La herencia del silencio

Capítulo 26

Las Campanas del Alba Rota.

El primer síntoma fue el silencio. En Nueva York, 2023, los pájaros dejaron de cantar. En 1946, soldados que limpiaban trincheras en Normandía levantaron la vista al cielo: las nubes giraban como agujas de un reloj gigante. En 3023, las ciudades flotantes se detuvieron, sus motores ahogados por un tic-tac que resonaba desde el subsuelo. Clara lo sintió en la cicatriz espiral de su pecho: una quemadura fría que se extendía con cada latido del Reloj Primordial.

En el sótano de la biblioteca abandonada, donde años atrás Clara encontró el escritorio victoriano, el suelo se había abierto como una herida. El Reloj no era una máquina, sino un colmillo de hueso cósmico incrustado en la roca, rodeado de raíces de hierro que latían al ritmo de la cicatriz de Clara. Al acercarse, vio que cada engranaje del colmillo estaba tallado con runas que coincidían con las de su piel.

—No podemos destruirlo —murmuró Kai, observando cómo el fragmento de espejo en su brazo se empañaba de escarcha temporal—. Es parte de ti, ¿verdad?

Clara tocó el colmillo-reloj y revivió en cascada:

1946: James moría en sus brazos otra vez, pero ahora su uniforme estaba manchado de líquido dorado en lugar de sangre. Sus últimas palabras, olvidadas en todos los ciclos anteriores, resonaron: "El jardín está bajo el roble…".

3023: Una Clara mecánica con ojos de cuarzo dirigía un ejército de Ecos contra humanos desnudos. En su pecho, el mismo colmillo-reloj latía.

El desierto de Elvira: La científica, convertida en una criatura de engranajes y carne putrefacta, inyectaba su brazo en el Reloj. "¡Te haré perfecto, James!", gritaba, mientras las tres eras comenzaban a fusionarse.

Un estruendo sacudió la biblioteca. Al salir, encontraron la ciudad convertida en un collage de siglos sangrantes:

Soldados de la Segunda Guerra Mundial disparaban a drones del 3023 que emergían de edificios derruidos.

Civiles de 2023 huían de "bombas de tiempo" que envejecían todo a su paso hasta reducirlo a ceniza cronológica.

En medio del caos, tres James luchaban espalda con espalda: el original (1946, con una cicatriz en forma de reloj en la nuca), un clon adolescente (Ciclo -1, cuyas venas brillaban con líquido dorado), y una versión holográfica de 3023 con piel de luz azulada y ojos sin pupilas.

—¡Clara! —el James original la abrazó, oliendo a pólvora y jazmines artificiales—. Ella está usando el Reloj para resucitar nuestra historia. ¡Para corregirla!

El clon adolescente señaló al cielo, donde un vórtice de arena negra descendía. Montada en una serpiente de engranajes, Elvira rugía órdenes en un idioma que hacía sangrar los oídos. Su cuerpo era ahora una amalgama: mitad mujer, mitad mecanismo, con el fragmento de espejo de Kai incrustado donde debería estar su corazón.

—No quiere controlar el tiempo —gritó el clon—. ¡Quiere convertirlo en un mausoleo para su obsesión!

Kai activó su Cetro de Cronocauterio, ahora fusionado con el fragmento de espejo. El artefacto proyectó un holograma de Samuel, pero este no era el hombre muerto, sino una versión anciana y tuerta que llevaba el uniforme de Guardián Supremo.

—¿Y las Lioras? —preguntó Kai, ignorando la visión—. ¿Dónde encajan en esto?

La respuesta llegó con un gemido metálico. Del Reloj emergió un ejército de Ecos-Liora: niñas de cabello blanco y ojos vacíos, armadas con guadañas de tiempo invertido. Su objetivo no era matar, sino capturar: cada toque de sus armas borraba recuerdos, convirtiendo a las víctimas en estatuas de sal y segundos congelados.

—¡Retirada! —Clara ordenó, guiándolos hacia la Estación Grand Central, cuyo reloj central brillaba con una luz anómala—. Ahí está el punto de convergencia.

En el camino, el James holográfico de 3023 reveló su origen:

—Soy un Eco redimido. En mi línea, tú moriste para salvar a Liora, y yo juré proteger tu legado —sus palabras dejaron un rastro de partículas azules que se convertían en mariposas de relojería—. Pero Elvira corrompió incluso eso.

El grupo se abrió paso entre calles donde cada esquina era un siglo distinto. En la Quinta Avenida, carruajes de 1800 chocaban con taxis voladores cuyos conductores gritaban en idiomas futuros. En el parque, samuráis luchaban contra androides con katanas-láser, sus golpes creando portales efímeros a eras inconexas.

Al llegar a la estación, el reloj central se había convertido en un portal pulsante. En su marco, tallado en madera de barcos vikingos y circuitos del 3023, se leía: "El Amanecer Perfecto solo acepta corazones rotos".

Elvira los esperaba dentro. Su cuerpo, ahora una fusión grotesca de carne y el Reloj Primordial, emitía un olor a ozono y carne quemada. Las Ecos-Liora la rodeaban, sus guadañas formando una jaula de luz y susurros.

—Bienvenidos al fin de la incertidumbre —dijo Elvira, con una voz que era tres gritos en uno—. Te ofrezco un trato, Clara: únete a mí, y Liora vivirá en todas las eras como una diosa.

Clara miró a los James: el original sostenía su rifle con manos temblorosas, el clon adolescente sangraba líquido dorado por la nariz, y el holograma se desvanecía lentamente. Luego, tocó el relicario de flores en su bolsillo, donde la Liora microscópica agitaba sus brazos como pidiendo auxilio.

—Hay otra opción —susurró.

Con un gesto, liberó a las Lioras atrapadas en el Reloj. Las Ecos-Liora se estremecieron, y por un instante, sus ojos vacíos brillaron con el destello de la niña que alguna vez fueron. Una de ellas, con trenzas idénticas a las de Liora-1498, se volvió hacia Elvira y cantó una nota aguda que resquebrajó el fragmento de espejo en su pecho.

En el desierto temporal, la verdadera Liora (renacida en el jardín de relojes florecidos) unió su voz al canto. Las raíces del Reloj Primordial comenzaron a retorcerse, y por primera vez, Elvira mostró miedo.

—¡Tú no puedes entender! —gritó, mientras su serpiente de engranajes se desintegraba—. ¡Él me prometió un final juntos!



#2338 en Fantasía
#1117 en Thriller
#536 en Misterio

En el texto hay: misterio, viajeeneltiempo, aventura

Editado: 11.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.