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Gail había avisado que la cena estaba servida, mamá tras un interrogatorio de quince minutos me dejó en paz, he tenido que hablarle sobre la canción que Paul ha puesto en mi lista reproducción, que mi sonrisa era por lo que dice la letra y que es muy bonita, aprovechó para peinarme e hizo una trenza suelta en mi cabello. Por comodidad, he bajado a comer en pijamas, mi comodidad es primero que la elegancia, además no tiene nada de malo, es una simple cena con mi familia. Por alguna extraña razón, en la mesa había pizza. Christian Grey, lo ha permitido, por supuesto que aproveché para hacer una que otra broma, y es que él insiste en comerla con un tenedor. Theodore hizo un resumen sobre su estadía en Savannah, sus días de trabajo fueron muy intensos, pero al final valieron la pena.

Mamá insistió en ayudar a Gail a lavar los platos que hemos ensuciado, Thed ha tenido que ir al baño, cuatro vasos de zumo le estaban pasando factura. Me he quedado con papá en la sala, se le ve inquieto y hasta estresado. El buen humor que poseía esta mañana, claramente se le ha esfumado como gota de agua en estufa caliente.

—Papá, hay un tema que prometiste tocar en cuanto Thed volviese y yo mejorara. Él está aquí y yo me encuentro en perfectas condiciones. —Gris con Gris libran una batalla. —Quiero saber quién demonios es ese Jack Hyde, la razón por la cual no nos deja en paz, necesito saberlo para comprender muchas cosas.

—Hablaremos de ello, cuando ambos estén sentados con nosotros. —Espeta totalmente serio, con los ojos muy oscuros y firmeza en la voz

Me acomodo en el sillón, él se limita a darle pequeños sorbos a la copa vino que pidió luego de cenar. Puedo percibir con claridad su molestia al tener que hablar sobre ese hombre, no le molestaría con esto, pero soy la víctima de ese infeliz, y amenaza a mi mamá. Él sabe quién soy, yo solo sé su nombre y que tiene dos hijos, es mucha desventaja para mi. Mamá regresa a la sala y toma lugar al lado de papá, él pasa su brazo sobre los hombros para apegarla más a su cuerpo. Thed aparece unos minutos después, elige el sillón unitario y enciende la televisión, deja un canal financiero, pongo los ojos en blanco, mi hermano necesita una novia, los negocios consumen su vida. Tras un reportaje sobre el alza de materiales de construcción, papá le indica que apague la televisión porque necesita hablar con nosotros, hace un gruñido por lo frustrado que se encuentra, no es para menos.

Tres miradas delicadamente profundas se dirigen a él, esperando atentos a lo que pudiese decir. Mamá le toma de la mano al notar que se encuentra nervioso, se aclara la garganta y tras un sonoro suspiro, al fin dice palabra: —He querido hablar con ustedes desde hace unos días, pero no se había podido por diversas circunstancias que estaría de más explicar. Esto es complicado, pero dije, bueno, le dije a Phoebe que hablaríamos, Ana. —Susurra con delicadeza. Ella lo mira con el ceño fruncido, pero sonriente, su sonrisa desaparece al escuchar. —Jack Hyde, está acechando a nuestra familia.

—No. —Dice, y se da aire con la mano. —Creí que lo tenías controlado, Grey. ¿Ahora, qué hizo?

—Él está en prisión, pero tiene hijos, y son ellos quienes están tras esto. La chica que gritaba en la firma de libros de Phoebe, es su hija. Y... El chico que...

—No tuve un simple desmayo, mamá. Ese día fui drogada. —Deja salir aire de forma ruidosa. —El chico se acercó a mí, advirtiendo que te pasaría... Es por tí, quieren hacerte daño.

— ¡Santísima mierda! —Grita dejándonos pasmados. —Mi hija ha estado expuesta al peligro, ¿Y qué haces, Grey? ¿Dónde está tu maldito control? ¿Esa jodida imagen de dueño del mundo? Pasas predicando que quieres protegernos, pero no controlas nada, y de paso me mienten, ocultan información...

—Tal vez, no puedo controlarlo todo, ¿Ese es mi gran error? Pues lo he cometido. Tú más que nadie sabe lo que hago para protegerlos, pero esto me rebasa, Welch nunca me dijo que el tipo ese tuviese hijos, y es que los ocultó bien. Si decidí no decir nada, fue por seguridad, Ana, te pones loca con asuntos así, solo debes verte justo ahora.

— ¿Qué se supone que haga? ¿Aplaudir a un esposo mentiroso? Mira —Le muestra los anillos que descansan en su dedo. — ¿Esto no lo vale? Confianza, Grey. La base de un buen matrimonio, pero tú me mientes. ¿Qué más ocultas? ¡Joder con toda tu mierda!

Papá se queda estático, como si le doliese lo que ella dijo. No están hablando, discuten. ¡Dios!

— ¿Qué habrías podido hacer de saberlo? Nada, Ana. ¡Carpe diem! Sigues haciéndolo, pierdo el control contigo, todo yo me voy a la mierda misma. —Despeina su cabello color cobrizo. — ¡Joder, con todo esto! Llevo días volviéndome loco, fingiendo estar bien para que no noten que en realidad estoy por colapsar. Confío en tí, Ana. Más que nadie en este maldito mundo. No me vengas con reclamos estúpidos sobre la confianza. Porque va más allá de eso, estoy moviendo Seattle y todo el país para que ustedes estén bien. Yo no soy nadie, no valgo nada, ustedes sí. Me perturba y es batiente saber que me estoy fallando a mí mismo.

— ¿Y qué? ¡Demonios, y qué! —Mamá regresa a la guerra. — ¡Son mis hijos! Merezco saber que corren peligro. Y vete a la mierda con tu auto compasión, dime todo, ¡Ahora mismo y mantén a Jack lejos!

— ¿A caso crees que no lo hago? —Se retan con la mirada, como dos leones a punto de tirarse a morir. Miro a Theodore, los observa incrédulo. Ellos no discuten, no pelean, no se gritan, ellos no son así. —Piensas que paso el día haciendo nada, pues no. Estos días he estado lejos de casa Grey, porque no voy a descansar hasta recuperar la paz.

—Mamá, papá. —Interrumpe Thed. —Los dos deben tranquilizarse. A lo que veo es un tema delicado que nos afecta a todos lo que aquí estamos... En primera, ¿Quién es ese Jack del que tanto hablan? Segundo, ¿Qué tiene contra ustedes?

Debimos haber sido gemelos, esa es mi misma duda. Me coloco justo al lado de Thed, tiene mi total apoyo en esto. Papá toma la palabra, de mala gana he de decir.