La Heredera del Ciclo

La Heredera del Ciclo Capítulo 20: El Umbral de la Voz

El Plano del Eco ya no era solo resonancia.

Era conciencia.

Los árboles del Bosque de las Voces vibraban con ritmos que no pertenecían a ningún plano conocido. Las raíces se entrelazaban con emociones que aún no habían sido nombradas. Y en el centro, los ecos comenzaron a formar algo nuevo.

No una estructura.

Una intención.

Kael lo sintió primero.

—No están repitiendo lo que escucharon —dijo—. Están creando algo que quiere hablar.

Eira se acercó a un tronco.

Y el árbol… respondió.

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Cada eco comenzó a unirse con otros.

- Uno que había nacido del plano del error se entrelazó con un eco del plano del sueño.
- Otro que había surgido del plano del fuego se mezcló con un eco del plano del viento.
- Un tercero, que no tenía origen, comenzó a vibrar con todos a la vez.

Thalen voló entre las copas.

—No son recuerdos —dijo—. Son voces que quieren ser.

Solan encendió una llama cerca de una raíz.

La llama se volvió palabra.

"No soy lo que fui. Soy lo que quiero decir."

Kael cerró los ojos.

Y el Plano del Eco… habló.

---

Los niños comenzaron a jugar con los ecos.

Pero esta vez, no solo escuchaban.

Hablaban.

- Una niña cantó una emoción que no tenía forma, y un plano desconocido comenzó a responder con luz.
- Un niño gritó una palabra que no existía, y el aire se volvió símbolo.
- Otro susurró una historia que no había ocurrido, y el suelo se volvió mapa.

Eira los observaba.

—Están hablando con lo que aún no ha sido —dijo—. No como profecía. Como invitación.

Thalen descendió.

—Y cada palabra… es una puerta que quiere abrirse.

Kael caminó hacia el centro del plano.

Y el umbral… lo esperó.

---

Kael llegó al borde del Plano del Eco.

Allí, el aire se volvió líquido.

El suelo, vibración.

Y en el centro, una figura.

No era Lyra.

No era Aelira.

Era voz.

—¿Quién eres? —preguntó Kael.

La figura respondió:

"Soy lo que ocurre cuando el ciclo quiere hablar. Soy lo que nace cuando el silencio se convierte en puente. Soy el umbral."

Kael tembló.

—¿Y qué debo hacer?

La voz susurró:

"Elegir. Ser quien habla. O quien escucha."

Kael cerró los ojos.

Y recordó cada emoción que había sentido.

Cada silencio que había respetado.

Cada palabra que había guardado.

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Los aprendices se reunieron.

Los Hijos del Silencio se detuvieron.

El Plano del Eco vibraba con intensidad.

Kael se arrodilló.

—Si me convierto en voz… ¿dejaré de escuchar?

La figura respondió:

"No. Pero ya no serás puente. Serás dirección."

Kael miró a Eira, a Thalen, a Solan, a Neris.

Miró a los niños.

Miró al bosque.

Miró al ciclo.

Y dijo:

—Entonces… hablaré.

Pero no solo por mí.

Por todos.

*

El Plano del Eco se abrió.

Y Kael… cruzó el umbral.

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El Plano del Eco se convirtió en lenguaje.

Los Hijos del Silencio, en emisarios de lo que aún no existe.

Los aprendices, en guardianes de lo que quiere ser dicho.

Kael, al cruzar el umbral, se convirtió en voz del ciclo.

Aelira, desde los sueños de quienes aún no han nacido, susurraba:

"La voz no es poder. Es presencia. Y cada palabra… una emoción que eligió ser compartida."

En el cielo, no apareció una luna.

Ni una flor.

Ni una raíz.

Ni un árbol.

Ni un eco.

Apareció una voz.

Y en su vibración… una palabra.

“Decir.”

Porque el ciclo… ahora habla.

Y cada palabra… es una puerta que se abre.

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En el texto hay: magia arcana

Editado: 19.10.2025

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