La hija de Lucifer.

Prologo.

Prólogo.

Ojos negros como la nada.

Fue en un parpadear de ojos cuando en una súblime mirada,

Descubrió el amor y la vida.

Si hubiera tenido la noción de que aquella bella dama existiría,

hubiera dado mi completa alma por verla desde el primer día

Yo creía que el amor existía.

Pero jamas creí que lo sentiría.

Recuerden que Lucifer era un bello ángel,  y se hacia llamar el favorito de Dios.

El olor a canela era efervescente en el lugar, era pura armonía y su cuerpo parecía flotar con una singularidad única en su tipo, no había comparación para ese divino y majestuoso lugar. Felling salió del palaio de juicio; ahí se llevaban a cabo los debates más importantes del cielo. Tocaban temas como exiliar a algún ángel, o llevar a cabo misiones en la tierra. 

El señor (Dios) había anunciado que habría un juicio y una elección. Al juicio solo acudirían sus arcángeles más importantes, y la elección será a su parecer únicamente; se escogería a un habitante del cielo para llevar a cabo una misión en la tierra, la cual, se decía que rompía con las reglas del cielo.

Felling fue escogido para estar en el  juicio, y al salir de la reunión, jamás volvió a pensar igual. Su lengua estaba seca y sus manos le picaban. Encontró a su mejor amigo, Declan, afuera, esperándolo impacientemente. Ambos eran ángeles, pero Felling era arcángel, se condieraba para todo tipo de juicios y deciciones, mientras que Declan, no.

“Esta orden viene desde el gran juicio” – dijo Felling al llegar hasta Declan, su estómago pareció decaer, haciendo un nudo insoportable, al mismo tiempo que su cuerpo se estremecía involuntariamente.

“Tú eres el elegido” – Murmuró su amigo. Declan abrió la boca, su mandíbula hasta el suelo, la cual estaba ahora temblando.




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