Y L E N I A
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Como le dices a tus padres que estas embarazada sin que se arme un alboroto en el mismo olimpo con la noticia. Fácil has una cena y cuando estén llenos de comida les ofreces muffins con la palabra serán abuelos. Hubiera pensado en algo mejor pero mi bebe no deja de pensar en comida por lo cual dije hagamos muffins así todos estarán contentos y con la panza llena. Mandamos a hacer los pastelitos a una pastelería no podía pedírselos a Demi pues ella aun no sabía de la sorpresa. Por lo cual o cocine una comida griega que se hacía en honor a mi padre hace cientos de años. Todos los dioses del olimpo están invitados pues a lo largo de los años que llevo siendo diosa forme un lazo amistoso con las divinidades. Por lo cual tuve que hacer mucha comida y otro tanto para reponer lo que me comí él bebe me pedía comida y como su madre no se lo voy a negar.
Mi hermanito Tadeus entra en la cocina con su juguete de avioncito haciendo ruidos de motores. Adonis viene detrás de el con un juguete espacial y dando coordenadas de aterrizaje. La escena me conmovió sin duda alguna el será un gran padre, las lágrimas colmaron mis ojos las hormonas otra vez. Mi esposo se percató de mi repentino cambio de humor y dejo de jugar con mi hermano para darme un abrazo.
- ¿que pasa reina? - beso la coronilla de mi frente acariciando mis brazos.
- las hormonas ya sabes - hable bajo para que mi hermanito de tres años no este repitiendo por toda la casa. Mamá Lenia está llorando por las hormonas. Pero mi hermano llamo nuestra atención cuando empezó a llorar de la nada. Nos giramos para verlo y este estaba tirado en el suelo junto a su juguete. Por lo que vi el intento subirse al banco, pero se calló, intente levantarlo para cargarlo, pero este aparto mis brazos y estiro los suyos hacia Adonis. Mi hermano no me había rechazado nunca ¿por qué ahora sí? Le reste importancia para seguir con la comida que estuvo lista en el momento justo que llegaron todos los invitados. Con ayuda de mi prima y Demi llevamos la comida al patio donde estaban todos reunidos en una enorme mesa que era iluminada por un techo de lucecitas de navidad y estrellas curiosas que habían bajado para ver que trataba la cena.
Muchos de los dioses discutían por trivialidades, pero en cuanto apareció la comida dejaron de hacerlo. Ahí está mi punto si hay comida nadie le presta atención a mas nada. O al menos eso pensé porque mi papá comenzó a pelear con mi tío Hades. Acerca de que en el inframundo es más aburrido que pasar la navidad en casa de mi tío Zeus. Las bolas de agua no tardaron en aparecer siendo lanzadas a mi tío Hades que no tardo en arrojar bolas de humo negro. Me levante para que dejaran de hacer eso, pero fue una mala idea de un lado una bola de agua me impacto y del otro la bola de humo negro.
- papá - chille mirando con cara de loca a mi progenitor.
- Hades - mi tía Perséfone regaño a su esposo
- Poseidón - mi mamá le arrojo un pan a mi padre para que se quedara quieto
- Apolión - mire a mi primo sin entender por qué hablo diciendo su nombre
- quería participar - argumento encogiéndose de hombros
Me fui de la cena para poder ir a cambiarme en mi habitación, pero un sexto sentido me dijo que algo saldría mal. Por lo que ya tenía preparado un vestido blanco de emergencia y un chaleco de jean azul. Me vestí con eso y baje ya con otros ánimos a la cena pues era hora de servir el postre que con tanto amor pague. Con ayuda de mi esposo fuimos dejando la caja que contenía cuatro muffins en la mesa para cada uno de los familiares. La única que discrepo acerca de que haya comprado los muffins fue la diosa Hestia argumentando que pudo prepararlos ella. Cuando todos tuvieron la caja con adonis nos paramos juntos esperando que las abrieran. El primero en racionar fue mi papá.
- voy a ser abuelo - grito causándome un susto por lo repentino de su grito. Se levantó para daros un abrazo a mí y Adonis que recibimos con gusto. Después vinieron el resto de elogios y agradecimientos diciéndonos felicidades y buenos deseos. Pero creo que el más gracioso de todos fue el de Apolión como siempre.
- no lo puedo creer mi prima tiene una sirena en el horno - mi mirada acusatoria no duro mucho por lo gracioso que sonó su comparación. En cierto modo mi bebe estaba nadando dentro de mí y aunque aún no sentía sus movimientos sabía que pronto llegarían. Todavía no sabíamos el sexo del bebe, pero no importaba mientras naciera sano lo que fuera sería una bendición. Mi tía Perséfone se acercó a mí para felicitarme de ella aun no sabíamos que era él bebe pues esta semana entro en los tres meses de embarazo. Al principio el príncipe del inframundo detesto la idea, pero cuando se fue acostumbrando pudo hablarle al vientre de su madre todavía el bebe no le responde pero su madre se emociona al saber que al fin acepto la idea del bebe.