La Hija De Grey (zimmey Libro 1)

—16—

Tenemos que hablar.

Tenemos que hablar.

Tenemos que hablar.

Una parte de mí, grita que debo hacerlo, pero mi Grey orgullosa da toques con la punta del pié en la baldosa mientras frunce el ceño. ¡Venga, Phoebe! Que se joda, que hable con mi culo... ¡La puta madre! No, no y...

—Vamos afuera. —Gruño sin verlo. —Braulio, espera un momento aquí, por favor. Necesito aclarar un pequeño detalle con cierta persona. —Lo señalo con desdén.

El chico asiente aceptando lo que le digo. Escucho pasos tras de mi. Sawyer se une pronto a la caminata, le indico que se detenga al salir. Unos cuantos pasos más y giro.

—Di lo que tengas que decir y que sea rápido. Entre más prisa te des, yo podré incorporarme a mis funciones. —Doy un sorbo de té, está jodidamente caliente. — ¡Demonios!

Mi lengua, me quemé.

— ¿Estás bien?

—Si. Mira Zimmerman, no nos desviemos del tema y hablemos, a lo que veníamos. Dilo lo que quieras, tienes tres minutos.

—Yo... Yo tenía muchas cosas en la cabeza, y debía pensar en ellas. Esto... Lo que pasó... Phoebe...

—No debió ocurrir, ya lo sabía, ¿Algo más?

—Ese no es el punto. Phoebe, nuestras familias tienen negocios en común. Para mi padre es importante establecerse aquí. Cualquier mal paso que yo dé, podría afectar sus planes, y no quiero ser el culpable de ello.

—Fue un beso, no significó nada. —O al menos eso creo. —No fue para tanto; dime tú, ¿Era suficiente motivo para no responder a mis mensajes? Eres un maleducado, te has ido sin despedirte, un insensible, me tenías preocupada. Paul, tienes suficiente edad para saber que hay cosas en las que no puedes meterte en las faldas de tu madre y esperar que te proteja. ¿Cuántos tienes? Veintitrés, ¿Tal vez? No quieras venir a hablar de los negocios, tus culpas y bla bla. Tampoco es que voy a ir con mi padre para decirle: ¡Oh padre, me han besado!

—Esto es incómodo. —Murmura. —No la situación, sino que él —señala a Sawyer—, nos esté viendo. ¿No significó nada, en verdad?

—He vivido toda mi vida vigilada, no seas niña. ¿Qué esperabas que dijera? ¿Qué he quedado extasiada con ello? No lo creo. No tengo tiempo que perder, si has terminado, adiós.

—Te invito a cenar. —Escupe sin más. —A las siete.

—Tú tienes la cara más dura que una estatua. No pienso salir contigo, adiós Zimmerman. —Le paso a un lado. —Sawyer, nos vamos, dile a Braulio.

Continúo mi camino sin esperar a nadie.

***

Voy a terminar por volverme loca. La idea de cenar con Paul ha pasado dando vueltas en mi cabeza todo el día, es de tarde y sigo sin poder concentrarme. Salgo de edición en busca de algo que me ayude a aclararme.

— ¡Auch! -Mascullo cuando me golpeo contra alguien.

—Que distraída estás, Phoebe. —Carajos, ha sido con mamá. — ¿Pasó algo?

—El jodido Zimmerman, me dijo que quiere cenar conmigo, pero no pienso aceptar. ¡Está loco, más que loco! —Cubro mi boca, la presión me ha traicionado.

—Me parece que la loquita es otra. —Dice burlona. —Mi consejo como madre es que aceptes, así pueden aclarar las cosas. De otra manera, esa cabeza estará en otro lado todo el tiempo. Di tú el lugar, así estarán a mano. Él con la invitación, y tú con el sitio donde van a verse.

—Ay, mamá. —Enrollo mis brazos a su alrededor. —Esto solo puede pasarme a mí. Que difícil es, la cabeza me la siento como si mil trompetas sonaran dentro.

—Cariño. —Dice con voz dulce. —Anda, llámalo.

—Bien, pero sólo porque tú lo dices. —Beso su mejilla. —No hay nadie mejor que tú, eres la mejor mamá del mundo entero. Te adoro con todo mi corazón.

—Te adoro más, mi niña. Mi dulce Phoebe.

Le sonrío mientras saco el móvil de mi pantalón. Ella entra al área de empaque. Mi madre es una hermosura.

Phoebe G:
En el restaurante en él que tu hermano se comportó como energúmeno. A las 7. Ni se te ocurra llegar tarde, porque entonces sí, te olvidas de todo.

 

✴✴✴

Ha pasado media hora después de lo que acordamos. Y yo me pregunto: ¿Vale la pena esperar? Estoy decepcionada y furiosa a la vez, ¿Cómo se le ocurre plantarme? Si eso quería, al menos lo hubiese hecho en un lugar menos concurrido,a no ser que este haya sido el plan inicial. ¡Fructuoso hijo de la empanada! Con una seña llamo al camarero para que traiga una copa de vino más, y van tres, si continúo así, llegaré arrastrándome a casa.

Minutos más tarde de que mi nuevo pedido fuese servido en la mesa, el chico aparece en la puerta del lugar, le recibo con una fulminante mirada.

—Phoebe, siento mucho llegar tarde. Pero... —alzo la mano para que se calle, excusas es lo que menos quiero.

—Al menos ya estás aquí. —Le sonrío enredando un mechón de mi pelo en el dedo. El alcohol y yo no nos llevamos bien juntos. —Así puedes pagar la cuenta, porque yo me voy.

—Tu hermano terminó una junta más tarde de lo planeado, luego tuve que ir a revisar lo de mi nuevo apartamento, el papeleo se retrasó y cuando quise llamar, la batería ya había muerto. Phoebe, ¿Has esperado lo mucho y te irás en lo poco?

—Vale, si el joven Zimmerman quiere hablar, lo haremos a la hora que él quiera, cuando lo desee, usted manda mi señor. —Me mofo. — ¿Te sientas o qué?

—No aquí. Pedí un reservado, hay cosas que no se pueden hablar en público.

—Venga, lo hubiéramos hecho en mi casa. No hay nada más privado que lo jodida fortaleza Grey. 

— ¿Cuántas copas llevas, Phoebe?

— ¿Te incumbe acaso? Oh, sí, tú las pagarás. —Levanto la copa para beber el último trago. —Con esta, son tres copas de Domaine Leflaive Montrachet Grand CruEspero que no te duela mucho sacarte unos billetes. 

Un leve ademán hacia algún lado en la estancia, y una chica vestida con un traje blanco y negro de falda algo corta se acerca. 




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