Ya habían pasado dos semanas desde que Allison se había ido al internado y aún no lograba adaptarme por completo, pero ya había logrado una rutina. Cada domingo la iba a dejar al internado y cada viernes por la tarde la recogía para que estuviera con nosotros el fin de semana. Hasta el momento, cada vez que nos veíamos tenía historias increíbles del internado y aunque me alegraban, una parte de mi deseaba estar ahí. Una parte de mi cada vez más deseaba estar ahí, si era completamente honesta.
Cerré los ojos mientras juntaba mis manos y tiraba agua hacia mi rostro haciendo un pobre intento de calmar mi fastidio.
Hoy, sobre todos los días, mi humor no estaba de la mejor forma. Este día estaba resultando mucho más estresante de lo que yo hubiera querido. No recordaba que todos aquí fueran tan poco sustanciales. Nunca me había parecido tan tedioso un día en este colegio.
Mi actitud no siempre era la más amigable y si bien me sentía superior a las personas de aquí, mi apellido había facilitado que varias personas se me acerquen. Eso era algo recurrente para Allison y para mi pero normalmente era ella la que lograba toda la atención y yo me limitaba a aislarme para pensar. Ahora que mi hermana no estaba todo caía sobre mi y la gente está logrando enfadarme con sus estupideces.
Respire hondo mientras tomaba una toalla de papel y sequé mi rostro antes de mirarme al espejo. No me había dado cuenta de cuánto iba a extrañar a Allison cuando se fuera pero ahora entendía que había dependido mucho de ella.
Desde que eramos niñas Allison había tenido una actitud defensora hacia mi y eso había desarrollado una defensora mía hacia ella. Las dos nos complementamos. Allie era social, yo era introvertida. Ella salía a fiestas, yo la cuidaba en ellas. Yo era malhumorada, ella se aseguraba que yo no fuera una paria. Ahora estaba sola, me tocaba defenderme sola y preocuparme solo de mi en un lugar que yo despreciaba porque nunca había estado en mis planes quedarme.
Una parte de mi se arrepentía de haber cedido mi cupo a Elite Cross. De esa forma yo hubiera podido explorar nuevos horizontes pero sabía que Allison lo quería más que yo. Siempre había sido nuestro sueño ir juntas y por eso me molesto el momento que negaron su entrada a pesar de ser legado. Me había tomado varios intentos descubrir la razón de por qué me eligieron sobre ella. Solo me habían seleccionado por ser huérfana y adoptada. Había sido una competencia entre las dos y solo por el cáncer de mi madre biológica, yo había ganado. Recordé la razón por la que cedí mi cupo y me tranquilizó que por lo menos, ella era feliz.
Este pensamiento logró deshacerse de mi mal humor bastante fácil. Ella era feliz y estaba bien.
Escuche una de las puertas del baño abrirse por lo que me mire en el espejo unos segundos. Una chica salió para lavarse las manos así que yo tome mi bolso para salir de ahí. Ya había matado mucho tiempo y era hora de enfrentar a mis supuestos amigos.
Me arreglé la mochila en el hombro y salí de ahí conociendo bastante bien en donde estaba todo mi grupo reunido. Desde hace años que todos nos encontrábamos ahí para matar el receso antes de las últimas clases. Y tal como predije, cuatro chicos estaban sentados en una de las mesas del comedor, justo en el centro y la más llamativa.
Me quedé parada en el marco de la puerta unos minutos tratando de ganar un poco de fuerza de voluntad para lograr aguantar lo que se aproximaba. Respire hondo por décima vez en lo que llevaba del día y camine a mi lugar habitual. Sentía una pocas miradas en mí, nada llamativo, solo eran las que te daban los curiosos al escuchar entrar a alguien. Eso me relajó un poco ya que desde que Allison se había ido las miradas curiosas no habían cesado.
Sin decir nada me senté en mi lugar de siempre y dejé caer mi mochila en el suelo mientras ellos seguían hablando. Ninguno de ellos miró en mi dirección ni me saludo. Eso no fue algo nuevo para mi pero aun asi me sorprendió que ninguno mencionara a mi hermana. De todas formas la sorpresa duró unos segundos y volví a hacer lo de siempre. Mi mente rápidamente viajó a pensamientos al azar solo con la intención de sacarme de ahí.
¿Qué estaría haciendo Allison en este momento? En clases, sin duda, pero ¿cuál? Una buena, sin duda. Por su personalidad, seguro una al aire libre, justo hoy el sol brillaba con intensidad, pero el viento era suficiente para que no molestara el calor. Un punto medio perfecto, si mi hermana estuviera aquí de seguro estaríamos almorzando fuera, algo muy habitual en nosotros cuando era posible. ¿Y qué hay de sus compañeros? Esperaba que fueran mucho más competentes que las personas con las que yo tenía que convivir todos los días. Quizás incluso fueran amables, aunque seguro yo no lo notaría al inicio porque estarían ocupados conviviendo con Allison.
De pronto escuchar mi apodo llamó mi atención, sacándome de todos esos pensamientos que solo estaban logrando ponerme de un mejor humor.
- ¿Qué opinas, Rin? -escuche que me llamaban nuevamente y salí de mis pensamientos por completo para mirar a las personas frente a mi.
Ninguno parecía haber notado mi estado y eso me parecía perfecto.
- No te escuche. -me encogí de hombros a lo que Nicole, una castaña para nada de mi simpatía, bufó.
No le di importancia y esperé a que Joshua me repita lo que tenía que opinar porque sabía que no me libraría.
- Estábamos pensando en hacer una fiesta el sábado en casa de Valerie. -explicó sin exasperarse como su hermana.
Enseguida entendí que lo que buscaban no era necesariamente una opinión sino un permiso y un seguro de que Allison y yo estaríamos ahí.
Abrí mi boca para contestar lo de siempre cuando note un murmullo haciéndome cerrar la boca nuevamente, para escuchar.
- No entiendo porque le seguimos hablando si es que Allison no está. -escuché que de pronto Nicole susurro mientras esperaban mi respuesta y yo ladee una sonrisa con desprecio.