La hija de Zeus y Hera [1.2]

Capítulo 44| Perfecta Esposa

A I L E E N⚡️⚡️⚡️

A I L E E N
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El agua de los aspersores me estaba empapando, pero eso me traía sin cuidado al ver como una chica abandonaba a su novio después de que él le propuso matrimonio. Sentí pena por esa persona que estaba siendo abandonada por aquella chica que se fue corriendo, se supone que estamos en pareja por amor y cuando nos hacen una propuesta de ese estilo es lo más lógico decir que sí. ¿No?

—No puede aceptar si no está segura de casarse o si quiere eso, muchas personas están juntas sin casarse porque le tienen miedo al compromiso o no creen que eso sea necesario para ser felices. El matrimonio no es algo que muchos jóvenes hagan hoy en día —habla Emma tomando mi brazo para alejarme del agua de los aspersores y dejar de ver como ese chico se veía derrotado. Prestando atención a mi amiga comencé a correr con el balón en mis manos para unirnos al grupo donde estábamos jugando al fútbol, no soy especialmente buena en esto, pero me gusta verlos jugar.

Les tire el balón volviendo a sentarme en el césped donde estaban gritando Demi y Ylenia que tampoco querían jugar, mire al chico que ahora estaba de pie hablando con los que supongo son sus amigos. Nunca me había imaginado cómo sería mi boda o si encontraría a una persona especial, con ver la relación de mis padres y mis hermanos y hermanas con sus parejas me quedaba claro que no quería nada como lo de ellos. El único matrimonio que me parecía algo real y bonito es el de mi tío Hades y mi hermana Perséfone. Son perfectos el uno para el otro y se aman con locura, me pregunto si así nos ven a mí y a Damián los demás.

—Rayito —la voz del susodicho hace que deje de pensar en divagaciones y me giró a verlo. Se agachó frente a mí viéndome con preocupación, con su mano fría toca mi mejilla acariciándola y me abraza. Hasta que hizo eso no me había dado cuenta que estaba llorando, aferrándome a su abrazo, me escondí intentado que mis miedos se vayan.

¿Seremos realmente buenos el uno para el otro? ¿Le tendré miedo al matrimonio o me casaré en algún momento?

Estas preguntas rondaban en mi cabeza como un martirio que no me deja respirar con claridad. Sigo siendo esa misma princesa insegura que Damián conoció en el campamento por más que quiera no puedo evitar sentir miedo y al ver a esa pareja en el parque hoy... ella dijo que no rechazó casarse con ese chico. Si los mortales tienen dudas que dejan para mí... Nos pintan como seres perfectos, pero no muestran nuestra esencia, lo que nos hace especiales o simples dioses sin un sentido de la vida concreto.

—¿Qué pasa mi princesa del rayo? —preguntó con voz calmada mi dulce novio, con sus brazos aun abrazándome él se sentó causando que cayéramos al suelo ambos y una risa histérica se me escapó. Liberándome de su agarre me senté en el suelo mirándolo con tristeza, estaba muy confundida. —¿Hice algo malo? —preguntó preocupado, pero yo negué con la cabeza. Nuestra relación no se puede catalogar como perfecta sino como extraña. Cada vez que las cosas se complicaban uno dejaba al otro hemos vuelto y nos hemos separado muchas veces. En serio, muchas veces hasta mi padre se cansó de que nos separemos porque cada vez que pasa eso su billetera sufre. Las compras me hacen sentir mejor y a mamá le gusta comprar, creo que con esos datos se podrán imaginar que es lo que a papá le molesta. Lo mejor sucede cuando nos hablamos y arreglamos las cosas, mi habitación parece que es el punto clave. Siempre terminamos arreglando nuestros problemas en mi habitación donde hablamos y finalmente volvemos para luego dormir abrazados en mi cama. Qué pasará si algún día nos casamos y las cosas comienzan a ir mal, no podemos divorciarnos y a los días volver a casarnos sería algo ilógico.

—¿Crees que algún día nos casaremos? —mi pregunta pareció asustar a Damián o acaba de ver un fantasma porque se puso muy pálido. Abanique con mis manos su rostro mientras caían gotas de sudor por su frente.

—Lo siento tu pregunta me tomó por sorpresa... es decir, si nos casaremos rayito, ¿porque la pregunta?

—Yo creo que no seré una buena esposa Damián, que tal si un día algo te pasa por mi culpa. Volveremos a pelear, te dejaré y seguiremos estando casados hasta que nos divorciemos y tiempo después volvamos a estar juntos. ¿Qué pasa si tenemos un hijo? —pregunto preocupada. Hasta esta mañana soñaba con tener hijos en algún momento, pero ahora tengo miedo, estoy totalmente aterrada de lo que pueda pasar cuando nos casemos.

—Rayito serás la mejor esposa, esto ya lo hablamos, muchas veces no dejaremos de estar juntos porque justo el enemigo de tu padre casi nos mata o porque mi pasado nos persigue. Formaremos una familia y tú serás una gran esposa y una gran madre te lo prometo —aseguró este besando la comisura de mis labios y me acerco a él para que apoyara mi cabeza en su pecho.

—¿Estás seguro de eso? —pregunto aún con un montón de dudas atormentándome, todas mis inseguridades seguían diciendo que todo se terminara o que Damián se cansara de mí en algún momento.

Teniendo en cuenta el matrimonio de mis padres donde ambos se traicionaron mutuamente en el pasado. Suena lógico que tenga mis dudas con respecto a contraer nupcias con Damián, otro que también su madre no le sirve de ejemplo al haber tenido varios amantes. Mi confianza se encontraba plenamente en Damián y yo no miro a nadie más como lo miro a él, este bichito que se llama duda siempre susurra en mi oído que otras chicas son mejores partidos que yo. Menos riesgo de vida corre con otras que estando conmigo que siempre existe la incertidumbre de que un nuevo villano venga a lastimarme, ahora no estoy sola, lo tengo a Damián.




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