Y L E N I A
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Como un cantico alegre escucho la risa de Aileen en el estanque de los dioses verla tan alegre me hacia sentir feliz. Después de lo que le paso a Damián, no quiero ni recordarlo. Debo saber que era lo que causaba las risas de mi prima me gusta verla feliz ella es como mi hermana mayor. Me escondí detrás de un arbusto ahí nadie me vería y podía ver a Aileen que estaba jugando con un chico.
– ¿Sabes que espiar es de mala educación? – hablaron en mi oído en un susurro gélido que me hizo caer hacia atrás. Por poco y terminó siendo descubierta por la princesa del rayo.
– Por Zeus que susto Apolión, no espió sólo miro sin que sepan que estoy aquí – me volví a sentar bien en mi escondite y miré donde antes estaba Aileen con el chico. No había ni rastros de ellos lo que me hizo enojar un poco yo queria seguir espiándolos.
– ¿Y eso no es espiar? – pregunto mi primo con un claro tono obvio.
– Si – me reí poniéndome en pie sacudiendo mi vestido para apartar las hojas y ramas – Pero ya se fueron por tu culpa – acomodé mi corona que había empezado a caerse y mire a mi primo con cierto enfado en la mirada.
– Oh lo siento princesa por haberla distraído de su labor como espía – se empezó a reír burlándose y yo como buena que soy lo golpe con mi puño en su brazo. – Sin violencia por favor que este cuerpo es pura sensualidad – se señala como si fuera la ultima barra de chocolate de la tierra – Pero no podemos distraernos ahora ven tengo algo que mostrarte – tomo mi mano y una nube negra nos envolvió, cerré mis ojos esperando que todo pase.
– ¿Dónde estamos? – mire a mi alrededor, pero solo veía oscuridad, el eco de mi voz resonó haciéndolo un poco más terrorífico de lo que ya era.
– Ya lo verás – me guio en la oscuridad, pero con mi mala suerte acompañándome tropecé varias veces ninguna me caí, pero estuve a punto.
– Podrías decirme al menos ¿dónde estamos? – frene mi andar zafándome de su agarre. Con lo que hizo Demi con el cupido de Agatha no me sorprendería que haya hecho lo mismo con Apolión.
– En el inframundo ahora ven y mira esto – encendió una pequeña llama de fuego en su mano que ilumino un poco. Me tendió su mano libre para que lo siguiera como no tenía ninguna marca en sus muñecas lo seguí hasta llegar a una fuente que irradiaba luz propia.
– ¿Qué debo ver? – mire la fuente donde parecía mostrar distintas imágenes de mortales
– Mira el agua ahí está la respuesta – movió el agua con su mano yo solo esperaba que no me mostrara nada de Demi, pero lo único que vi es a Adonis corriendo por un callejón.
– Adonis está huyendo de... ¿!!!una chica!!!? – di un paso hacia atrás esperaba que no fuera lo que estoy pensando, no quiero que vuelvan a romperme el corazón otra vez no lo soportaría porque a las personas buenas les pasan cosas malas. Siempre le fui fiel a Austin y él me engaño con Demi ahora que estoy con Adonis también le soy fiel. ¿Él me esta engañando también?
– Espera sigue mirando – Apolión no se daba cuenta del daño que me estaba haciendo. Tomo mi mano arrastrándome para que viera de nuevo en la fuente veía que Adonis la apartaba y ella volvía a trepársele encima.
– ¿Quién es ella y por qué intenta besarle? – señale a la chica que parecía desesperada por robar un beso de los labios de mi novio.
– Es una ex novia de Adonis – movió las aguas que enseñaron distintas escenas de ella intentando besar a Adonis – Hace días que lo persigue, te traje para que vieras eso y hagas algo – acaricio su mentón con su mano analizando la situación.
– Quiero ir y decirle que deje a mi novio – sentía que estallaría de furia en cualquier momento ahora es cuando surge el carácter fuerte que herede de mi papá – ¿Por qué simplemente no me lo dijiste? – pregunte mordiendo cada palabra ahora queria bajarles unos cuantos dientes a una chica que no conozco pero al parecer mi novio si.
– Porque sé que no me creías – se encogió de hombros moviendo el agua para que deje de mostrar a Adonis.
– Es cierto – rasque mi nuca y resoplé con fuerza – Me harías el favor de llevarme tengo a una cita con una rubia – mire el agua del estanque empezó a hervir como en las películas hervían los calderos de las brujas.
– Si me esperas quince minutos puedo llevarte – encendió otra vez la llama en su mano y se fue alejando.
– ¿Qué? no necesito ir ahora – corrí detrás de él hablando con un timbre de voz algo alterado.
– Tú también tienes poderes para trasportarte no soy agencia de viajes sabes tengo trabajos que hacer – se giro enfrentándome con una sonrisa de lado y volvió a retomar su camino.
– Pero si tienes tantos trabajos que hacer dime ¿porque espías a mi novio? ¿y de donde tienes tiempo de contarme los chismes? – me cruce de brazos viendo su ancha espalda tensarse y luego relajar sus músculos.
– Esas son unas buenas preguntas pero aun así, no puedo llevarte hasta dentro de quince minutos usa tus poderes – reanudo su andar dejándome sola en las penumbras de la oscuridad del inframundo.
– La única forma que domine mis poderes es usándolos – recite las palabras que un día me dijo Adonis cuando estábamos en el campamento.
Respire hondo cerrando mis ojos y relajando mis músculos teniendo en mi mente el lugar donde quería estar. Agua comenzó a trepar mi cuerpo de manera lenta, continúe pensando en el lugar y abro mis ojos al escuchar el estruendo que hacen las olas al morir en la orilla de la playa se escuchó. Efectivamente llegue al lugar que esperaba, en el callejón junto a la chica y Adonis.