"La Hija de Cupido"

• Capítulo 2 •

- ¡Oh! ¡Dios Mío! - gritó increíblemente fuerte sin tener ningún tipo de compasión hacia mis pobres oídos.

- que sucede? - pregunté girandome con los ojos exageradamente abiertos y el corazón en la boca, ese grito en definitiva me había alterado demasiado.

- estoy tan condenada e increíblemente sexi - exclamó con una mano en el pecho mirando con adoración su reflejo en el espejo de cuerpo entero de mi habitación.

- ¡pero si seras más cabrona! Me has asustado - la regañe mientras la fulminaba con la mirada.

- pero si tu eres la más cabronaz...¡Diablos! estas que ardes baby - soltó de repente sonriendo encantada dejando al aire su otra frase con insulto sin terminar - te ves hermosa Ale,en definitiva tendrás a todos los chicos detrás de ti esta noche - exclamó con un guiño de ojo al final.

- gracias Mel, tu también te ves muy hermosa - le respondí susurrando con las mejillas sonrojadas,pues la verdad era que no estaba ni un poco acostumbrada a los halagos o cumplidos ni siquiera con Mel, ella al contrario estaba mas que feliz con ellos.

- gracias - respondió con una sonrisa de oreja a oreja , era un gran misterio para mi, el autoestima inmenso que ella tenia, era como si no fuera capaz de sentirse "mal" consigo misma nunca,y yo muy en el fondo envidiaba aquel autoestima,ya que yo era mas frágil que el pétalo de una flor, si, si, muy poético y patético, lo sé.

- ya estas no es así? - pregunte tomando las llaves de mi deportivo rojo.

- ¡alto! - chilló nerviosa colocando bien el escote de su vestido rojo y su capa también del mismo color - quédense en sus lugares pequeñas - susurró a sus senos divertida acomodando su sostén - bien, lista, ya vamos - sonrió angelicalmente y me cogió de la mano caminado hacia la salida de mi habitación.

A veces enserio que me costaba seguir sus cambios bruscos de humor, o sus chillidos y susurros, su bipolaridad no conocía limites al igual que mi adicción a las fotos. En fin, bajamos las escaleras y nos aproximamos hacia la sala, donde se encontraba mi nana,una mujer de baja estatura un poco gorda,con cabello blanco y ojos chocolate, de unos 56 años.

- Hola Nana - exclame soltando el agarre de Mel y dirigiéndome hacia ella para plantar un beso en su mejilla.

- Hola Mi niña - sonrió colocando sus lentes sobre su cabeza y dejando sus agujas de tejer sobre la mesita de cristal que adornaba el medio de la espaciosa sala.

- tejiendo de nuevo? - pregunté con un atisbo de diversión.

-que puedo decirte querida, es un pasatiempo fascinante, pero dime a donde vas tu tan...arreglada? - preguntó arqueando sus cejas con evidente curiosidad.

- no te gusta? - poniendo mi mejor cara de cachorro abandonado.

- al contrario,me encanta,te ves hermosa, pero quiero saber a donde vas? O mas bien a donde van? - preguntó de nuevo mirando a Melissa remover con poco disimulo algunos libros de los estantes, supuestamente ignorando mi conversación con Nana, mas yo sabía que no era así y estoy segura de que mi Nana también - Meli - la llamó ella, haciendo que está girará para observar con una supuesta mirada angelical a mi Nana; a pesar del tiempo Nana siempre seguía llamando de la misma manera a Mel o sea Meli,como cuando éramos niñas y ella venía a jugar a las muñecas conmigo.

- si Nana? - preguntó ella aleteando las pestañas con una inocencia mal fingida.

- a donde van? - con el semblante sereno e impasible.

- a una fiesta de Halloween - respondió esta con una sonrisa gigante.

- y el permiso? - preguntó de nuevo Nana.

- que permiso? - preguntó, aunque ella sabía tan bien como yo a que se refería Nana.

- el permiso que necesitan para salir - respondió.

- ohhh,ese permiso - exclamó como si en verdad lo hubiera olvidado - tu lo darás - respondió así de simple.

- y porque tendría que hacerlo? - preguntó volviendo a tejer y acomodando sus lentes.

- porque nos amas - dijo esta sonriendo victoriosa.

- es en serio Meli? - preguntó Nana mirando a Mel por encima de sus gafas - esperaba una mejor respuesta de tu parte - sonrió.

- ¡Oh! Vamos Nana, que dices? Pero si estuvo bastante buena - comenzando una rabieta de niña pequeña con todo y pucheros.

- si tu lo dices - suspiró,sonrió y volvió a retirar sus gafas por encima de su cabeza.

- no podían dejar esto para otra ocasión, no es así? - pregunté sonriendo y negando burlonamente.

- no - respondieron ambas al unísono sonriendo con las cejas levantadas.

Una parte de mi felicidad consistía en ver a estas dos entrar en debates como estos, rápidos y serios, si no las conocieras dirías que en verdad eran ciertos,aunque no era así, era algo bastante chiflado que ambas tenían, la seriedad en bromas y debates falsos como estos.

- vendrán temprano no es así? - preguntó Nana interrumpiendo mis locos pensamientos.

- claro que si Nana,como crees - dijo Mel con un gesto de manos, como para restarle importancia al asunto.

- que hora es temprana para ti Meli? - cuestionó mi Nana con una sonrisa tirando de la comisura de sus labios.

- pues las 5 o 6, digo...que onda Nana? A esa hora la noche esta en pañales - explicó ella con una sonrisa radiante.

- eso me temía, pues bien chicas... vendrán antes de que la noche este en "pañales" - dijo Nana sonriendo sarcástica y haciendo un ademán de comillas con los dedos en la última palabra.

- pero Na...

- pero no es just...

- no, no, no, nada de peros, ahora largo ambas - soltó Nana interrumpiendo a Mel y a mi, mientras sonreía triunfante y volvía a tejer tranquila e impasible.

- Nana loca - susurró Mel mientras cerraba la puerta principal tras de si.

Y en la casa sonaba de nuevo la voz de Nana diciendo:

- oí eso señorita.

- vamos de aquí, rápido acelera - dijo Mel riendo y apresurandose hacía mi coche.

Mientras mis ruedas chirriaban en el asfalto al acelerar, dirigiéndome hacia la fiesta con mi amiga la idiota y yo riendo como un par de estúpidas, me sentía llena de vida y contenta como solo yo podía estar con toda mi vida en orden.




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