La herencia del silencio

Capítulo 6

La tormenta de dos tiempos.

El sombrero a sus pies estaba empapado, pero no de lluvia reciente: olía a algas y salmuera, como si hubiera sido arrastrado por el mar durante décadas. Clara lo levantó con dedos temblorosos. Bajo el ala, una inscripción en cuero desgastado rezaba: "J.A. - Siempre tuyo". El corazón le golpeó las costillas. Afuera, el automóvil negro de 1946 se desvaneció en la neblina, dejando solo marcas de neumáticos que se dirigían hacia el acantilado.

En el estudio, el escritorio vibraba como un organismo vivo. Las cartas se amontonaban en el cajón, fechadas en años aleatorios: 1923, 1988, 2001. Clara leyó una escrita en su propia letra, pero no recordaba haberla redactado:

"15/9/2005

Querido James,

Hoy cumplí 16 años y soñé que me enseñabas a navegar. Abuela dice que estoy loca por escribirte, pero sé que existes. Espero encontrarte algún día".

Un trueno retumbó. Las ventanas del estudio se abrieron de golpe, y un vendaval arrojó mapas náuticos y fotos antiguas contra las paredes. Entre el caos, Clara distinguió un objeto nuevo: un diario de bitácora del barco Eternity, abierto en una página fechada 1/11/1946. La letra de James describía su viaje final:

"…La tormenta surgió de la nada. Olas como montañas, vientos que aullaban su nombre. Sé que Clara está aquí, en algún pliegue del tiempo. Si no sobrevivo, que estas palabras lleguen a ella: el amor fue mi ancla, pero el destino es el mar".

El suelo crujió. Bajo una tabla suelta, Clara encontró una caja de metal con tres objetos: un reloj de bolsillo con foto de Eleanor, una brújula que apuntaba al estudio, y una carta sellada con cera negra. La abrió:

"Clara,

Si lees esto, es porque el tiempo se ha cerrado sobre ti. El escritorio no es un puente, sino un espejo: James y tú son reflejos atrapados en bucles. Para liberarlo, debes romper el espejo. La respuesta está en la tormenta.

Firmado: Eleanor, la que lo intentó antes".

La casa crujía como un barco en alta mar. Clara corrió al ático, donde un antiguo telégrafo parpadeaba con mensajes en código Morse. Tradujo: "…SOS… Eternity hundiéndose… Clara… perdón…". Al tocar la máquina, una descarga la transportó a 1946:

Estaba en el puente del Eternity, James gritando órdenes mientras olas monstruosas embestían. Él la vio, o vio su fantasma, y extendió la mano: "¡Clara! ¡Toma el timón!". Pero un muro de agua los sepultó.

De vuelta al presente, Clara jadeaba en el suelo del ático. Fuera, el cielo de 2023 se fundía con el de 1946: dos tormentas superpuestas, relámpagos cruzando décadas.

En el pueblo, el caos era similar. La carretera alternaba entre asfalto y tierra apisonada; los vecinos vestían ropas de ambas épocas, algunos gritando sobre un «huracán maldito». En la sombrerería Alden, la tendera aguardaba con el velo negro:

—Es hora de elegir, señorita Velmont —dijo, colocándole el sombrero—. Salvarle significa ocupar su lugar en el naufragio.

—¿Por qué nadie me dijo que esto era posible?

—Porque usted es la primera en resistir tanto tiempo. Eleanor solo aguantó tres cartas antes de quemar el escritorio. Pero usted… usted le ha dado esperanza al tiempo mismo.

De regreso a la casa, Clara se armó de valor. Escribió una última carta con la pluma de plata:

"James, estoy en el muelle. Ven a mí".

Colocó el mensaje en el cajón junto al reloj de bolsillo de Eleanor. El escritorio emitió un gemido agudo, y las paredes del estudio comenzaron a sangrar agua salada.

En el muelle, la tormenta rugía. Clara llevaba el vestido azul de los sueños de James, y en la mano, la brújula que apuntaba al corazón del mar. Entre los relámpagos, distinguió la silueta del Eternity luchando contra las olas. Una figura en la proa agitaba una linterna: Morse por «Clara».

—¡James! —gritó, aunque sabía que no podría oírla.

El barco se acercó, fantasma entre dos épocas. James saltó al agua, nadando hacia ella. Pero con cada brazada, Clara notaba cambios: el muelle se pudría bajo sus pies, su vestido se desteñía a gris, y el sombrero de viuda pesaba como una losa.

Él la alcanzó justo cuando un relámpago cruzó los tiempos. Sus manos se encontraron, pero no se tocaron: eras fantasmas en realidades opuestas.

—¡No puedes quedarte aquí! —James gritó sobre el viento—. ¡El naufragio es mi fin, pero puedes reescribir el tuyo!

—No sin ti —Clara lloró, notando que su cuerpo se volvía translúcido.

Una ola colosal los envolvió. Clara despertó en la playa al amanecer, con arena de 1946 en el pelo y la sal de 2023 en los labios. A su lado, una botella contenía un mensaje:

"Para la mujer del futuro: El amor no conoce de tiempos, solo de pérdidas. Cuida de nuestra historia.

J.A.".

En la casa, el escritorio había desaparecido. En su lugar, un espejo roto reflejaba a Clara y James en épocas distintas, separados por grietas. Al tocarlo, un último mensaje apareció escrito en el vapor:

"Busca bajo el roble".

Allí, enterrado entre raíces, halló un cofre con fotos de James y Eleanor en días felices, y una carta sin enviar:

"Querida Clara,

Si encuentras esto, he fallado. El tiempo nos derrotó, pero el amor… el amor navega más allá del fin. Gracias por ser mi faro.

Con eternidad,

James".

El viento arrancó la carta de sus manos, llevándola hacia el mar. Clara supo lo que debía hacer.



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En el texto hay: misterio, viajeeneltiempo, aventura

Editado: 11.03.2025

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