A I L E E N
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Ser la hija de Zeus y Hera representa una gran carga sobre tus hombros. Todos quieren que tú seas igual a tu papá o igual a tu mamá o una combinación de ambos. Pero tu realidad es que eres alguien muy diferente a tus papás y pocas veces demuestras ser igual a ellos. Eso me pasaba a mí, yo soy Aileen Ray la última hija hasta el momento de Zeus y Hera.
Mi padre tiene demasiados enemigos que estarían más que dispuestos en hacer lo que sea para dañarlo. Por eso mi papá, mis hermanos y hermanas me cuidan mucho, siendo la más pequeña de la familia me protegen. De algún modo debía aprender a defenderme sola, no siempre ellos estarán ahí para protegerme. Habría aprendido a ser fuerte enfrentando mis propios problemas.
Pero en estos momentos no sabía qué pensar estaba perdida. Veía inerte el cuerpo de Artemis, una lágrima rodó por mi mejilla en el suelo se hallaba la única forma que tenía para volver a ser feliz. La risa de Alysa me hacía sentir escalofríos por todo mi cuerpo esa loca psicótica había matado a su propio novio. Caí al suelo tomando con delicadeza el cuerpo de Artemis aún tenía pulso un hilo de esperanza estaba aún ahí. Mis primos aparecieron corriendo detrás de mí con sus poderes empezaron a pelear con la hija de Afrodita. En mis pensamientos solo deseaba que mi papá estuviera aquí para decirme que debo hacer, yo no soy fuerte como él o mamá.
—Hija —la voz de mi padre en mi mente resuena —Levántate y pelea mi princesa yo confié en ti —lágrimas descendían por mis mejillas calientes como cascadas inagotables.
—Papá yo no puedo... —solloce. —Soy una cobarde Alida tiene razón.
—Mi hija no es ninguna cobarde, tú tienes más poder que esa chica.
—¿Cómo papá? —deje a Artemis en el suelo, su pulso ya no estaba.
—Demuestra el poder del rayo hija —pose mis manos en el pecho de Artemis. Me concentré en mi poder y chispas salieron de mis manos. Un choque eléctrico pasó de mis manos al cuerpo del chico, le siguieron dos, tres y el último. Volvió a respirar tosiendo por la falta de aire que su cuerpo había tenido. —Eso es hija ahora demuestra cuánto poder tienes a esa chica —los ecos de sus palabras resonaban en mi cabeza.
Me pongo en pie secando las lágrimas de mi rostro doy un paso al frente y alzó la mirada para ver a Alysa. Ella dio un golpe certero a Ylenia que cayó al suelo quejándose del dolor.
—Dame los rayos Calisto — grité al hijo de Hefesto
—Parece que la princesa decidió aparecer para dejar de llorar —hablaba jadeante Alysa luchando contra Apolión
—Cállate, ahora conocerás mi poder y el de mi familia —Ylenia se levantó del suelo conectando su poder con el mío, Apolión repitió la acción de esta y conectó su poder con el mío. De mi cuerpo se desprendían rayos Calisto me tiro uno de los rayos. El cielo empezó a tronar, las nubes se tornaron negras cuál tormenta.
—Prepárate porque te has metido con lo que amo y lo pagarás caro — lance el rayo que mis primos potenciaron con sus poderes y golpeamos a Alysa que cayó al suelo —Te metiste con la princesa equivocada linda.
Antes de leer:
La siguiente historia toma como referencias a personajes de la mitología griega, mitos y que son adaptados a la historia o que puedan cambiar convenientemente para la trama.
No es un fanfic de Percy Jackson, por lo que no sacaré personajes de esa saga.
Esta historia te hará sufrir un poquito, es lenta por lo que te pido ten paciencia, pero te aseguro que la amaras. Si te gusta la mitología quédate a ver como avanza esta aventura.