— ¡Ich schneide deine Bälle ab! -—Gruñe Paul cuando el dueño de la voz empieza a reír.
—No creo que esa expresión deba decirse delante de una señorita, hermano. —Flyn, el causante de mi casi infarto. Aparece andando, relajado como nunca y sonriente. —Deberían tener más cuidado. Vine yo, pero podría ser otro.
—Me huele a que yo lo he dicho antes, pero a alguien... —con los ojos señalo al responsable—, parece darle igual.
— ¡Jodido chino!
—Hey, Hey, Hey, tranquilo hermano. —Él me hace un guiño, y mantiene un tono bastante burlesco. ¿Quién lo diría? No es solo seriedad, ¡Hay esperanza con el chino! —Mamá Jud te requiere justo ahora, trae una cara de mala leche que no te cuento. Ha castigado a Hannah, un poco tonto, lo sé. —Ambos se miran en silencio, y de la nada empieza a reír en carcajadas. No sé de qué se ríen, pero la risa de Flynn es contagiosa.
Con razón son tan unidos, se llevan de las mil maravillas.
— ¿A su edad? Mi mamá no conoce el límite, ¿Qué hizo ahora la morena?
—Verás, no tengo ni la menor idea. Estaba demasiado liado con el estado de Luz, ¡Vaya subidón! —Tiende las manos hacia arriba, las baja y le deja en sus bolsillos. —No tengo la menor idea, me enteré de todo porque ha vociferado: ¡Hannah, no vas a Miami! Y extrañamente, ella lo aceptó con facilidad. Bueno, te he avisado, así que si no quieres a la furia española tirando de tus orejas, te mueves ya.
—En un momento.
Flyn se despide con un beso en mi mejilla, cuando creo que va a irse, gira sobre sus talones y dice:
—Te dirán que Hannah se quedará contigo. Haz tu plan para aguantarla durante dos días, suerte Zimmerman.
Muy sonriente se retira. Paul niega y deja escapar un ruidoso suspiro. Si mañana él trabaja, ¿Qué hará la chica para no morir de aburrimiento? Sola en un apartamento, en una ciudad donde no conoce a nadie, sin su hermano y... ¡Alto! Él gira su cabeza con lentitud, como si le hubiesen poseído, me mira y veo aparecer la sonrisa del gato Cheshire en su rostro.
No.Puede.Ser... ¡Con un demonio!
—Phoebe, ¿Le enseñarías la ciudad a Hannah? O al menos llevarla de compras, ya sé que no te gusta mucho esa actividad, pero... Por favor. No estaré en el apartamento en todo el día, y definitivamente va a perder los estribos de quedarse encerrada.
—Creo que no nos llevamos muy bien, ella me mira raro. Paul, estar todo un día con ella sería muy incómodo.
—Hannah, solo actúa como hermana mayor... Una celosa. Por favor, ayúdame.
Une sus manos a modo de plegaria, con morro incluido. Me rindo, la vida es un riesgo. Mi novio me ha pedido un favor, y en nombre de la buena convivencia, sin estar tan convencida, aceptó. Lo haré.
—Bien, llamaré a Ava para que nos acompañe. Pasaré por ella a las nueve.
— ¡Eres la mejor! —Sus labios se unen a los míos.
Espero que mañana el día acabe bien.
Nos encaminamos de regreso al salón. Antes de aparecer en el mismo, suelto su mano. Perdemos la noción de un pequeño detalle, ¡Llegamos juntos! Y eso roba la atención de ambas familias.
—Menos mal que has salido de ahí, Phoebe. —Los dos fruncimos el ceño, ¿De qué habla Flynn. —Llegué con alguien de servicio, pero ya no estaban. —Añade. No somos los únicos sorprendidos, el golpea su frente. —No les habían contado lo que ocurrió, por eso las caras. Pasa que cuando fui en busca de Paul, le encontré tratando de abrir los baños de chicas, me dijo que la puerta se trabó y Phoebe se quedó encerrada. Quise ayudarles, pero aquí mi hermanito es puro músculo, la ha salvado.
—Cariño. —Dice mamá preocupada. — ¿Estás bien?
—Sí, mamá. Sólo fue unos instantes, no ha pasado nada. —Murmuro aún confundida. —Por suerte, Paul estaba cerca.
—Claro, y por fortuna Paul estuvo ahí para socorrerle. —Thed cruza el brazo por los hombros de Paul. —Ahora eres mi héroe personal, gracias por ayudar a mi hermanita... Cásate conmigo.
Todos ríen, y el susto inicial es historia.
—Y con ustedes: Theodore Grey. —Digo a modo de burla.
—Bien, ahora que estamos todos podemos retirarnos. —Interviene papá. —Paul, gracias por la ayuda a mi hija.
De salida mamá se ofusca en alguna plática final con la señora Judith. Papá besa mi frente, la mentira piadosa de Flyn le ha asustado, le tranquilizo abrazándome a él.
***
Llegando a casa, huyo a mi habitación con la necesidad infinita de darme un baño y ponerme mi cómoda pijama. Estos eventos siempre acaban por destruirme. Me inspiro en la ducha al momento en que debo lavar mi cabello, debería recortarlo un poco, siempre digo que lo haré, pero lo olvido al siguiente día. Tal vez mañana pueda ir a la estética para arreglarle.
¡Mañana!
Uh, casi había olvidado el pequeño detalle de la salida con Hannah.
Enjuago todo el champú de mi cabello, seco mi cuerpo con la toalla «Suave como la mismísima seda» coloco mi ropa interior y la pijama, para después armar un mamarracho en mi cabello con la toalla mediana para conseguir secarlo. En cuanto estoy lista busco el móvil, Ava Grey responde de inmediato, a esta hora creí encontrarla durmiendo, pero por el sonido de fondo supongo que está en alguna fiesta, en días la admiro, puede trasnochar y al siguiente día amanecer fresca cual lechuga, yo creo que mi día siguiente sería estar en coma. Le comento el plan para mañana y acepta gustosa, nos esperará en el centro comercial, puesto que una de sus tantas "amigas" va a acompañarnos.
Y la tortura no pareciera tener fin.
Busco un poco de agua para beber, Gail a olvidado subir mi jarra. Me atrevo a salir de la habitación para ir por ella yo misma, ella está acabando de guardar unas cosas en el congelador. Me mira como disculpándose por el retraso, le tranquilizo diciéndole que está bien, ya la llevo yo misma. Hago una mezcla de agua del grifo con la que expende el frigorífico para conseguir agua fresca, ya satisfecha me despido de mi adora Gail dándole la buenas noches.