La Hija De Grey (zimmey Libro 1)

—6—

Ava Grey, es sinónimo de ser insoportable. Adoro a mi prima, es la única que tengo. —Aún sigo esperando por un bebé de la tía Mía— Pero hay días en que mi humor es demasiado negro como para tener la paciencia de soportarla.

—Llamaré a mi padre, para ver si puedo ir.

— ¡Joder Phoebe! ¿Cuántos años tienes? ¿Dos? No sé porque jodido debes pedirle permiso para todo.

—Porque es mi papá, aún me mantiene, vivo en su casa y lo más importante: Quiere protegerme. Si mi mamá se siente segura con el hecho de que tres tipos cuiden de mi todo el tiempo, voy a aceptarlo. No sé porque te doy explicaciones. —Pone los ojos en blanco, jodida maleducada. —No sé en que mundo vives, pero si en una tranquila firma de autógrafos, nos salió una chica extraña, no le imagino que  pueda suceder en esos lugares que frecuentas. Así que, quédate aquí y dame un minuto.

La dejo en mi habitación y me salgo para realizar la llamada. Con lo necia que es, si me quedo con ella, va a ser explotar a mi padre con sus comentarios, y ahí sí que no salgo no al jardín. Me quedo en el pasillo. Con Ava, es mejor estar de lejos. Al tercer tono toma la llamada.

—Hola, Phoebe.

—Hola papi. —Canturreo con un tonito.

—Phoebe. —Dice secamente. — ¿Qué me vas a pedir? O más bien, ¿A dónde quieres ir? Ya sé que Ava está en casa, sé lo que se viene.

Controlador.

—Mi prima me ha invitado a una fiesta por la noche y...

—No, por la noche no. Y los motivos, ni siquiera tengo que deciros.

—Pero papá —refunfuño. —Anda, dime que sí. —Usa el ingenio, mujer. —Prometo que me llevaré a cuantos hombres me digas. Que vayan Sawyer, Víctor y Radamel más los que órdenes. No tomaré más que jugo, soy joven papá y merezco salir. Llevo días encerrada aquí, sola, sin hablar con nadie, en la opresión total. ¿No te doy pena? —Le escucho gruñir. —Algún día me voy a morir del aburrimiento, y entonces no podrás hacer nada. Es solo una noche, y si tan bueno bueno es tu cuerpo de seguridad, no creo que haya ningún inconveniente.

Usar a su seguridad como una escusa, nunca falla. Él confía en ellos, y si quiere que nosotros lo hagamos, claramente les debe dejar hacer su trabajo.

—Está bien, puedes salir. Pero regresa temprano, te estaré esperando en la sala. —Se queda un segundo en silenció, y tras bufar, dice: —Muy buena jugada, señorita Grey.

—¿De verdad? No existe un mejor padre en este mundo, que digo mundo, la galaxia entera. Te quiero. Y papá, yo solo aprendo del mejor.

—Yo lo sé, no aumentes mi ego. Phoebe, llamaré a tu madre para decirle que saldrás. Yo lo tendré bajo control. Te quiero más pequeña.

—Sí, señor Grey. Eres una jodida adoración.

—Esa lengua. —Gruñe de nuevo. — ¿A qué hora te irás?

—No lo sé. Como a las siete tal vez, aún no tenemos nada en concreto, te aviso después.

—Bien. Cuelga antes de que me arrepienta.

—Sí, señor. —Digo divertida antes de terminar la llamada.

Regreso a mi habitación con mala cara, totalmente triste y devastada, lista para darle una mala noticia. Pero me sorprendo al ver a Ava examinando la foto de mi buró.

— ¡Oye tú! —Grito. Odio que toquen mis cosas, y más si no estoy yo.

Ella da un brinco llevando su mano al pecho.
—Estúpida. —Masculla. —Te ha dicho que no, ¿Verdad? Ese...

—Calma tus pasiones y no reniegues de mi papá, la única que puede hacerlo soy yo. Me ha dicho que si, pero debo salir con los de seguridad, ¿Qué hacías? —Me tiro a la cama.

Levanta la retratera y señala a la muñeca de mamá.

— ¿Notas la línea roja que cruza debajo de su pulsera?

—No, me dediqué a ver lo hermoso que salimos como familia. Déjala en su lugar, no me la vayas a dañar. Sabes muy bien que cuido mis cosas, ¿A qué esperas?

—Es que si, parece como si hubiese sido atada de las manos. —Niego con la cabeza. No puedo con terquedad, ¡A ella que le importa!.

—No digas tonterías y dámela. —Se la quito y la dejo bajo la almohada. —De seguro se apoyó ahí y la misma pulsera le ha marcado.

—Tuviese los dijes pintados, pero una marca lineal. Oye... —baja la voz y añade un tono de misterio. —Los tíos no le harán al sado, ¿Oh, sí? He leído sobre eso.

—Tú si que estás idiota, Ava. Mejor cállate, solo sabes decir tonterías. A veces pienso que mi papá tiene razón cuando dice que... —Cierra la boca, muchacha.

— ¿Qué dice? —Que eres insoportable y metiche.

—Nada, ya lo olvidé. ¿A dónde iremos? —Táctica inmejorable... cambio de tema, no me interesa demasiado seguir discutiendo.

—Es un lugar nuevo, se llama sevenlo inauguraron la semana pasada, he ido con Justin, no está tan mal. Ah, y conocí a unos alemanes. —Alemanes, como Paul apellido raro, ¿Qué jodidos hago acordándome de él? Es que si está muy lindo. — ¡Hey!




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