Capítulo 4| El hijo de Hades "mi primo"

Y L E N I A
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Con la llegada del siguiente día me sentía abrumada y algo asustada después de todo no sabía cómo debía enfrentar el nuevo mundo que se me venía encima. Ni bien llegue al liceo los murmullos no se hicieron esperar sobre mi cabello y acerca de mi extraño color de ojos.

– no les prestes atención ru… nena todos envidian que te ves aún más hermosa que antes – me dice Zoe dándome un abrazo en medio del salón de dibujo.

– gracias Zoe – no sé qué haría si no tuviera a mi mejor amiga, y agradecía que nos hayamos enterado juntas de quien soy en verdad hubiera sido difícil de ocultar algo tan importante a mi mejor amiga.

Por otro lado, Austin no parecía estar incomodo con salir conmigo y esa misma noche estuvimos juntos en su casa luego de una cena con su madre y hermana. Le resultó extraño mi cambio a Regina, pero con unas mentiritas blancas logramos que se tragara el cuento de las lentillas y el tinte del cabello. Alegres los cuatro terminamos de cenar y Austin me pidió que lo acompañara al patio del fondo de la casa.

Siguiéndolo salgo hacia afuera luego de guardar los platos secos en los armarios y apenas piso afuera siento un poco de frió. Caminamos juntos hasta que llegamos a las bancas colgantes que tenían entre dos enormes arboles del cual en uno de ellos estaba la vieja casita del árbol de Zoe y Austin. El chico de cabellos castaños me tomo con su fría mano la palma de la mía entrelazando nuestros dedos, en ese momento las mariposas revolotearon dentro de mí. Me indico que me sentara en las bancas junto a él y miramos en el cielo la noche estrellada. Sonreí ante el recuerdo de las estrellas jugando con mi hermanita Electra poco a poco los recuerdos eran cada vez más claros. ¿las estrellas aun seguirán cuidándome como lo hacían cuando era niña?

– Ylenia – llamo mi atención Austin apretando un poco mi mano – desde hace mucho tiempo que quiero hacerte una pregunta – paso de mirar al cielo a mis ojos, yo estaba algo emocionada esperando que lo que esté diciendo sea lo que quiero escuchar – ¿quieres hacerme el maravilloso honor de ser mi novia? – sus manos sostenían las mías y agradecía estar sentada en esta banca, tomando una bocanada de aire miro al cielo.

– no lo hagas – escucho un susurró débil que me saco de mi momento de emoción para alarmarme. Dando un vistazo rápido a mi alrededor suelto las manos de Austin al ver a la luna más grande de lo normal.

– ¿está todo bien? – gire para ver de nuevo a Austin que seguía esperando mi respuesta. Algo avergonzada agacho la mirada para luego levantarla frente a sus ojos y asentir.

– si quiero ser tu novia – Austin me tomo de la cintura levantándome de la hamaca para luego girar conmigo al tiempo que estampaba sus labios contra los míos.

Nos separamos sonriéndonos se sentía tan bien el estar juntos quería saborear cada momento. Me gire para poder ver las estrellas el cielo se veía muy bonito y más sintiendo como Austin me abrasaba desde atrás. Pero aún me quedaba un mal sentimiento es como si no fuera del todo feliz podía notar como si las estrellas no brillaran tanto.

– Ylenia para que esta noche sea especial quiero llevarte a mi lugar favorito – susurro contra mi odio haciéndome cosquillas con su aliento.

– está bien, pero me dirás ¿a dónde iremos?

– te diría que es una sorpresa, pero eso ya fue muy usado iremos a la playa – me gira para giñarme un ojo y volver a besarme de manera lenta y pausada. – avísale a Zoe así no se vuelve loca pensando que te perdió – ambos caminamos a la casa entre risas y sigo con esa sensación de que algo no va bien, pero decido ignorarla.

– tu ve yendo al auto enseguida bajo – dejé un corto beso en sus labios y fui corriendo a las escaleras subiendo rápido para poder irme pronto con Austin. Podía escuchar la voz de Zoe mientras que ella hablaba con alguien muy animada. Preferí tocar la puerta antes de entrar para no interrumpir su charla con esa persona que la tenía tan alegre.

– pase – escuche el grito de Zoe algo nerviosa.

– Zoe venía a decirte que Austin y yo somos...NOVIOS AHORA – ella se acercó a mi tomándome de las manos para comenzar a saltar junto conmigo. Era extraño que la celosa de mi mejor amiga haya tomado con tanta naturalidad que salga con su hermano.

– me alegra que Austin al fin haya dado este paso de una vez – con su dedo índice comenzó a picarme la panza para que comenzara a reír junto con ella.

– lo se amiga, pero de todas formas siento que algo no va bien pero no importa dime tú con quien hablabas tan contenta – siendo las mejores amigas nos compartíamos todos no había secretos entre nosotras.