La hija de Zeus y Hera [1.2]

Capítulo 21| Reina del drama

A R T E M I S🦉🦉🦉

A R T E M I S
🦉🦉🦉

Aileen recuperó su memoria. Sabé de nuevo quién es Damián y todo lo que estuvimos avanzando se fue a la basura porque nuevamente ese recuerdo está en su cabeza. Me costó mucho planear el momento perfecto para liberar esos monstruos del tártaro en el campamento, esperé el momento perfecto durante semanas. Lograr convencer a Cronos de que tenía que liberar a algunos de sus hijos y otros monstruos porque su nieta estaba en peligro, me costó mucho. Amo a mi novia, pero una fuerza mayor que no logro entender me atrajo hacia Aileen, no puedo explicarlo con palabras. Tan solo puedo pensar en ella día y noche. Estas últimas semanas ella no había querido salir de su habitación, no quería ver a nadie y sus primos tampoco dejaron que nadie ingresara a su recamara y aun así no perdía las esperanzas de poder verla.

—¿Artemis me estás escuchando? —Alysa chasquea los dedos delante de mis ojos para llamar la atención. Estaba roja por la rabia y una vena estaba a punto de estallarle en la cabeza.

—Disculpa uvita, estaba pensando en unos pendientes que tengo en el Olimpo —contesto metiendo en su cara, algo que ella no pareció darse cuenta o eso parece, Alysa sabe esconder muy bien sus emociones cuando quiere. Conozco cada parte de ella, desde ese peculiar lunar con forma de corazón en su cadera, hasta el gesto que hace alzando la ceja cuando se pone nerviosa.

—No te preocupes como te iba diciendo Alida me visitó hace algunos días —agrega retomando lo que me estaba contando. Si la Alida de la cual está hablando mi novia es la misma que estoy pensando yo no me gusta que se hablaran. Estar cerca de esa pelirroja es sinónimo de problemas y no quiero que algo malo le ocurra a Alysa solo por ser amiga de esa chica.

—¿Alida? —interrogó queriendo despejar mis dudas. Estaba muy preocupado de que mis sospechas fueran ciertas si ella estaba involucrada con mi novia explicaría por qué Alysa trata tan mal a la princesa.

—Alida es la hija de Eris, nos conocimos en el campamento antes de que tú y yo habláramos, Alida es mi primera verdadera amiga —tomando una roca la arrojó al agua, esta vez no le dio a la cabeza de ninguna sirena y el objeto contundente rebotó tres veces en el agua antes de hundirse. El muelle esta noche era tranquilo, las sirenas no estaban nadando por aquí cuchicheando maliciosas de los campistas, es la noche idónea para estar con tu pareja pero no podía estar como si nada con Alysa. Tenía una conexión con Aileen que no era recíproca, ella apenas si me veía como su amigo.

—Ella quiere destruir a la princesa Aileen —respondo trayendo de nuevo a colación a Aileen, es casi imposible que saque de mi cabeza a la princesa del rayo y siempre quería hablar de ella y lo perfecta que es, está por encima de todo. Aunque me cueste admitirlo también estaba por encima de Alysa, es como si una fuerza mágica me arrastrara a sentir cosas por Aileen.

—Sí, pero a mí eso no me afecta. Lo que haga con la princesa no me importa, sabes que no me agrada esa chica —responde ella golpeando mi hombro se cruza de brazos. Se ve muy linda cuando está enojada, porque arruga su frente y hace ese gesto de morder su labio. No entiendo por qué mi estúpido corazón se empeña en amar a dos chicas muy distintas la una de la otra. Alysa se merece ser amada de una forma en la que se entrega todo por ella, porque estoy seguro que ella haría lo mismo por mi y me siento mal por sentir cosas por Aileen.

—Tienes razón, lo siento uvita —me disculpo depositando un beso en su frente acercándola más a mi costado. Ella se acomodo a mi costado rodeando mi cintura con sus delgados brazos y recostó su cabeza sobre mi pecho, tenerla tan cerca me acelera el corazón.

—¿Te pasa algo? Desde hace tiempo que noto que estas muy extraño, a veces me hablas, otras veces me dejas en visto durante días y cuando te pregunto si estas bien me ignoras —interroga haciendo un recorrido por mi torso con su dedo, dibujando figuras invisibles sobre mi torso. No quería mentirle, Alysa no se merece esto, pero tampoco quiero perderla.

—No me ocurre nada. El taller me tiene muy estresado, son demasiadas cosas de las cuales ocuparme con mis hermanas y nuestras diferencias hacen que todo sea el doble de trabajo. Tratare de prestarte la atención que te mereces —solté el aire que contenía en mis pulmones. Mire a las sirenas jóvenes jugando en el agua disfrutando del libertinaje que sus padres les daban por ser jóvenes.

—Te entiendo Artemis, pero recuerda que te amo y que doy siempre lo mejor de mi para ti. No exijo lo mismo, pero espero que me respetes —rompiendo el abrazo Alysa arrojó otra roca al agua, esta vez más cerca de donde estaban las sirenas riendo junto a los tritones. Ellas voltearon a ver al responsable de haber tirado esa roca que las asustó. Alysa las saludó sonriendo sarcástica y la misma sirena rubia que había golpeado meses atrás con una roca le devolvió el saludo. Tiene agallas lo reconozco.

—Lo sé, uvita —trague saliva con dificultad, Alysa no es muy linda si la traicionan.

—Y quisiera pedirte que por favor ya no te juntes mucho con la asesina de mi hermano —sabía que ella detesta a Aileen desde lo que paso con su hermano, pero no podía decirle que el verdadero responsable de la muerte de su hermano soy yo.

—Alysa somos amigos, no tienes porque estar celosa de ella —intentó defender a la rubia.

—Me importa poco que sea tu amiga o la misma diosa gobernante del Olimpo, ella no me cae bien —me tomó del mentón para que la mirara a los ojos.




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