La Hija De Poseidon [1.1]

Capítulo 37| Un sueño extraño

A I L E E Nâð©â

A I L E E N
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El cuerpo me cosquillea y comienzo a moverme sin abrir mis ojos aun me duele el cuerpo, tomándome mi tiempo abro mis ojos adaptándome poco a poco a la luz. Cuando puedo enfocar bien miro el lugar en donde me encuentro y no es mi habitación no sabía dónde estaba, ni como había llegado ahí sólo recordaba haber peleado con Alida y Demi. Ellas me odian y no sólo a mi sino a Ylenia también, lo que me dijo Alida me dejó triste lo que hizo que bajara la guardia para que ella pueda enterrarme la daga en el abdomen. Logré sentarme en la cama, escucho como la puerta se habré y ahí veo entrar a Artemis.

– Aileen despertaste – él abrió sus ojos en grande con un brillo inusual en ellos y corrió hacia mí para abrasarme lo abrace no con la misma fuerza pero si hice el intento por corresponderle.

– ¿Cuántas horas estuve dormida? – pregunto en cuanto nos separamos mi cuerpo me dolía un poco pero pude sentarme en la cama para mirarlo.

– No fueron horas estuviste dos semanas sin despertar – quede perpleja ante sus palabras yo estaba segura que dormí un par de horas.

– ¿Enserio tanto tiempo? – para mi fueron horas y un sueño extraño fue lo que me ayudo a despertar.

– Sí temía perderte – acaricio mi mejilla con cierta ternura pero eso no me causo nada, creo que pasara mucho tiempo antes de que sienta algo por alguien de nuevo.

– Artemis te traje un... Aileen despertaste – mi prima le entrego una taza a Artemis. Se abalanzó sobre mí para abrasarme fuerte y se separó de mi dejando un sonoro beso en mi mejilla. La mire a los ojos que estaban llenos de lagrimas y demostraba un cansancio palpable bajo sus ojos.

– Cuanto amor – frote su espalda causando que apriete mas su agarre a mi, era como si ella tuviera miedo de soltarme y que yo vuelva a dormirme.

– Te extrañe prima temía lo peor – Ylenia se separó de mí con lágrimas en los ojos que me rompieron un poco el corazón verla así.

– Ylenia estoy aquí no dejare a mi pequeña prima – acaricie su mejilla para demostrarle que estoy aquí con ella, seque sus lagrimas y pude ver como una sonrisa se le dibujaba en el rostro.

– Ni yo dejaré que te vallas, ¿qué fue lo que paso? – pregunto ella a recuperando la compostura.

– Cuando llegue Apolión se los contaré todo – me volví a recostar estaba cansada y no queria repetir la misma historia dos beses.

– Iré por el necesito saber que ocurrió – Ylenia salió corriendo de la habitación en busca de mi primo.

– Nos tenías preocupados a todos - Artemis se sentó en una silla alado de la cama mirándome como si yo fuera un espejismo.

– A mí la que me preocupa es la que me hizo esto – tape mis ojos soltando un suspiro tengo que solucionar esto de una vez. No puedo seguir ignorando una situación así cuando la bomba me estallo en la cara.

– ¿Quién fue y por qué? – pregunto él castaño notablemente nervioso.

– Espera a que estén todos – saque mi mano de mis ojos para verlo estaba preocupado le sonreí para que se tranquilizara un poco.

– Ya estamos aquí – la puerta se abrió dejando ver a mi prima y detrás de ella Apolión que al verle su rostro se ilumino.

– Apoli – sonreí feliz al verlo queriendo saltar de la cama y abrazarlo hasta dejarlo sin respiración.

– Mi pequeña rubia te extrañe – se acercó a mí para darme un fuerte abrazo que correspondí de inmediato.

– Yo también te extrañe Apoli – me acomode en sus brazos respirando su aroma y sintiendo su calor, en momentos como este extraño demasiado un abrazo de mi papá.

– Cuéntanos ¿qué paso? – Apolión se acomodo a mi lado sin romper el abrazo me dejo ver a los demás.

– Bueno lo que paso fue... – me acomode mejor en la cama para contarles lo que paso con Alida y Demi.

– Aileen – escucho que dice una voz cantarina a mis espaldas me giro y para ver a dos chicas que conocía muy bien.

– Alida, Demi – hable estando desconcertada por encontrar a las dos chicas viéndome de manera amenazante.

– Es hora que pagues por los errores de tu padre – comento Alida mirándome con odio y desprecio puro.

– ¿De qué hablas Alida? – pregunte estando desconcertada

– Tu padre mato al mío hace ya diez años – dijo Alida mientras una lágrima rodó por su mejilla que ella limpió rápidamente. Sus palabras me tomaron por sopesa sabia que mi padre no es precisamente una deidad santa pero haber matado a un hombre inocente es algo que me descoloca.

– ¿¡Que!? Yo no sabía... yo no... – mis palabras fueron interrumpidas por un fuerte impacto en mi vientre.

– Menos charla y más pelea – dijo Demi mirándome desafiante.

– Alida yo te aseguro que no sabía nada de eso – dije levantándome lentamente.

– ¡Mientes! – dijo lanzándome una manzana que explotó enfrente de mi.

– Yo... lo siento – en verdad no quería luchar con ellas pero sus palabras me dolieron demasiado.

– ¿Por qué lo sientes? estas luchando contra nosotras queremos acabar contigo, tú te defiendes y dices ¡lo siento! – dijo Demi burlona.

– Con un lo siento no volverá mi padre – dijo Alida comenzando a atacarme con más intensidad.

– Lo siento – dije Alida enterró en mi abdomen una daga dolía mucho sentía que cada parte de mi cuerpo se quemaba y caí al suelo inconsciente.




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