— ¿En qué estabas pensando, Phoebe? —Pregunta mi madre por enésima vez, lo ha hecho tantas veces que ya perdí la cuenta. Cruzo mis piernas una sobre otra sosteniendo mi cabeza por el dolor. —La prensa, ¡Ay, Dios mío! ¡Tu padre, madre santa! No lo puedo creer, la prensa está tras de tí. ¡Carajos! —Exclama elevando los brazos al cielo. —Primer día, el primer día y ya tienes una nota en la prensa europea. En cuanto el periódico llegue en el desayuno a tu padre, esto va a arder.
—No exageres tanto, lo más seguro es que los relacionistas se estén encargando de ello, tampoco ha sido para tanto. —Bufo molesta, quiero dormir, pero simplemente no puedo, en primer lugar porque en media hora tengo mi primera firma, y es que al desayuno no he ido. Entre otras cosas, ese es uno de los motivos por el cual quiere matarme.
— ¿Qué no exagere? ¿Lo dices en serio? —Pregunta totalmente indignada, asiento con toda la tranquilidad del mundo, ella toma la prensa y añade—: Ayer mismo ha llegado a la ciudad y su primer escándalo se hace presente. Pese a ser una persona muy reservada, ha hecho de las suyas. Parece que el cambio de ambiente no le ha sentado nada bien.... ¿Has leído que ponen a Braulio o el chico desconocido como tu "novio"?
—Es mentira, con que yo esté segura de ello, ni me va ni me viene lo que se diga. —Tendría que empezar a amarrar mi lengua, pero con el sueño, el enojo y el dolor de cabeza por la fiesta que monté anoche, estoy por morir y los que menos quiero es a mamá con sus reproches. —Además, Braulio sabe que somos amigos y lo que en realidad ocurrió, no hay nada de qué preocuparse, ya limpiaré mi imagen yo misma, puesto que no volverá a suceder.
—Por supuesto que no volverá a suceder, pero es que hasta a Sawyer se le perdieron de vista, el hombre ha puesto la ciudad patas arriba y por primera vez lo vi en un modo similar al de Taylor. Eres una imprudente, irresponsable, sabes el control y poder que tiene Christian; créeme que si cancela esta gira, pese a que lloverán demandas, que se cancele, es solo dinero. —Abro la boca tratando de decir algo, pero no puedo. — ¿Sabes qué más? Una falsa relación, trae muchas cosas consigo, y la prensa no lo va a dejar así no más, va a indagar, a rebuscar debajo de las piedras de ser posible. La atención está volcada sobre tí, bien Phoebe, ni la mejor publicidad hubiese servido para tanto. Tienes media hora para llegar al Living, a como tardes un minuto más, subiré por tí pero para llevarte al aeropuerto de regreso a Seattle, tómate las pastillas con el jugo. —Deja la mano en el pomo de la puerta para abrir y salir, se queda unos segundos en el umbral, cuando creo que va a irse gira y dice—: Ni siquiera puedes imaginar la desilusión que siento ahora mismo, ah, y que no te quepa la menor duda de que esto llegará a oídos de los Zimmerman.
Sin más, se va.
Suelto el aire frustrada, mi plan inicial se escapó de mis manos.
¡Zimmerman!
Yo solo quería picar un poco ante sus celos injustificados y lo grosero que fue al despedirse.
•••
Nos encontramos en el Living del hotel para salir a comer. Sawyer con rapidez localizó un restaurante bastante discreto no muy lejos, a primera instancia todo marchaba a la perfección. Entre broma y broma cenamos, una que otra foto de la cual "no me enteré" La verdad, es que era justo lo que buscaba al cambiar los planes de cenar dentro de las instalaciones el hotel. La botella de vino estaba vacía, la mayor parte la bebí yo, mientras Braulio había entrado en el modo paterno que siempre he odiado en las personas cuando están cerca de mí, diciendo que era hora de irnos, que era suficiente. Entonces, mi Phoebe antigua salió a relucir diciendo:
— ¿Alguna vez has incumplido las reglas, Rouch?
—No sé a qué te refieres con exactitud, pero no es el momento de hablar sobre ello. —Le entrega el papel de la cuenta firmado a la chica. —Es hora de irnos.
—Cien euros para tí, si me ayudas a salir por algún otro lado que no sea la puerta principal. —Le digo a ella, me mira confundida.
—Phoebe. —Me riñe él. —No le hagas caso, está confundida. Ha sido demasiado vino para ella.
—Nada de eso, cien euros son tuyos con sólo dejarme salir a escondidas. —Me pongo de pie, ella es más baja que yo, gloria a mí. —Y deja de actuar con santa paloma, Rouch. De todos modos, si no lo hago ahora, será después, sola, acompáñame y podrás vigilar que esté bien. Esta noche, voy a divertirme —Envalentonada por el vino, lo reté con la mirada.
Un poco más tarde estábamos entrando a una discoteca de moda, de esos lugares que no me gustan, sin embargo estoy aquí. Resignado y guiado por mi chantaje, el hombre aceptó mi invitación, la chica nos ayudó a salir del lugar, sin recibir ni un solo billete, su ética no le permitió aceptarlos.
El lugar está lleno de personas, algunos tomados y otros recién llegando, el baile no es lo mío, sin embargo, he tirado de su mano para arrastrarlo a la pista, me mira preocupado, sabe que ha sido una terrible idea lo que hemos hecho, pero ya no hay marcha atrás. Tres canciones, casi cuatro, permanecimos bailando, pero necesito algo de tomar, en la barra pido una botella de agua, ganándome la mirada extrañada de los que ahí están, lo cambio por un tal martini, entonces el hombre que simplemente permanecía inmóvil ha hablado para detenerme, me recuerda que he consumido vino y no va a terminar bien.
—Es sólo uno, macho. —Le digo en acento español, pago mi bebida y doy un sorbo. Arrugo la cara, que mierda es.. cierro los ojos y lo acabo. —¿Podrías servir uno más?
—Phoebe. —Detiene mi mano. —No creo que debas, esto está mal, mejor vámonos, llamaré al hotel para que nos recojan.
— ¿Me pagas tú la bebida? No, ¿Verdad? Entonces, voy a tomarla. Llama a quien se te de la regalada gana, aún así, lo tomaré. —Empino la copa dejándola vacía en un solo trago.