La Hermosa Chica

El reencuentro

-Has dormido bién-Pregunto ella con una sonrisa ligera

El chico todo apenado se puso rojo y con dificultad le respondio-disculpa no me di cuenta-.

-No te preocupes- respondió la chica- tómalo como una devolución por no dejarme caer cuando el autobús freno ayer.

El mirando a ella le pregunto como se llamaba

-Me llamo Karen-. con una leve sonrisa que hacia que el chico se lo devolviera- tu como te llamas-.

-Esteban- El respondió y se disculpo otra vez- le comento que le disculpara por haberla  faltado respeto la anterior vez.

-Faltarme al respeto- Con un tono de asombro.

-Como es que me faltaste al respeto- Le dijo Karen.

Le comentó que le sujeto de la cadera y que no le pidió permiso-La chica empezó a reírse y le dijo-como podrías haber hecho eso, si todo pasó repentinamente  espero que no hayas dormido solo por pensar eso-Mientras se tapaba la boca mientras reía.

-Claro que no respondió con una cara de vergüenza. –  Mientras  apartaba su vista de los ojos de Karen para que no se diera cuenta de lo sonrojado que estaba, miró hacia la ventana dándose cuenta que ya iba a llegar a la empresa.

-Me tengo que bajar, me podrías dar permiso para salir- Le dijo esteban mientras la miraba a los ojos.

-Claro- dijo Karen. Mientras se paraba para darle paso a esteban.

-Adiós, nos vemos pronto- Le dijo mientras se bajaba del camión.

Esteban se dirigió a la empresa, abriendo las puertas de cristal entro y se encamino rápido a su  lugar de trabajo emocionado por lo que había sucedido, con un poco de emoción y vergüenza  recordando la platica que tuvo con ella, por fin había descubierto como se llamaba y sobre todo  había sentido su hombro-Mientras recordaba esa escena le salía una enorme sonrisa de su cara- y más que  ella lo había permitido, sintió una electricidad que recorría en su cuerpo sentía las ganas de contárselo a todos, recordó que nunca en su vida había pasado nada igual que lo más parecido es cuando le hablo la chica que le gustaba en la secundaria.

-Buenos días esteban- Le dijo una compañera de trabajo.

-Buenos días, Abigail-Contesto.

-Como has estado- Pregunto Abigail con un tono de pena y con una sonrisa leve.

-Me ha pasado muchas cosas extrañas. Creo que no ha sido mi semana- haciendo una cara de vergüenza, pero también de alegría  por lo que  había sucedido.

-Espero que no sea por una chica- le dijo con una vos tranquila. Abigail era una chica de buen parecer, tenia una altura de 1.60, cabello rubio, piel clara y ojos azules, llevaba un pantalón negro y un blusa blanca, que hacia resaltar su perfecta figura.

-No se que contestar- Respondió apenado

-Bueno  me voy a trabajar- Le dijo Abigail marchándose a su lugar de trabajo.

Esteban no podía sacar el suceso que le ocurrió en la mañana, no podía ocultar su sonrisa. Pensaba siempre en  Karen, su suave piel, la encantadora sonrisa que tenia, parecía que ella estuviera en su oficina pues sentía su presencia, su mirada que le hacia sonrojar y desearla. Parecía como un ángel caído del cielo, pues al recordarla parecía como si la luz le desprendía en sus espaldas con dos alas que le salían. Aunque eso nunca sucedió pero así lo imaginaban Esteban.

 




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