La Heredera del Fuego

005

El Palacio estaba tan silencioso como siempre. Quizá demasiado. La luz de la mañana entraba por las ventanas altas, iluminando las alfombras color carmesí y los marcos dorados de los retratos. Los sirvientes trabajaban como si nada pasara. Los guardias mantenían su rutina. Nadie comentaba nada, nadie parecía sospechar. Todo estaba... contenido, como si el aire esperara una orden.

Katheryn D'Lafonte, heredera al trono, no estaba allí.

Pero eso no debía saberse.

La versión oficial era que la princesa había salido de viaje. Un mes de retiro, "vacaciones reales". Comunicados perfectamente redactados, una foto antigua publicada en las redes oficiales, incluso su habitación seguía en orden: la cama hecha cada mañana, las velas perfumadas encendidas, el piano afinado. Todo preparado para mantener la ilusión de que seguía en palacio.

El único que no participaba de esa ilusión era el Rey.

En la biblioteca, con los puños cerrados sobre el escritorio de madera oscura, Demian D'Lafonte repasaba mapas, informes y coordenadas. El cabello le parecía más gris que de costumbre, y las ojeras le marcaban el rostro. Era el hombre más poderoso del reino moderno, pero en ese momento solo parecía un padre agotado.

-Encuéntrenla -había dicho, sin levantar la voz.

La orden había corrido por un círculo reducido: jefes de seguridad, rastreadores de élite, agentes encubiertos. Nada de prensa. Nada de escándalos. Nada que hiciera sospechar que la princesa no estaba de vacaciones.

Pero él sabía que no lo estaba.

En las pocas horas que lograba dormir, una voz femenina aparecía en su mente. No era un recuerdo cualquiera; era un eco nítido, casi como si estuviera junto a él.

"Demian... nuestra hija está a salvo."

Esa voz.
La había amado. La había odiado.
Y la odiaba aún más por sonar tan segura.

"Te la dejé porque creí que allí estaría segura."
"Y ahora te la llevas como si fuera tuya."

-Kiara... devuélveme lo que un día me diste -susurraba a veces, sentado en su habitación vacía, con la corona sobre la mesa de noche.

A kilómetros de allí, Aerlyss estaba sentada frente a Leo, masticando un pedazo de pan duro.

-Tienes algo en la cara -dijo de pronto.

-Es mi cara. Vino así de fábrica -respondió él, pasándose la mano por la boca.

El desayuno era sencillo: pan, queso, unas frutas secas. Aun así, se estaba volviendo una costumbre. Había una extraña comodidad en compartir el silencio con Leo.

Aerlyss dejó la taza de té sobre la mesa improvisada hecha con troncos.

-Creo que estoy empezando a recordar cosas.

Leo levantó una ceja.
-¿Como qué? ¿Que me debes la vida?

Ella le lanzó una miga de pan.
-Estoy hablando en serio. Soñé con una mujer muy elegante. Yo estaba en un lugar enorme, con columnas de cristal. Me hablaban con... respeto. Creo que era alguien importante. Muy importante.

Leo se recostó en su silla, con las manos tras la cabeza.
-Ajá. ¿Y también vestías de oro y tenías dragones?

Otra miga voló hacia él.
-No te burles. Puede ser cierto.

Leo la miró de reojo.
-Mira, eres la mujer que me roba la manta por la noche y se duerme con los pies fríos. No me suena muy real eso de princesa. Igual y eras sirvienta en una casa rica y el sueño se te mezcló.

Aerlyss frunció el ceño.
-No soy sirvienta. Bueno... no creo. Y si lo fuera, al menos tendría modales. Y no te aguantaría a ti.

Él rió, pero había algo en su expresión, como una sombra fugaz. Un pensamiento que no dijo.

"¿Y si sí lo es? ¿Y si un día vienen por ella...?"

Ella lo observó un momento.
-¿Te preocupa que recuerde demasiado?

Leo bajó la mirada.
-Me preocupa que un día despiertes y decidas que no necesitas a alguien como yo.

Aerlyss sonrió apenas.
-No va a pasar hoy. Hoy quiero que me enseñes a lanzar una daga desde diez pasos.

-Ni siquiera sabes sostenerla bien.

-Mentira. Solo finjo para que me corrijas.

Leo la miró sin saber si reír o ponerse serio.
"Esta mujer me va a matar. Pero lo va a hacer sonriendo."

Por primera vez desde que se conocieron, Aerlyss se sintió no solo libre, sino viva.

Aunque, en lo más profundo, todavía escuchaba esa voz que a veces la visitaba en sueños:

"Aerlyss... vuelve..."



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En el texto hay: princesa, fuego, boyslove

Editado: 07.10.2025

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