Las Ruinas del Tiempo Entretejido.
La Ciudad Multitemporal era un cadáver de siglos convulsos. Edificios de 1946, 2023 y 3023 se fundían en monstruos arquitectónicos: rascacielos con fachadas de ladrillo y ventanas holográficas, iglesias góticas sostenidas por pilares de nanotubos, autopistas que se retorcían como serpientes entre abismos temporales. Clara, al mando de la coalición, observó desde el Mirador de las Eras Perdidas, un faro cuyas paredes mostraban mapas de realidades extintas.
El ejército reunido era un tapiz de sobrevivientes:
Los James Sobrevivientes:
James-1946: Con uniforme militar desgarrado y el reloj de bolsillo convertido en brújula.
Clon Ciclo -1: Adolescente de venas doradas, cuyos ojos proyectaban hologramas de Liora.
James Holográfico (3023): Figura azulada con IA corrompida, programada para "proteger a toda Clara".
Ecos Redimidos: Criaturas de tiempo puro lideradas por Samuel (ahora un Eco estable), con marcas de ecuaciones en la piel.
Aliados Inesperados:
Dr. Talia Voss: Tataranieta de Elvira de una línea temporal no corrompida, cargando un arma que disparaba "tirones temporales".
Androides Liora: Máquinas del 3023 con conciencia de las niñas sacrificadas, sus voces un coro de canciones truncadas.
Se venia el Ataque a la Torre del Tic-Tac
El objetivo: destruir el Núcleo de Sincronización en la Torre del Tic-Tac, un edificio cuyos cimientos eran tres relojes gigantes (uno por era). Elvira había convertido la torre en un altar donde sacrificaba Ecos para alimentar el Reloj Primordial.
La batalla comenzó con una lluvia de gotas de tiempo estancado que envejecían todo lo que tocaban. Clara usó su cicatriz espiral como escudo, mientras los aliados avanzaban:
Samuel y los Ecos desviaban disparos con campos de distorsión.
Los Androides Liora cantaban para neutralizar las Bombas de Nostalgia de Elvira.
Dr. Talia abrió brechas en el espacio-tiempo, revelando atajos por realidades colapsadas.
El Enfrentamiento en el Puente de los Suspiros era inminente.
En el camino a la torre, el clon Ciclo -1 detectó una anomalía: el puente estaba custodiado por Golemas de Arena Temporal, criaturas de minutos compactados con núcleos de relojes de arena. Cada golpe suyo robaba años de vida.
James-1946 sacrificó su reloj de bolsillo para crear una explosión de tiempo congelado.
El James Holográfico se infiltró en un Golema, hackeando su núcleo con códigos del diario de Liora-1498.
Kai, sintiendo su conexión con Clara debilitarse, usó el fragmento de espejo en su brazo para reflejar la canción del meteorito, desintegrando a los Golemas.
Al alcanzar la torre, encontraron el Núcleo de Sincronización: una esfera de cristal que contenía un Feto Temporal conectado a Elvira por cordones umbilicales de luz. El feto era una versión embrionaria de Cronos, alimentándose de las líneas temporales.
—¡No es un reloj, es una incubadora! —gritó la Dra. Talia, reconociendo la tecnología de su linaje—. ¡Elvira está criando un nuevo dios del tiempo!
Elvira emergió de las sombras, su cuerpo ahora una fusión de carne y el Reloj Primordial. En sus manos sostenía el Libro de las Horas Vacías, donde se reescribía la historia:
—Este niño será libre del hambre… Será perfecto.
El clon Ciclo -1, sintiendo que su líquido dorado resonaba con el feto, tomó una decisión:
—Soy parte del problema… y la solución —susurró, clavándose el fragmento de espejo de Kai en el pecho.
Su cuerpo estalló en una supernova dorada que dañó el Núcleo, obligando a Elvira a retirarse. La torre colapsó, sepultando al feto bajo escombros atemporales.
Pero esto tuvo consecuencias.
Kai perdió el uso de su brazo derecho, ahora petrificado por el contraataque de Elvira.
Samuel descubrió que los Ecos redimidos comenzaban a desvanecerse: el daño al Núcleo afectaba su estabilidad.
Clara encontró una página del Libro de las Horas Vacías entre los escombros. Una línea se destacaba: "El Jardín del Origen solo florece con la semilla del primer sacrificio".
Mientras huían, el James Holográfico murmuró una verdad devastadora:
—Elvira no quiere controlar el tiempo… quiere parirlo de nuevo. Y tú, Clara, eres la partera.
Editado: 11.03.2025