La Hija De Grey (zimmey Libro 1)

—10—

Odio los días de lluvia, de esos que arruinan tus planes cuando empieza a llover de un momento a otro. Tenía un plan inicial, que era tomar unos batidos en el jardín con Sophie, pero, a la señora lluvia se le ocurrió aparecer de entrometida. Ahora, lo he cambiado por una buena taza de chocolate caliente y pastel de vainilla. Invité a Ava para que se quedara con nosotras, pero se ha negado rotundamente. Se me hace muy tonto que no olvide algo que pasó hace muchos años. 

— ¿No hay forma de convencerte para que te quedes? —Hago mi último intento por hacerle cambiar de opinión.

—Prefiero irme a casa, mi papá me dijo que vendría a buscarme, tiene un nuevo proyecto que quiere enseñarme, él está emocionado porque es uno de sus más grandes proyectos, además de que saldrá publicado en la revista. Luego voy a pasar por la revista, debo revisar la edición de este mes. —Lleva una de sus manos a mi hombro. —Sé que quieres arreglar mi situación con Sophie, pero ahora no tengo ánimos, te prometo que vendré otro día y vamos a saldar situaciones incómodas.

— ¿Tu desánimo se debe a lo de ayer, verdad?

—Si, no te voy a mentir. Me he decepcionado una vez más, creí que iba a ser mejor que antes, pero terminó siendo peor. Él chico es auténtico idiota.

Pone un mohín medio triste. Poco a poco un auto va estacionándose fuera de la casa, cuando baja la ventana, puedo ver quien es.

— ¿Cómo van preciosas? —Grita el tío Elliot desde su auto. —Sube Ava, debes verlo.

La emoción es palpable en él por donde quiera verse. La puerta del auto se abre.

—Bien tío Ethan, saludos. —Le digo mientras mi prima se aleja tras darme un abrazo.

— ¡Saludos a todos! —Grita él antes de poner el auto en marcha.

Bajo la atenta mirada de Ryan giro para entrar a casa, me incomoda ser vigilada todo el tiempo, pero, ¿Qué puedo hacer? Soy una Grey y es a  lo que me atengo con un padre como el que me ha tocado. Me adentro en la cocina y me encuentro con Gail, que está teniendo una breve pelea con la licuadora, en primera instancia creo que no ha notado mi presencia, me hace saber lo equivocada que estoy, cuando sin siquiera verme, habla.

—Sophie tuvo que salir, regresa en media hora. El señor Grey está arriba aún, y Jason en su despacho dando unas órdenes porque saldrá de viaje con el señor, tu padre ha dejado indicado que hagas lo que has dicho ayer. —Dicta como si lo estuviese leyendo en alguna receta, pero no hay nada, vaya poder de retención el que tiene, pero, ¿Qué iba a hacer yo? Ah, sí. Aclarar ciertos puntos con ese señor.

—Gracias Gail, ¿Sabes si Sawyer está con él?

—Supongo que sí, pero yo no lo he visto, no tomó el desayuno aquí esta semana.

—Uhm, dame unos minutos. Ya regreso Gail.

—Sí. —Responde cortante.

¿Qué le hice yo? Me encojo de hombros antes de salir, camino hasta llegar al despacho de Taylor, entro sin llamar.

—Y la casa no puede quedar sola... —Todos los hombres que están ahí, dirigen su mirada hacia mi. Mierda. De inmediato él se gira. —Señorita Grey, ¿Qué necesita?

—Taylor y Sawyer, los quiero ver afuera, debo hablar con ustedes un momento.

Sin esperar a que hable, me retiro, acomodo mi espalda en la pared para hacer la espera. Unos segundos después ambos cruzan la puerta, entonces me separo de la pared y me dirijo a ellos.

—Sawyer, arregla las maletas porque saldrás con papá. Y Taylor, te quedas a mi cuidado.

—Señorita Grey, yo... —Alzo mi mano poniendo una mirada totalmente fría, esa que pone mi padre cuando se enoja.

—Soy la hija de su jefe y también puedo dar órdenes, ¿Entendido? —Sawyer le mira de reojo esperando su reacción, Taylor simplemente tuerce los labios. Soy una excelente jodedora del control. —Pregunté: ¿Entendido?

—Sí, señorita Grey. —Responden ambos al mismo tiempo.

—Muy bien, ahora, Taylor informa a Sawyer las disposiciones para viajar y que él pueda retirarse, aunque supongo que irán en el Chalie Tango, entonces no habrá mucho que hacer. Cada quien a lo suyo. —Con un leve asentimiento me retiro.

Me encamino de regreso a la cocina, doy unos cuantos pasos, cuando al doblar en el pasillo que va a la sala, me estrello con algo, o más bien con alguien. Me encuentro con unos ojos grises potentes.

—Señorita Grey, me han dicho que usted ha amanecido muy mandona hoy. —Esboza una sonrisa que transmite la diversión en su voz. —Lo bueno es que el controlador de la familia soy yo.

—Años aprendiendo del mejor maestro, Grey. —Me burlo. —Por cierto, viajarás con Sawyer, ese hombre es muy serio, tanto, que sería más fácil sacarle un pedo a una estatua, que a él.

Me cubro la boca en espera de un regaño, pero en cambio, él suelta una risotada, lo miro incrédula.
—Esa lengua suelta, Phoebe Grey. —Se limpia una lágrima falsa que supuestamente le dejó la risa. —Bien, iré por mi nuevo guardaespaldas, que ha puesto a disposición mi hija. Phoebe, estaré fuera unos días, por favor, compórtate. —Llevo mi mano al pecho en señal de que me ha ofendido, herido él corazón, ¿Qué se cree?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.