezaste, solo que a diferencia de ti cumpliré la orden: Nadie debe usar el collar jamás. Y nadie lo hará mientras viva, eso te lo prometo.

 

Y sabes que nunca he roto una promesa...

 

Con cariño, Aurora.

 

(...)

 

Querida Aurora:

 

Debes saber que yo tampoco rompo mis promesas. Te dije que jamás sucumbiría ante Armin y no lo hice. Pero tú, mi amada "amiga", traicionaste mi confianza y te apoderaste de lo que me corresponde. Peor aún suplantaste mi lugar con un simple hombre sin magia.

 

¿Qué le ves a ese tipo?

 

Puede que no lo imagines, pero tu esposo tenía un hermano, para colmos gemelo. Estaba completamente corrompido, su fúnebre alma no aguantaba una muerte más. ¡Débil!

 

Por eso le facilité el viaje y lo maté para ocupar su lugar, una criatura como él no merecía el poder que tenía. Se hacía llamar Dard: desmembrar, ahogar, raptar y degollar, métodos sucios, pero me servirán para ganar dinero y poder integrarme a la sociedad en la que vives.

 

Has tenido un hijo, un niño que debía ser mío porque yo sí te amaba. No me valoraste, ya no te quiero. También te sustituí y en tu lugar la vida me regló otra creación poderosa de la hechicera: un anillo que usaba el debilucho gemelo de Dyado llamado Dyarlec.

 

Dyarlec creyó haber matado a su hermano Adam, son un caso, porque me entregó el poder sin resistencia por culpa y quien concluyó su trabajo fui yo. Me quedé con la heladería y todas las ganancias.

 

También usé seres sin magia para traer a este mundo mis semillas. Tuve una niña, solo unos meses menor que el tuyo. Ellos serán la parejita más hermosa, así se amarán como no pudimos hacerlo nosotros.

 

La heladería la voy a convertir en el mejor centro comercial de la historia, nuestros hijos verán este lugar como su casa de juegos y el mundo sin magia bailará a mi ritmo.

 

Que injusta es la vida, ¿no es verdad?

 

No tendríamos que haber llegado hasta aquí. Ahora serás tú quien nunca leerá mi carta, ni responderá mis preguntas. Porque te voy a cobrar todo lo que me has hecho. ¡Traidora!

 

¡Yo usaré el collar! ¡Yo obtendré el poder de Armin y la corona de Lyuvov! ¡Yo absorberé tu vida!

 

Veré como tus hermosos ojos verdes se apagan poco a poco frente a tu adorado hijo, quien me dotó del mejor hechizo de la historia. Él no duda de la pequeña huérfana que lo acompaña a todos lados y por suerte, tú tampoco sospechas que es mi hija.

 

Voy a matarte con el rostro de Dyarlec y será Korlec el único testigo que pensará que su padre lo ha hecho, y cuando use el collar ese recuerdo va a freír su cerebro como hicieron los míos cuando me puse el maldito amuleto de sangre.

 

Aurora, será tu fin, lo prometo. Tú, mejor que nadie sabes, que jamás he roto mis promesas.

 

Con odio, rencor y repulsión:
Claus Flimerg.

 



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En el texto hay: magia poderes y secretos

Editado: 27.12.2021

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