Narrador:
Brandon se miró en el espejo aburrido mientras ajustaba su corbata, las semanas habían pasado rápidamente y el chico se ahogaba en el estrés.
Unos días antes había participado en una calurosa discusión con su padre por los mismos motivos de siempre, boda y herederos, el hombre sabía que al chico no le gustaba la conversación pero aprovechaba cualquier momento para intimidarlo y arrinconarlo claramente sin exito en sus intentos.
La empresa recibía nuevos modelos y con eso su trabajo se triplicaba, pensar el la boda de su ex novia y ex mejor amigo solo empeoró todo y aún cuando estaba preparándose para ir el sentimiento de arrepentimiento estaba presente queriendo retroceder y no asistir a ese circo.
La mañana era fría y el cielo estaba totalmente nublado y aunque la boda sería en casa aún estaba seguro que sería incómodo con el clima, su reflejo en el retrovisor cuando se subió al auto era el de un fantasma o un muerto que acababa de ser llevado a la morgue, odio eso pero no podia retroceder con los vicios, no cuando estaba metí de cabeza, rezaba solo por no perder el hilo en la cermonia.
Llegó a la casa de su hermana que muy embarazada lo esperaba con un vestido lila muy elegante y fino, ella sonrió y se subió al auto regalandole otra sonrisa comprensiva.
—No tienes que venir si no quieres Emily_ el la alentó a volver si no se sentía cómoda.
Su hermana y su sobrina eran las únicas personas con las que tenía algún tipo de afecto, y que estaba seguro que lo merecían.
—Hermano me siento bien, no seas estúpido, si sintiera alguna molestia serías el primero en saberlo_ el asintió y puso en marcha el auto.
El camino fue silencioso salvó por las quejas de su hermana mientras se maquillada, el rodaba los ojos pero no decía nada.
Llegaron a la mansión blanca y refinada que parecía haber Sido decorada por su madre, su hermana se colgó de su brazo y ambos entraron a lo que el llamaría infierno, su hermana saludo y sonrió cálidamente como lo hacía siempre.
Su viejo amigo Dan se acercó a saludarlos y mantuvo una conversación a la que el no prestó ninguna atención en particular, se disculpo para ir al baño y mientras caminaba sentía como si estuviera solo en el lugar.
El pasillo estaba solitario y maldijo mentalmente por no preguntar directamente a alguien donde se encontraba el maldito baño, escucho voces más adelante y se dispuso a acercarse a preguntar pero al doblar la esquina su cuerpo fue golpeado inminentemente por una fuerza que no lo hizo flaquear pero que lo sacudió un poco.
Ella maldijo pasando sus manos por su frente.
—Lo lamento, no te vi venir_ al terminar la frase el quedó en blanco cuando ella levantó la mirada que parecía furiosa por cierto, pero aún hermosa —Alice?
Ella pareció aún más furiosa y por un momento pensó que le salía humo por la nariz.
—¡¡Que no soy Alice!!, carajo soy Allison, estoy harta de esa porquería_ ella grito y paso a su lado chocando su hombro como un caballo sin riendas.
El chico aturdido volvió al lado de su hermana y olvidó que en realidad principalmente iba al baño.
—Pasa algo?_ su dulce hermana siempre viendo más cosas que los demás.
—Alice tiene una hermana gemela, me tope con ella al salir del baño_ le avergonzó decir que el encuentro lo había atontado tanto que se olvidó del baño con tanta facilidad —En realidad sabía que tenía una hermana, pero no que eran gemelas_ Recordó todas las veces que Alice hablaba de como su hermana era una malcriada y malhumorada y que la odiaba con todo su ser por robarse el cariño de su padre.
Nunca entendió eso, porque el amaba a su hermana incluso sobre sus padres que al parecer su único propósito era hacer de su vida un infierno sin importar qué.
La boda comenzó y todos los presentes ser reunieron para presenciar la unión, la familia estaba sentada observando y aplaudiendo en cada voto que se decía.
Allison también estaba allí y aunque aún no lo había visto el permanecío con su mirada puesta en ella, los rizos le caían por los hombros y se movían con su pecho que respiraba anormalmente aludiendo a la molestia en sus ojos.
El desvío la mirada a la novia que se encontraba sonriente mientras el padre los declaraba marido y mujer, fue renovador que aquella declaración no pisoteara los pedazos de corazón que aún quedaban y que no doliera tanto como había pensado que lo haría le dió un poco de la paz que había dejado de sentir hace un tiempo.
Felicito junto a su hermana a los novios y ella le dió una sonrisa arrogante que para su sorpresa el también devolvió causando un poco de consternación en su mirada, aún así no retrocedió.
Talvez pensaban que era demasiado cobarde para asistir pero si fue así se trataron sus palabras.
Tomo una copa de vino y se sentó un poco apartado de los bailes y la celebración, su hermana había ido al baño.
—Oye..._ una voz suave lo saco de su ensoñación matutina y levanto la mirada para chocar con la de ella.
—Hola?_ quería soñar normal pero el saludo terminó siendo una pregunta.
—Queria disculparme por gritarte hace rato_ ella suspiro —La cosa no era contigo y termine haciéndote pagar por eso_ ella se aliso el vestido con urgencia pero el aún mantuvo la calma.
—No me dejó tumbar tan fácilmente, no tienes que preocuparte olvídalo_ aún se sentía un poco aturdido pero no quiso iniciar nada.
—Tengo una floristería, si tienes novia puedo darte flores como disculpa y puedes regalarselas_ ella se apresuró ignorando lo que el había dicho.