Capítulo 24| Lazo de hermanas

A D A R A
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El campamento estaba en una inusual calma desde que Damián se fue al olimpo las bromas pararon. Alysa que era la que mas problemas daba con Eira se calmo ya que esta se fue con su madre al olimpo. La cabeza de uva se quedara como capitana de la casa y por lo que había visto en los horarios de la casa hizo algunos cambios. Se que a Agatha no le agradarían pero yo considero que son necesarios, todas debemos saber pelear nunca se sabe cuando un cazador de semidioses aparece.

Sentándome frente al tocador me retoco el maquillaje y me arregló un poco el cabello. Por ultimo me pongo mi collar es una manzana con una flecha diferente al de mis hermanos y hermanas. Siempre quise saber porque no era un corazón como el de mis hermanas pero mamá jamás me explico solo decía que era especial. Nunca quise cuestionar a mi mamá por lo cual no tocaba el tema.

Sobre mi cama estaba mi maleta donde tenia todo lo que necesitaría empacado y lista para irme. Gire bajando la maleta al suelo pero en la cama de Agatha encuentro una manzana dorada parecía estar bañada en oro. Sabía quién era la responsable por lo que no le di mucha importancia al asunto de la manzana. Cuando ella vea que no le prestó atención se mostrara sin necesidad de que la tenga que llamar a veces era un poco arrogante, Alida.

– No me prestaras atención eso duele Adara me haces sentir la manzana podrida del cajón – como predije Alida apareció sentada en la cama con los brazos cruzados y una sonrisa picara.

– Alida si no te das cuenta estoy ocupada ¿dime que quieres? – abrí la puerta no me agradaba para nada Alida. La única vez que intente ser amable con ella me gane una broma y que mi cabello terminara cubierto por manzanas. Desde ese momento seguí el consejo que me dio Helen ignorarla por completo y ella me dejara tranquila.

– Te lo diré rápido – ella tomo la manzana dorada que había dejado sobre la cama para después morderla. Trago el trozo del fruto para después agregar – Tu y yo somos hermanas - hablo restándole importancia como si lo que acababa de decir fuera algo normal. Como si me dijera que afuera estaba a punto de llover.

– ¿Qué te pasa? ¿las manzanas te pudieron el cerebro o qué? – pregunte burlona ante la estupidez de su noticia.

– Ay inocente Adara no me pasa nada solo digo la verdad, mi mamá te dio su bendición y parte de sus dones como a mí, pero tu si naciste de Afrodita tienes su bendición y sus dones por herencia – me miraba con seriedad explicándome como si fuera una niña pequeña la cual no entiende – Si un dios te bendice y te da parte de sus dones aunque seas hijo de orto dios eres como su hijo, a menos que seas hijo de uno de los tres grandes – puso su mirada verde en el collar que descansaba sobre mi pecho. Por instinto puse mi mano sobre mi dije el que es diferente al de mis hermanos – Nunca te preguntaste ¿porque tienes una manzana con una flecha incrustada? – acercándose a mi alzo su mano hasta que toco mi dije - Tienes parte de tus dos madres de Afrodita y de Eris, tienes algo de las dos pero más de Afrodita obvio por herencia – dejando mi dije se alejo volviéndose a sentar en la misma posición de antes.

– Es por eso que mi mamá decía que era especial ¿pero por qué tu madre me dio su bendición y parte de sus dones? – estaba confundida pero podía manejarlo ser una semidiosa me curo de espantos y manejar esta nueva información no me atemorizada tanto.

– Mi querida hermana porque mi mamá le debía a la tuya un favor, y se lo pago dándole su bendición y dones a la hija que Afrodita crea ser la más capaz de controlar – con uno de sus dedos jugo con su cabello, al parecer la noticia no la afectaba.

– Yo, pero y Agatha ¿qué? – no era capaz de controlar apenas los poderes del amor como para controlar la discordia por Zeus en que dilema me metió mi mamá. Estaba loca si pensaba que yo podría con todo esto.

– Ella es la suplente de tu madre hija de Ares una diosa no podría con la discordia, el caos y la destrucción. En cambio tú eres especial porque en ti está el amor y la discordia – ella se levanto acercándose hacia mi y me abrazo haciendo que cada parte racional de mi cerebro que me decía que la alejara se esfumara – Y recién me entero que eres mi hermana mi mamá sí que genera discordia hasta en la vida de sus hijas. Adara sé que nunca nos llevamos muy bien, pero eres mi única hermana mi mamá no tuvo más hijos desde que yo nací y quiero poder ser tu hermana, tener lo que tienes con Agatha amor de hermanas – se separó de mi para ver mis rosados ojos. Me daba un poco de pena Alida siempre estuvo sola en el campamento ya que no tenía hermanos. Todos la molestaban incluida algunas de mis hermanas y hermanos, la culpa era como un monstruo que me carcomía por dentro. Yo también había intentado ser amable con ella pero gane una de sus crueles bromas y me aleje. Solo por el perjuicio que otras personas le tenían comencé a tenerlo yo también con ella.

– Tendremos una relación de hermanas Alida con la condición de que me prometas que no harás nada malo contra mis amigos – la mire seria no era ningún secreto que Alida intentaba vengarse de algo que paso hace mucho tiempo. Tampoco queria que ningún hijo de los dioses saliera lastimado o incluso la propia Alida.

– Bien lo prometo – Alida me abrazo estrechándome contra ella. Después de todo no era un fenómeno mi vida tenía un sentido y sabía quién era en verdad.

A L I D A
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Luego de casi diecisiete años mi mamá había decidido decirme que tengo una medio hermana. Siempre creí que estábamos sola yo y mi mamá contra el mundo, mis hermanos no se preocupaban por nosotras. No me importo tenía a mi mamá y yo seguía arruinando la vida de todos con quienes se cruzaran con mis manzanas. La llegada de Adara me traía una ventaja para ir al olimpo sin levantar sospechas aunque se que traicionaría a mi nueva hermana. Considero a Demi como mi hermana las dos sufrimos el destierro de nuestras madres y juntas nos vengaremos pero no se si pueda dejar fuera a Adara sin traicionarla. Es mi hermanita menor y algo ya sentía en mi corazón por ella.