La Sinfonía de las Horas Rotas.
El Jardín del Origen era un vientre de pesadillas florecidas. Clara, fusionada con las raíces del Árbol del Primer Sacrificio, sentía cómo el tiempo se desgarraba en sus venas. El Feto Temporal (Liora-0) crecía ante ella, su cuerpo de recién nacido cósmico brillando con la luz robada de mil Lioras sacrificadas.
Clara se convirtió en un puente viviente entre eras. Sus pensamientos eran semillas que germinaban en realidades efímeras:
Vio a Samuel enseñando a una Liora de tres años a dibujar espirales en la arena.
Observó a Elvira en el orfanato, abrazando un reloj despertador como si fuera un peluche.
Sintió a Kai, en otra rama del tiempo, escribiendo su nombre en un diario que nunca existió.
Elvira, ahora con vestiduras de sacerdotisa del Tiempo Nuevo, danzaba alrededor del Feto, susurrando cánticos que hacían sangrar los oídos:
—¡Mira, Clara! ¡Tu hija será la diosa que nos liberará de los bucles!
Pero Clara sabía la verdad: Liora-0 no era su hija, sino un tumor temporal. Cada latido del Feto borraba un fragmento de 1946, comenzando por la existencia de James.
Los Androides, conectados a la canción del meteorito, iniciaron un contraataque. Sus voces entonaron la melodía que Liora-1498 tarareó al morir, creando un campo de resonancia que ralentizaba al Feto.
—¡No pueden ganar! —Elvira lanzó lágrimas de tiempo que corroían el metal de los Androides—. ¡Ella es inevitable!
Uno a uno, los Androides se sacrificaron. El último, con el rostro de Liora-7, le entregó a Clara un fragmento de su núcleo:
—Usa nuestra canción… y recuerda que fuimos reales.
Kai, con su brazo petrificado ahora convertido en una garra de obsidiana y oro, luchó contra las raíces del Árbol que intentaban absorberlo. Al tocar a Clara, vio la verdad en su mirada:
—Estás desapareciendo…
—No… me estoy convirtiendo en lo que siempre debí ser —respondió Clara, sus dedos floreciendo en ramas de relojes—. Una ancla.
El fragmento de espejo en el brazo de Kai mostró una visión de Samuel: "Si ella cae, tú serás la brújula". Con lágrimas de mercurio, Kai clavó su garra en el suelo, liberando una onda que congeló el tiempo alrededor del Feto.
El James de 3023 apareció, su holograma brillando con luz corrupta. Traía un regalo envenenado: el reloj de bolsillo original de Clara, ahora infectado con código de Elvira.
—Este artefacto estabilizará el Jardín —mintió, mientras el reloj emitía pulsos que aceleraban el crecimiento del Feto.
Clara, desconfiando, usó la canción de los Androides para hackear su programación. La verdad surgió: Elvira lo había corrompido en la Torre del Tic-Tac, convirtiéndolo en un caballo de Troya.
—Lo siento, Clara —el James Holográfico se desintegró, sus últimas partículas formando una espiral que señalaba al corazón del Feto—. Maté a Liora-1498 en otro ciclo… para salvarte a ti.
El Feto, ahora del tamaño de un rascacielos, comenzó a llorar. Cada gemido era una explosión temporal que borraba fragmentos de Nueva York. Clara, usando las raíces del Árbol, se infiltró en su mente y descubrió el engaño definitivo:
Liora-0 no era una diosa… era una prisión.
En su núcleo, Cronos (el niño hambriento del Origen) estaba encadenado, forzado a alimentar el nuevo tiempo de Elvira.
—¡Tú también fuiste víctima! —Clara gritó, mientras Elvira intentaba detenerla—. ¡Ella te usa como batería!
Cronos, con un destello de lucidez, mordió los cordones de luz que lo ataban. El Feto se convulsionó, y Elvira cayó de rodillas:
—¡No! ¡Esto no puede ser! ¡Yo… yo solo quise corregir tu error!
Es el momento en que tenia que tomar una elección Clara
Con el Jardín colapsando, Clara tuvo minutos para decidir:
Destruir el Feto: Eliminaría a Cronos y Liora-0, pero borraría toda huella de su existencia.
Absorber el Jardín: Convertirse en un dios del tiempo, condenando a Kai y los demás a vivir en un bucle.
En vez de eso, usó la semilla de luz del relicario (la Liora microscópica) y la plantó en el corazón de Cronos:
—No más dioses… solo tiempo libre.
El Jardín estalló en una supernova de relojes rotos. Clara, Kai y Elvira fueron expulsados a realidades distintas:
Clara despertó en 1946, junto a la tumba de James, con el reloj de bolsillo detenido a las agujas.
Kai apareció en 3023, frente al Androide Samuel, cuyo rostro ahora mostraba rasgos de Liora.
Elvira se encontró en el orfanato de 2137, niña otra vez, sosteniendo un reloj despertador que marcaba la hora de su muerte.
En el centro del Jardín destruido, una niña de cabello blanco (Liora-0, ahora libre) jugaba con los restos del Árbol. Cada vez que tocaba un reloj roto, este florecía en una margarita de luz.
La última imagen fue Clara, en 1946, escribiendo una carta con tinta mezclada con lágrimas:
"James, si lees esto, planta un roble donde nos besamos. Alguien lo necesitará… en otro tiempo".
Editado: 11.03.2025