La Hermosa Chica

El Restaurante

Tocaron la puerta del de departamento de esteban y se escucho como una voz suave le hablaba a esteban.

-ya es hora del almuerzo, vamos-

-claro Abigail, espera un momento mientras ordeno mi escritorio, no vi en que momento paso rápido la hora- lo decía mientras acomodaba los papeles y tomaba su cartera. Ambos salieron de la empresa y se dirigieron al restaurante que se llamaba ``La casita del café´´.

Al entrar al restaurante se encontraron con el encargado quien los atendió amablemente y les ofreció pasar al restaurante. Tenia varias mesas circulares y rectangulares, estaba pintado de diferentes colores bajos, lo que hacia que se sintiera como si fuera primavera, los manteles de color blanco y rosado, las sillas de madera, habían pinturas que representaba la paz, la armonio. Era un restaurante cálido con una agradable aroma de la comida y de los postres.

Ambos tomaron asiento y platicaban sobre asuntos de la empresa, algunas cosas de su familia, películas que habían visto. Esteban se sorprendió de como Abigail cambiaba de repente, se desenvolvía con mas facilidad, parecía otra persona y no como cuando estaba en la empresa. Algunas veces tomaba el fleco que le caía en la frente y lo pasaba atrás de su oreja,  empezó a fijarse en esos ojos Azules que le atraían.

-y que te parece- Le dijo Abigail mientras esperaba su respuesta de esteban.

- de que-Recuperando la compostura y mirando a Abigail.

- de lo que te platique- respondió algo molesta

-mmmm, claro creo que podría- Esteban aparto la vista de Abigail, e intentaba recordar la conversación y la pregunta que le hizo.

-Buenas tardes les toma su orden-Era la mesera quien con tono de amabilidad le preguntaba a los dos que iban a pedir para comer.

Al escuchar la voz le pareció algo familiar por lo que voltio su cara hacia la mesera a quien miro a los ojos y se quedo en ellos, ese color a miel y tan penetrantes que hacia latir a su corazón que con su cabello amarrado le hacia fijarse en su cara blanca y en sus labios delgados con un color rojo.

-Hola Karen trabajas aquí- Su tono de voz cambio por completo, como si hubiera encontrado un tesoro, su sonrisa pareció de otro mundo. Parecía como un niño pequeño queriendo un dulce.

-Si, trabajo aquí, un gusto en volverte a ver –Le envergaba una alegría como una molestia. Había estado feliz por encontrar a Esteban en el restaurante pero también estaba molesta porque el venia acompañado de una chica, que para ella era mas bonita. Parecía una modelo lo cual le dio celos pero no quería aceptarlo. -Tomo sus órdenes para que puedan almorzar-

Ambos pidieron su comida y vieron a Karen irse de la mesa con su pedido para dárselo al chef, luego de ir con el cocinero se dirigió a otra mesa para atender a otro cliente. Abigail noto una expresión de alegría en Esteban y también vio como él le seguía con la mirada. El asombro que le dio al ver a la muchacha sintió celos de Karen y más porque le parecía atractiva. Iba con un pantalón negro, con una blusa blanca que hacia ver sus curvas, un moño en el pecho y su cabello amarrado.

-De donde la conoces-Le pregunto un poco irritada Abigail.

-Nos conocimos en el autobus en situaciones un poco vergonzosa, pero no quiero hablar de eso- le respondía aun mirando a Karen. Con una sonrisa en los labios y con una cara de tonto.

-Entonces que película vamos a ver el viernes en el  cine-Le pregunto con una voz dulce.

-¡Que película!-Respondió algo confundido

-Te pregunte y me dijiste que si, hace un rato antes que nos interrumpiera la mesera- Le dijo algo molesta.

-aaaaa la película, la que este en función- Respondió para no molestarla. Pues ni siquiera recordaba la conversación que tuvo. Pero tuvo que fingir que si.

-Aquí les traigo su platillo, si necesitan algo mas estamos a su servicio- Se escucho la voz del encargado quien dejaba la comida sobre la mesa.

-Gracias- Respondió Abigail. Mostrando una sonrisa de cortesía.

Empezaron a comer cada quien su platillo mientras conversaban sobre como habían vivido su preparatoria, las travesuras que hicieron, las penas que pasaron, sus amores y decepciones. Se parecían como novios o eso suponía Karen quien volteaba a ver cada vez que escuchaba a la chica reír.- Baja la voz le decía Esteban-. Karen los veía de reojo y por obsérvalos se le cayo unas cucharas que rápidamente los recogió apenada porque todos voltearon a verla.

Terminaron de comer los dos y pidieron su cuenta Esteban se ofreció a pagarla, aunque Abigail quería pagar por separado, pero el le dijo que si no le permitía no iba a ir al cine con ella lo cual hizo que accediera a que él lo pagara. Le trajeron la cuenta y saco su cartera para pagar, agradeció por la comida y se marcho con Abigail a la empresa. Karen los observaba irse pero le pareció extraño que no se tomaran de la mano lo que le hizo sentir alegre y confusa porque no sabia que relación tenia ella con Esteban. En su mente le decía que se tenía que apresurar a hablarle y conseguir ser su novia. Ella quería ser tomada en sus brazos, sus brazos fuertes y protectores, sentir su cuerpo con el suyo, ser parte de el.

-A quien miras- le pregunto Andrea. Algo extrañada por la forma en que estaba Karen, parecía que estuviera en otro mundo.

- A nadien- respondió- tomando la charola y haciendo todo lo posible para que no descubriera que estaba observando al chico.




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