La Hija De Grey (zimmey Libro 1)

—13—

No sé si reír o desmayarme, aunque desmayarme de risa sería buena opción. El chino... Coreano-alemán, es el único que no me conoce. Extiendo mi mano hacia él, me responde con una sonrisa un poco extraña. Esto es verdaderamente incómodo, de saber que esto sucedería, jamás le habría recomendado ir a ninguna cena.

—Yo te he visto antes. —Exclama Eric. —Eres la prima de Ava.

Sí, jodido estúpido, a quien le ofendiste su profesión. Sé educada, Phoebe. Aquí hay de dos: Actúa muy bien, o no recuerda lo que me me hizo. Con toda cordialidad le sigo el jueguito dos de tres que se tiene.

—Oh, sí. Nos vimos hace unos días. Gusto en volver a verte. —Le sonrío falsamente.

—Mira que el placer es todo mío. —Replica él.

Miro sobre el hombro a papá, que se mantiene al lado del señor Zimmerman, mientras que mamá se ha adentrado en una plática con la señora Judith, Hannah dedica una mirada discreta hacia nosotros.

—Phoebe. —Saluda Paul, su tono de voz es algo irónico. Menuda sorpresa. —Él es mi hermano, el chi... —Se interrumpe el solo, o más bien, lo hace el chico de su lado cuando le da un suave puntapié. Es el mayor, pero en serio, el mayor de todos, por muchos años. — ¡Flyn!

Eleva la voz, riñéndole por lo que hizo.
—Un placer, Phoebe. —Me sonríe, pero solo un instante, luego regresa al gesto serio en su cara.

Viva la contagiosa alegría del chico.

—Lo mismo digo. —Extiendo mi mano y él la toma, muy al contrario de sus hermanos, la besa suavemente. Cuánta educación, me agrada.

Mi padre interviene ante tal acción, el celoso Grey no pudo contenerse. Nos ofrece asiento. Cuanta más distanciamejor.

Es el anfitrión de esta casa es quien nos invita a tomar asiento en espera de la cena. Tira suavemente de mi brazo señalando uno de los sillones pequeños y él se queda en el brazo del mismo. Ya lo dije: La distancia.

Ellos se entretienen hablando de negocios y es como si me estuviesen taladrando el hígado, siempre he dicho que esto no es lo mío en lo más mínimo, de vez en cuando se me escapa un bostezo que intento cubrir con mi mano. Estoy a punto de desfallecer cuando un ángel rubio aparece en la sala, Gail anuncia que la cena está lista. Camino un poco detrás de todos, necesito despejarme si quiero resistir un poco más. Eric se detiene dando un paso hacia atrás y espera a que me acerque.

—Phoebe. —Me llama y giro hacia él. —Siento lo que dije hace unos días, estaba nervioso y no sabía qué decir. Sé que ambas se han molestado por mi comentario imprudente, recibí una copa de vino en mi cara y un plantón increíble. Yo no quiero que...

—Detente. Si temes que yo hable con mi padre y eso arruine el negocio, no tengas cuidado, porque no lo haré. Por lo que he escuchado durante la plática, es muy importante para ambos, y mi padre está feliz por ello, no haría nada que le afectase, ¿Lo ves? También comprendo de negocios. —Me mofo. —Ahora, por favor, vamos al comedor para poder terminar, ustedes con su contrato y yo con mi dudosa existencia encerrada en mis libros.

—No es porque el negocio pudiese ser fallido, ese ya está cerrado, sino por el concepto equívoco que me encargué de crear sobre mí. Nunca me ha gustado crear malas amistades, es por ello que me gustaría disculparme con las dos, pero tú no lo has hecho y tu prima ni siquiera me levanta el móvil o responde mis mensajes. —Me parece sincero, y me causa un poco de pesar.

—No tengo un problema, a mi las insolencias no me molestan. Trato de que resbalen como el aceite, y dejar solo esa parte que me permita mejorar como persona. En cuanto a mi prima, hablaré con ella, igual y te llama, es lo más que puedo hacer por tí.

—Cualquier cosa es válida, aunque ya mañana regresamos a Alemania. Me gustaría dejar arregladas las cosas y si no pudiese ser hoy, que al menos responda a algún mensaje o correo. Digo, para saber que no me odia.

—Ya he dicho lo que haré, si ella no quiere, habrás dejado una mala amistad en Seattle. —Me encojo de hombros.

Le dejo solo y sigo el camino que lleva al comedor, donde ya todos están ubicado en sus lugares. Estratégicamente quedo encerrada entre papá y Thed, esto no es coincidencia. Minutos más tarde, Gail nos sirve la comida con ayuda de Sophie, quien sonríe nerviosa, no sé muy bien porqué o quién sea. Que pongan ternera es una bendición para mi pobre hermano que llevaba una semana tragando pura sopa, así lo deja ver, lleva un trozo de la jugosa y suave carne a su boca, lo está disfrutando. Entre los hermanos Zimmerman hay un juego de miradas medio extrañas, puedo imaginar que es por lo del retraso al entrar. El tema de conversación empieza con lo más importante para cada uno, los hijos. Este tema yo lo conozco, gracias a Paul que me ha contado sobre su familia en el café. Papá habla con mucho orgullo del chico que próximamente gobernará en las empresas pertenecientes a Grey Enterprises, ¿Cómo no va a estarlo? Thed es copia exacta, solamente que con menos años que él. Al servir el postre, los halagos para mi hermano acaban y sigo yo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.