La hija de Zeus y Hera [1.2]

Capítulo 17| Negación

A I L E E N⚡️⚡️⚡️

A I L E E N
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Con todo el trabajo acumulado acabado me senté en uno de los sillones de mi oficina con el libro que hablaba sobre superar las pérdidas, necesitaba hacer algo sin que nadie me lo señale. Estoy segura que debe servir, pero en mi caso no lo estaba haciendo y terminé dejando el libro sobre mi escritorio, frustrada, me niego a seguir los cinco pasos. No estoy en negación, esas faces no las pasaré, soy una diosa, la perfección debe estar en mí, una princesa debe ser fuerte.

Tomando mi tablilla en busca de algo nuevo de que encargarme el libro negro que taje de la biblioteca, llamo mi atención, "Magia Antigua"En la noche recordé que Morfeo utilizó este libro para olvidarse de una de sus amantes que murió, su recuerdo le dolía tanto que hizo esto para olvidarla y le funciono. Necesitaba seguir con mi vida, el recuerdo de Damián me sigue torturando y no puedo seguir así. Me duele demasiado su recuerdo y si lo olvido quizá me sienta mejor. Ya no quiero sufrir más, esto me duele mucho, quiero que deje de hacerlo. Decidida abro el libro, el olor a humedad y polvo me hizo estornudar.

Índice. Busca lo que deseas, pero siempre los hechizos tendrán una forma de romperse buena suerte viajero —si es alguna clase de advertencia no la hicieron muy rebuscada. En fin, estaría dispuesta a usar un libro de hechizos más viejo que las Moiras. —Hipnosis, envenenamiento, hablar con muertos, ver el futuro, cambiar el pasado, pociones, levitación, aprender a volar dragones, hechizo del olvido, como matar un Minotauro, aquí está ¿cómo encontrar un alma muerta? —rebusque en cada página todas mostraban imágenes de las cosas que se necesitaban para el hechizo como un libro para niños Hechiceros. Di con lo que buscaba y una sonrisa se formó en mis labios.

¿Cómo encontrar un alma muerta?

Para encontrar un alma pérdida en el río de las almas. Se debe tener un mechón de cabello de la persona muerta o de un familiar. Y una gota de sangre de una persona que ame con todo el corazón al difunto. Si el alma no aparece es porque la persona no está muerta o ya salió del río de almas.

Materiales:

—Mechón de cabello

—Sangre de una persona que amo al difunto

—Una lágrima

—Polvo de calaveras

Mezclar todo muy bien y prenderlo fuego, con esto el difunto aparecerá.

Cierro el libro de golpe, cientos de voces aturden mis oídos como susurros —No lo hagas— repetían una y otra vez. Abriendo uno de los cajones de mi escritorio guardo el libro cerrando de golpe y las voces se callaron, mi taller volvió a ser silencioso y aprecié eso por unos minutos. Las voces provenían del libro. No puedo hacer esto si las voces me advirtieron, es porque algo maligno pasaría, será mejor que deje este libro en su sitio. Abrí el cajón despacio con miedo de que las voces vuelvan a gritar en mis oídos, pero las voces no volvieron a sonar, miré alrededor dejando el libro sobre mi escritorio. Nada pasó. Hice ademanes de querer abrir y en cuanto las páginas se separaron —No lo hagas— gritaron las voces en mis oídos.

Un temblor recorrió mi cuerpo, mis rodillas flaquearon haciéndome caer al suelo. Con la magia no se juega, me lo había advertido mi hermana Atenea y debía confiar en su sabiduría. Me pongo en pie tomando el libro maldito en mis manos para ir a la biblioteca. Creo que el libro pesa más que la última vez que lo traje o solo es mi sensación, pero pensé que llevaba rocas en mis manos en lugar de un libro. Tuve que caminar despacio por el peso que llevaba en mis manos.

Una melena morada sale de la habitación de Agatha con un semblante serio, en cuanto me vio su expresión cambió a una de enojo.

—Hola — saludé a Alysa siendo amable dedicándole una afable sonrisa. Grave error.

—¿Cómo puedes sonreír sabiendo que mi hermano murió por tu culpa? —contestó a mi saludo. Un puñal en la espalda se compara con el dolor que sus palabras me causaron.

—Yo... me tengo que ir —respondo con mi voz rompiéndose. El libro volvió a ser ligero nuevamente y pude salir corriendo a mi habitación.

Encerrada en mi lugar seguro tiró el libro sin importarme donde caiga y me deslizo contra mi puerta cubriendo mi boca con mis manos. Conteniendo las ganas de llorar que tenía, intenté ser fuerte, pero no lo logro, no soy mis padres y jamás voy a serlo. Soy débil. Ni siquiera entendía como Alysa tenía el corazón para decirme unas palabras tan duras, sé que es diosa del desamor, pero es ridículo que su corazón albergue tanto odio. Ella sabe que amé a su hermano más de lo que cualquiera, estoy negada a pensar que él me dejó, lo intente todo, incluso negociar mi inmortalidad porque él volviera a la vida.

Con las piernas temblando me pongo en pie para ir a mi cama donde me deje caer y comencé a llorar, necesito hacerlo, pero por más que llore este dolor no se calma. Las palabras de Alysa me rondan sin piedad rebotando en mi cráneo para volver a ser reproducidas una y otra vez. ¿Qué ya no es suficiente tortura que el amor de mi vida se haya ido para siempre? A mis espaldas las puertas de mi habitación son abiertas, detengo mi llanto, nadie puede verme en este estado. Hasta que una mano frota mi espalda en círculos, no quiero llorar, pero ese gesto amoroso me está debilitando.




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