La hija de Zeus y Hera [1.2]

Capítulo 40| Pasado

D A M I Á N💝💝💝

D A M I Á N
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—¡Damián Passion ven aquí ahora! —escuche los gritos de Aileen desde su habitación. Espero que no haya encontrado mi nota en su armario porque estaría en serios problemas en estos momentos. Por los dioses, lo más probable es que haya encontrado mi nota en su armario y ahora venga detrás de mí para matarme. Maldigo el momento en que pensé que escribir en una nota "te ves sexy en sostén" sería algo divertido —¡Damián no me ignores y ven aquí de una vez! —grito de nuevo la rubia. Solté mi teléfono sobre la cama yendo donde estaba mi princesa... Donde está Aileen gritando como si no tuviese otra cosa que hacer.

Camine con la mano en los bolsillos de mi pantalón pensando en el sermón que me vendrá ni bien pise su habitación o tal vez un florero se estrelle contra mi cara, quien sabe. El resto del pasillo estaba en silencio hasta que la puerta del cuarto de Aileen se abrió y un grupo de chicas salió. Divise algunas de mis hermanas en ese grupo de chicas, pero ninguna me prestó atención en lo más mínimo. Entre en el cuarto de Aileen sintiendo mis piernas de gelatina, por los dioses se trata de Aileen, aunque jamás la vi enojada ni le jugué una broma jamás.

—Tenemos que hablar —comentó ella mirándome seria, trague saliva con dificultad esquivando su mirada, no podía ni verle a la cara con la vergüenza que cargaba. Lo arruiné.

—Puedo explicar lo de la nota fue una simple...

—Espera, ¿de qué nota hablas? —me interrumpió alzando una ceja y debo admitir que se ve hermosa haciendo ese gesto. Si tan solo me dejara acercarme a ella podríamos romper el hechizo que tiene Maya sobre mí.

—De nada, pensé que estabas enojada por la nota que dejé para Penny, fue una broma —respondo rápido tratando de desviar la atención de ese tema con una mentira, rascando mi nuca, sonrió inocente tratando de que no me atrape, Aileen es de las pocas personas que sabe cuando estoy mintiendo.

—No te llame para hablar de eso, sino para hablar de tu pasado Damián —inquirió ella viéndome. Respire profundo, no me gusta hablar de mi pasado, de mi familia o de las cosas que tuve que dejar atrás para proteger a las personas que amo. —¿Quién es Jayden? —preguntó mi princesa manteniendo su serenidad y seriedad, pero a pesar de su calma no pude ocultar la furia que me invadió en ese momento, los recuerdos de años pasados vinieron a mí.

Las cosas con mi hermano mayor Jayden no estaban yendo del todo bien, no podía mostrarle mis poderes, así de la nada él es un mortal. Pero no puedo hacerlo olvidar de sus sospechas de que algo pasa conmigo, Jayden no es ningún idiota cualquiera se da cuenta que algo raro me pasa. Por otra parte, lo que destapó la olla de este problema fue Penny. La vecina, la cual descubrí que era una semidiosa y no solo eso, sino que ella es mi hermana. Culminando la cúspide de mis problemas, a Jayden le gusta Penny, pero mi hermana no sentía lo mismo por mi hermano y trataba de mantenerse alejada de él porque en verdad no lo soportaba. A Penny no le agrada ni un poquito Jayden, pero él al verla pasar tanto tiempo conmigo y hacernos bromas lo malinterpretó como que ella me gusta a mí. Le expliqué una y mil veces a Jayden que entre Penny y yo no había nada hasta que mi hermana menor develó secretos. En una barbacoa que organizó mi papá en la casa invitando al vecino, por ende vino Penny.

—¿Cuándo se van a poner de novios? —pregunto Jayden cortando con furia su carne. Penny a mi lado estalló en carcajadas, el decir que se parecía a las hienas se quedaba corto de la forma en que mi hermana reía. Casi se termina meando en la mesa de tanto reír le tuve que arrojar un vaso con agua a la cara para que dejara de reír la desquiciada.

—¿Qué es tan gracioso? —preguntó mi madrastra mirando a la castaña que sonreía con complicidad.

—Lo gracioso es que no me puedo poner de novia con mi hermano —la desgraciada luego de lanzar esa bomba se dispuso a comer su carne como si nada.

Esa noche me tuve que enfrentar al interrogatorio de Jayden acerca de Penny. No le conté mucho más que mi mamá había tenido otras hijas aparte de mí, pero que no la juzgaba, ella es mi mamá. Desde ese entonces mi hermano comenzó a vigilarme día y noche hasta que descubrió mi secreto. Tuve que contarle que los veranos que pasaba con mi mamá en realidad me mandaban a un campamento para controlar mis dones. Jayden cambió de la noche a la mañana, se sentía inferior porque yo era especial y él un simple mortal. Todo se complicó cuando una noche vino Eros a buscarme para permanecer de forma permanente en el campamento. Desde ese día no he visto a Jayden, pero sé que me odia porque soy diferente.

—Jayden es mi hermano mayor, ¿por qué la pregunta? —aparte mi mirada para que no me viera llorar, sentía las lágrimas queriendo salir, pero no me lo permitiría.

—Porque Jayden es el novio de Maya —alce mi mirada para comprobar que Aileen no me estuviera mintiendo si mi hermano es novio de esa loca corre peligro. —Él es quien ideó todo el plan para que Maya te hechizara —agache mi cabeza. Mi hermano me odia, nunca pudo comprender que es lo que soy jamás me acepto. —Pero no contó con que la princesa fuera tu exnovia —sentí su mano tomando mi rostro para que la mirara. Su sonrisa angelical me atrapó, era como ver un oasis en medio de un desierto. Rodeo su cintura con mis manos atrayéndola hacia mí juntando nuestras frentes. Aileen hace que mis pulsaciones se aceleren al ciento por uno. Observó como ella relamía sus labios y juro que intenté resistir, pero no puedo.




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