P O S E I D Ó N
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Ylenia cinco años de edad...
Mi hija corría por los pasillos siendo perseguida por mi mientras que ella usaba sus poderes con el agua para generar hielo sobre el suelo para que no la alcanzara. Usando mi tridente genero una enorme ola atrapando a mi pequeña que comienza a gritar que un monstruo la atrapo. Cuando la ola estuvo frente a mí la hice desaparecer atrapando a mi hija entre mis brazos.
– no es justo papi – comento de manera enojada viéndome con esos ojos color chocolate que me recordaban tanto a su madre Nerea. Traía a Ylenia cada vez que podía, pero cuando la regresaba con su madre debía suprimir sus recuerdos para que no sepa que estoy vivo.
Cuando estuve con Nerea en el mundo mortal sufrimos de un ataque de un monstruo cuando estaba embarazada de Ylenia. Con siete meses de embarazo un monstruo logro percibir el aroma inconfundible de semidiosa de mi hija. Fue hasta la casa que compartía con Nerea que como estaba embarazada quería estar en el mundo mortal para que su madre la acompañara en el proceso. El monstruo estuvo a nada de dañar a mi esposa, pero llegue justo a tiempo para evitarlo. Por la seguridad de mi esposa e hija decidimos decir que tanto mi esposa como mi hija murieron ese día.
Zeus me ayudo con esta farsa al igual que mi hermano Hades y las Moiras me aconsejaron a tomar otra niña como aprendiz de sacerdotisa para mi templo. Así podría traer a Ylenia también para que simule ser mi aprendiz y nadie sospeche que es mi hija de sangre.
– papá – en cuanto había traído a Electra al olimpo no pude evitar encariñarme con ella de inmediato. Envuelta en mantas rosas y con unos ojos azules muy bonitos ella gano mi corazón. – mana – con apenas dos años de edad mi hija Electra aun no presentaba indicios de tener los dones con la que la había bendecido. Ylenia veía como su hermana menor a Electra y cada que la traía al Olimpo cuidaba de Electra como toda una hermana mayor.
Escucho pasos venir en nuestra dirección y como padre sobreprotector tomo en mis brazos a Electra que se ríe entregándole a Ylenia un collar de perlas y ostras. Intentando desaparecer con mis hijas veo al final del pasillo a Nyx1, junto a esta estaba su hija Hemera2 que estaba consolando a su madre que parecía estar triste. algo inusual en la diosa de la noche, quien siempre se había mostrado como una diosa malévola y despiadada.
– mira papá su vestido brilla – señalando con su brazo estirado Ylenia intenta bajarse para correr hacia la diosa de la noche. Mis dos hijas se mueven tanto entre mis brazos que debo soltar a Ylenia que sale disparada hacia Nyx. Rodeando sus piernas con sus brazos mi hija levanta la mirada para ver a la diosa de la noche. – eres muy bonita – Nyx baja la mirada para ver a mi hija acariciando sus rubios cabellos con algo de ternura. Extendiendo sus brazos comenzó a hacer aparecer pequeñas lucecitas que comenzaron a rondar a mi hija Ylenia.
– mana – gimotea Electra queriendo ir donde Ylenia para jugar con las luces que ahora reconozco como estrellas.
– a las estrellas le agrada la compañía de tus hijas en especial de la mayor – habla Nyx al ver que me acerque hasta donde las cuatro féminas veían a las estrellas. – mis estrellas dicen que son uñas niñas muy bonitas – mire a mis hijas jugando con esas lucecitas que se acercaban a sus mejillas como si les dejaran besos.
– diles que muchas gracias pero que se equivocan ellas son mis aprendices – hablo de manera calmada intentando que mi timbre de voz no tiemble. Nyx siempre permanecía en el inframundo saliendo solo para traer la noche y nada más que eso. La oscuridad de su corazón no me daba la confianza como para decirle que ambas niñas son mis hijas.
– entiendo tu desconfianza, pero todos tenemos nuestros secretos y las estrellas son unas chismosas al igual que Helios3 – la diosa de la noche se enderezo dejándome ver con más claridad sus ojos. Oscuros como la misma noche, pero con pequeñas luces, era como ver el universo en ellos.
– ¿quieres decir que tú no dices nada porque también guardas secretos? – asintiendo Nyx saco de entre sus vestiduras una bola de cristal. Hablando cerca del objeto después de unos minutos apareció un niño que estaba sentado en una tumba que no hacía mucho había sido tapada.
– este es Adonis mi único hijo medio mortal – la diosa del día paso su brazo por los hombros de su madre en un intento de consuelo.
– el amante mortal de mi madre murió protegiendo a mi hermano de un cíclope – la diosa de la noche comenzó a llorar haciendo desaparecer a las estrellas y mis hijas corrieron de nuevo hacia mí. Sin dejar de ver a la diosa que no podía evitar dejar salir su dolor en brazos de su hija que intentaba consolarla. – mi hermano no sabe que es especial y no sabemos cómo acercarnos y protegerlo no podemos traerlo aquí es medio mortal – la diosa de las mañanas tenía un ambiente triste que comenzaba a afectar a su aura de luz. Utilizando un medallón especial podía traer a mis hijas al olimpo y que estén jugando por aquí, pero conseguir un medallón de ese estilo es algo difícil. Hasta que soy iluminado por la sabiduría y estoy seguro que no fue un regalo por parte de mi sobrina Artemisa.